"La Venecia de Japón" y otros cinco pueblos de postal del país asiático que no te querrás perder

Las mansiones de los magnates de la cera en Uchiko, las casas con tejados de paja de Shirakawa-go y el encanto de la ciudad mercante de Omihachiman son algunas de las propuestas rurales más atractivas que brinda el país nipón.
Kurashiki.
Kurashiki.
iStock
Kurashiki.

Japón alberga pueblos únicos a lo largo de todo su territorio, no solo para disfrutar de una excursión de día sino también para conocer más sobre su extensa y profunda cultura. El País del Sol Naciente es uno de los destinos más atractivos para los viajeros españoles. Este año además hay novedades para viajar hasta Japón, ya que recientemente Iberia ha anunciado el regreso de su vuelo directo a Tokio en octubre de 2024, con tres vuelos semanales desde Madrid. 

Shirakawa-go, la joya de la UNESCO

Paisaje nevado en Shirakawa-Go con tres casas de estilo gassho-zukuri (gassho significa “manos rezando”) con tejados a dos aguas están construidas sin clavos y sus vigas encajan perfectamente
Paisaje nevado en Shirakawa-go.
yoshiyuki ito / Oficina Nacional de Turismo de Japón (JNTO)

Esta aldea, declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO, se encuentra ubicada en la prefectura de Gifu y es un claro ejemplo de belleza y perfección. Es asimismo la mayor aldea de casas de estilo gassho-zukuri de Japón. El nombre gassho-zukuri hace referencia a «dos manos rezando». Cada casa es una obra maestra de carpintería. Están construidas sin clavos y cada viga encaja perfectamente con la siguiente. La pronunciada inclinación de sus tejados permite que la estructura soporte las intensas nevadas. Estas casas llevan en pie desde su construcción en 1800 y, además de a la nieve, han sobrevivido íntegras en un país tan propenso a los seísmos. Varias de ellas son alojamientos, por lo que los visitantes pueden adentrarse en el pasado rural y vivir esta experiencia en primera persona. 

El pueblo de Shirakawa-go está incluido por la Unesco en la lista del Patrimonio Mundial de la Humanidad
El templo de Myozenji en Shirakawa-go, antigua residencia de monjes convertido actualmente en un museo que narra la historia del templo desde 1748.
El templo de Myozenji en Shirakawa-go, antigua residencia de monjes convertida en un museo que narra la historia del templo desde 1748.
Oficina Nacional de Turismo de Japón (JNTO)

Dos actividades culturales indispensables para conocer la historia de Shirakawa-go son la Casa Museo de la Seda (The Tajima House), ya que la cría de gusanos de seda era la principal actividad en la localidad, y el Museo Templo Myozenji, antigua residencia de monjes convertida en un museo que narra la historia del templo desde 1748.

Omihachiman, el pueblo mercante

Calle con edificaciones tradicionales en el pueblo de Omihachiman.
Calle con edificaciones tradicionales en el pueblo de Omihachiman.
©663highland / Oficina Nacional de Turismo de Japón (JNTO)

Situado a orillas del lago Biwa y en la ruta de Nakasendo (el camino medieval que conectaba las ciudades de Edo, la actual Tokio, y Kioto), Omi fue una próspera ciudad mercante durante siglos. Sus numerosos templos fueron testigo de la riqueza y generosidad de los primeros comerciantes Omi. 

El templo de Eigen-ji en Omihachiman. Es aquí donde se celebra, a mediados de marzo, el festival del fuego de Omihachiman Sagicho, conocido como uno de los festivales más llamativos de Japón.
El templo de Eigen-ji en Omihachiman. Aquí se celebra a mediados de marzo el festival del fuego de Omihachiman Sagicho, uno de los más llamativos de Japón.
©nobrinskii / Oficina Nacional de Turismo de Japón (JNTO)

Una de las maravillas de la localidad es el templo de Eigen-ji, atravesado por las claras aguas del río Echigawa y nutrido de numerosas variedades de arce que en otoño ofrecen una fiesta de color. Es aquí donde se celebra, a mediados de marzo, el festival del fuego de Omihachiman Sagicho, uno de los festivales más llamativos de Japón. Una procesión de hombres vestidos y maquillados se encargan de pasear las carrozas sagicho por toda la ciudad. En el culmen de este acontecimiento todas las carrozas se queman mientras los integrantes bailan alrededor del fuego.

