A menos de dos horas de vuelo desde Madrid se encuentra Lisboa, una de las ciudades favoritas para escaparse un fin de semana o un puente. La capital portuguesa es conocida por sus pintorescos tranvías que recorren empedradas y sinuosas calles, sus pasteles de Belém y sus fachadas de colores adornas con los típicos azulejos azules.
Una visita obligada de Lisboa es recorrer el histórico barrio de Alfama, preferiblemente a pie, aunque fácil no lo pone, solo hay que ver las Escadinhas da Saúde. Lo más recomendable para conocer Alfama es despertarse temprano y adquirir la Lisboa Card, una tarjeta que permite el uso ilimitado del transporte público, entradas con descuento a monumentos e incluso gratuita, como es el caso del Castillo de San Jorge. Se puede comprar para 24, 48 y 72 horas con un precio de 25,65 €, 41,80 €, y 51,30 €, respectivamente.
Este histórico barrio evoca la esencia de la Lisboa más antigua. A continuación, dejamos algunos de los lugares de visita imprescindible del barrio de Alfama.
Monumentos en el barrio de Alfama
Uno de los monumentos más destacados del barrio de Alfama es el Castillo de San Jorge, que no tendremos problema en avistarlo desde lejos. Se trata de una gran fortaleza del siglo XI con algunos elementos arquitectónicos árabes. Situado en la cima de una colina, se puede tomar el tranvía 28 para llegar.
Uno de los edificios más emblemáticos de Lisboa es la Casa dos Bicos, un palacio del siglo XVI inspirado en el renacimiento italiano con ventanas dispuestas asimétricamente. Actualmente, es la sede de la Fundación Saramago, dedicado al escritor Nobel de Literatura en 1998.
Una gran cúpula blanca se asoma sobre los tejados, es el Panteón Nacional (o la Iglesia de Santa Engracia). Esta impresionante construcción barroca iba a ser una iglesia, pero nunca tuvo culto y tardó más de 300 años en finalizarse. En ella reposan los cuerpos de personajes ilustres de Portugal.
Muy cerca del mar se erige regia la Catedral de Santa Maria Maior, de más 800 años de antigüedad y ligada a un famoso santo, al que muchos acuden cuando se les extravía algún objeto. San Antonio de Padua fue bautizado, estudió y cantó en el coro en este templo. Se dice que aquí fue tentado por el diablo y lo rechazó dibujando la señal de la cruz, donde ahora cuelga la famosa cruz de San Antonio. Junto a la catedral, se encuentra la Iglesia de San Antonio, cuya imagen del beato sobrevivió al gran terremoto del siglo XVIII.
Próxima a la catedral Sé se ubica Chafariz d'El-Rei, la fuente más antigua de Lisboa. Una gran fachada blanca cuenta con los tres chorros de agua de los seis que abastecían a los lisboetas. Cada chorro tenía forma de una cabeza de animal distinta, para diferenciar de donde podían tomar diferentes grupos sociales. A pocos metros, siguiendo hacia el interior de la desembocadura del Tajo, se encuentra el Museo del Fado.
Miradores en el barrio de Alfama
Son varios los puntos dentro de este barrio que ofrecen unas vistas estupendas al barrio de Alfama y de Lisboa en general, así que hay que ir con la batería de móviles y cámaras cargadas. Uno de ellos es el Mirador de Santa Luzia, con una pérgola y paneles ilustrativos que lo convierten en uno de los más coquetos de la capital lusa.
Bajo la sombra de los árboles y dentro de un agradable parque se ubica el Mirador de Graça, donde apreciar una impresionante panorámica de la ciudad. Se puede llegar a él con la línea 28 de tranvía, la misma del Castillo de San Jorge. Y como un balcón hacia Alfama se ubica el Mirador Portas do Sol, adyacente con la plaza homónima, donde veremos muchas terrazas para disfrutar de buena taza de café al sol.
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