La curiosa ermita del País Vasco con tres misteriosas rocas como altar

Según se ha encontrado en documentos del siglo XIX, los antiguos habitantes del pueblo de Markina (Vizcaya) le atribuían a estas piedras virtudes milagrosas.
Ermita de San Miguel de Arretxinaga.
Ermita de San Miguel de Arretxinaga.
Manu Carrero | Turismo Markina-Xemein
Ermita de San Miguel de Arretxinaga.

El patrimonio arquitectónico religioso de España es sencillamente excepcional. A lo largo del país encontraremos verdadera obras de arte en forma de catedrales, iglesias, santuarios… Muchos de estos edificios se han convertido en visita turística imprescindible que incluso traspasan las fronteras y reciben visitantes de todas partes del mundo; sin embargo, hay otras joyas escondidas que pasan desapercibidas y un ejemplo perfecto es la ermita de San Miguel de Arretxinaga, en Vizcaya.

Este templo no llama la atención en su exterior, con paredes de piedra y techo de tejas, sin embargo, quienes entren se llevarán una grata sorpresa. En su interior encontraremos una enorme formación geológica que hace de altar, tres grandes rocas cuyo origen está en debate.

La historia de la ermita de San Miguel de Arretxinaga

La ermita de San Miguel de Arretxinaga "constituye un ejemplo único entre los templos del País Vasco y es una rareza también en el ámbito de la Cristiandad Occidental", señalan desde Turismo del País Vasco. El edificio se sitúa en la zona norte del pueblo de Markina, completando el patrimonio arquitectónico del pueblo junto con el Palacio Mugartegi, el antiguo ayuntamiento y las iglesias del Carmen y de Xemein.

Exterior de la Ermita de San Miguel de Arretxinaga.
Exterior de la Ermita de San Miguel de Arretxinaga.
Turismo Markina-Xemein

Los orígenes de la ermita se remontan al año 1734, cuando en este punto donde confluyen los ríos Artibai y Urko Ibaia se levantó el templo sobre un edificio anterior que se encontraba en ruinas. Las obras terminaron en 1741 y el resultado fue una construcción hexagonal de diseño sobrio, tejado piramidal y una cúpula con decoración vegetal en su centro.

Un dolmen prehistórico o capricho de la naturaleza

"Lugar donde yacen las piedras" es como podría traducirse en nombre de Arretxinaga, y es justo lo que encontraremos en su interior. El altar está formado por una curiosa formación geológica de tres grandes bloques de piedra sin trabajar, totalmente al natural. Algunas teorías señalan que este elemento pétreo sería "un dolmen prehistórico que, con la entrada del Cristianismo, habría sido consagrado y asimilado en la nueva religión", según Turismo del País Vasco. 

Ermita de San Miguel de Arretxinaga.
Ermita de San Miguel de Arretxinaga.
Manu Carrero | Turismo Markina-Xemein

No obstante, los geólogos se decantan por que es "un capricho de la naturaleza, perfectamente explicable en el contexto geológico del lugar". Sea como sea, según se ha encontrado en documentos del siglo XIX, los antiguos pobladores de Markina le atribuían a estas piedras virtudes milagrosas, como curar enfermedades a quienes las tocaran. Además, la ermita se habría levantado específicamente para albergar y proteger estas rocas de carácter sagrado.

En el centro de la formación geológica, cobijada por las grandes piedras, se alza una estatua del Arcángel San Miguel. Este está empuñando una lanza contra la figura del demonio, que tiene a sus pies y adopta una forma de dragón.

Cómo llegar a la ermita de San Miguel de Arretxinaga

El trayecto en coche desde la ciudad de Bilbao hasta la ermita de San Miguel de Arretxinaga es de aproximadamente 40 minutos por la BI-633, la AP-8 y la N-637.

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