Qué ver y hacer en Zamora en 48 horas: del románico a su impresionante naturaleza

La ciudad de Castilla y León es conocida por sus numerosas iglesias de ese estilo arquitectónico, además de tener uno de los entornos naturales más espectaculares de toda la Península Ibérica apenas a unos kilómetros.
La catedral de Zamora es la más antigua de todas las de Castilla y León, y también la más pequeña. De este templo del siglo XII cabe destacar dos elementos que le confieren gran belleza y personalidad: la cúpula gallonada o lobulada, y la Portada del Obispo, la única que se conserva entera de todo el conjunto.
La catedral de Zamora 
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La catedral de Zamora es la más antigua de todas las de Castilla y León, y también la más pequeña. De este templo del siglo XII cabe destacar dos elementos que le confieren gran belleza y personalidad: la cúpula gallonada o lobulada, y la Portada del Obispo, la única que se conserva entera de todo el conjunto.

Aunque Zamora no sea una de las ciudades más turísticas de Castilla y León, lo cierto es que la cuna del romántico es una urbe idónea para hacer una escapada de fin de semana, especialmente si lo que te apasiona es la historia y la arquitectura. Su conjunto de iglesias lo hace un lugar único en España, y además de poder alojarte en un impresionante palacio renacentista, también puedes conocer uno de los entornos naturales más espectaculares de toda la región.

Si te hospedas en el magnífico Parador de Zamora, tendrás a apenas unos metros numerosas iglesias y edificios que son dignos de visita. Además, a apenas hora y media de la ciudad se encuentra el Lago de Sanabria, una de las grandes maravillas naturales de la Península Ibérica y que no dejará indiferente a nadie que se acerque a su orilla.

Día 1 en Zamora: conocer la cuna del románico

Fachada de la iglesia de Moreruela, en Zamora
Fachada de la iglesia de Moreruela, en Zamora
Marisa Arregui (iStock)

Zamora es conocida como la capital del románico debido al gran número de iglesias de este estilo arquitectónico que se conservan en la ciudad. Sin duda, la más imponente de todas es su magnífica catedral, que a pesar de ser la más pequeña y antigua de Castilla y León, su preciosa fachada y las reliquias de su interior hacen que sea una parada obligatoria en el viaje. Además, cerca hay otras 23 iglesias románicas que no puedes perderte, como la de la Magdalena, la de San Cipriano o la de Santa María de la Horta. Para terminar la mañana se puede pasear junto al río Duero por el puente de piedra.

Por la tarde, lo ideal es alejarse un poco del centro urbano de Zamora y desplazarse hasta el Antiguo Convento de San Jerónimo, un monasterio del que apenas se conserva una puerta de entrada, pero que esconde otro de los grandes emblemas de la ciudad, su castillo del siglo XI, recientemente restaurado e idóneo para conocer un poco más la historia de la ciudad. 

Día 2: el Lago de Sanabria y más edificios increíbles

Lago de Sanabria.
Lago de Sanabria.
ruivalesousa / iStock

La mañana del segundo día en Zamora comienza arrancando el coche y recorriendo una hora y media por carretera hasta llegar al Lago de Sanabria, el lago glaciar más grande de toda España y uno de los entornos naturales más increíbles de Europa. Pasear al lado de sus gélidas aguas y visitar el encantador municipio de Puebla de Sanabria. Por ello, conocer este impresionante entorno natural es la mejor manera de iniciar la última jornada de viaje.

Ya entrada la tarde se pueden visitar otros edificios importantes de Zamora, como la Puerta Nueva y las murallas defensivas de la ciudad, erigidas entre los siglos XI y XIII, o su pequeña pero preciosa Plaza Mayor; y es que, aunque muchos crean que no hay gran cantidad de cosas que visitar en la urbe, la ciudad del románico es una de las que más historia tiene y una de las opciones perfectas para relajarse por completo en una corta escapada de fin de semana.

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