Rastro de un mundo rural en Suganuma

La aldea rural de Suganuma y sus bien conservadas casas llenas de encanto y sencillez.
La aldea rural de Suganuma y sus bien conservadas casas llenas de encanto y sencillez.
©松岡明芳 / Oficina Nacional de Turismo de Japón (JNTO)

En la prefectura de Gifu se encuentra la aldea rural de Suganuma y sus bien conservadas casas llenas de encanto y sencillez. En verano son un relajante refugio frente al enorme bullicio de las ciudades, mientras que en invierno los viajeros sentirán como si se hubieran adentrado en un antiguo grabado ukiyo-e de tejados nevados con estampas de absoluta belleza rústica. 

El atractivo de Suganuma reside, especialmente, en su perfecta armonía entre naturaleza y cultura. Los dos museos más destacados de la zona son el Museo del Salitre y el Museo del Folclore (Gokayama Folklore Museum). 

Invierno en la aldea rural de Suganuma, en Japón.
Invierno en la aldea rural de Suganuma, en Japón.
©そらみみ / Oficina Nacional de Turismo de Japón (JNTO)

Además, si las personas que visiten esta localidad lo hacen en enero o en febrero tendrán la posibilidad de disfrutar de ver un paisaje nevado con la iluminación "Yukiakari (que significa “luz de nieve”) que se celebra todas las noches de invierno.

Uchiko y sus mansiones

Paisaje urbano de Uchiko, cuya principal actividad en el siglo XVIII era la producción de cera.
Paisaje urbano de Uchiko, cuya principal actividad en el siglo XVIII era la producción de cera.
©katorisi / Oficina Nacional de Turismo de Japón (JNTO)

Un simple paseo por Uchiko, ubicado en la prefectura de Ehime, traslada a sus visitantes a tiempos pasados. La tranquila localidad ofrece al turista una visión del Japón del siglo XVIII, con su magnífico teatro Uchikoza y las antiguas residencias de los magnates de la cera. La majestuosidad de las mansiones de las familias Honhaga y Omura se aprecia directamente desde el exterior de las mismas. Una visita obligada es el Museo de Cera de la Residencia Kamihaga, un magnífico ejemplo de la arquitectura de la época e historia viva de la propia ciudad.

Teatro de Uchikoza en Uchiko.
Teatro Uchikoza en Uchiko.
©Suicasmo / Oficina Nacional de Turismo de Japón (JNTO)

Además, a principios de agosto se celebra el Sasa Matsuri de Uchiko, un festival en el que las calles se engalanan con serpentinas coloridas hechas de papel, objetos domésticos reciclados y bambú. Los residentes dedican semanas enteras a preparar tan elaborada decoración.

Ouchi-juku, una inmersión en el período Edo

Estampa nevada del pueblo nipón de Ouchi-juku.
Estampa nevada del pueblo nipón de Ouchi-juku.
KOICHI.H / Oficina Nacional de Turismo de Japón (JNTO)

En la prefectura de Fukushima se encuentra la localidad de Ouchi-juku, distinguida por albergar edificios de más de 300 años, con tejados de paja y calles por donde discurre agua a ambos lados. Cuenta una leyenda local que el príncipe Mochihito vivió oculto en Ouchi-juku durante el período Heian (794-1185) tras perder una importante batalla, por eso en la ciudad hay un santuario dedicado a su persona. 

Negi soba, una especialidad de Ouchi-juku en la prefectura de Fukushima.
Negi soba, una especialidad de Ouchi-juku en la prefectura de Fukushima.
Getty Images

La aldea es singularmente famosa por sus fideos soba caseros, que, para comerlos, en vez de palillos se utiliza un puerro a modo de cubierto. Situado en el centro de la calle principal se encuentra el pabellón de exposiciones municipal Machinami Tenjikan, el lugar perfecto para explorar el estilo de vida del período Edo (1603-1868), encontrando obras de arte tradicional y diversos objetos históricos.

Kurashiki, la "Venecia japonesa"

Una de los reclamos turísticos de Kurashiki son sus canales, donde pequeños barcos transportan pasajeros de un lado a otro del río continuamente
Una de los reclamos turísticos de Kurashiki son sus canales, donde pequeños barcos transportan pasajeros de un lado a otro del río.
©David Monniaux / Oficina Nacional de Turismo de Japón (JNTO)

Kurashiki es conocida como la capital vaquera de Japón y atrae a captadores de tendencias de todo el mundo. Esta población de la prefectura de Okayama tiene una gran variedad de opciones, desde centros comerciales y un parque de establecimientos outlet hasta antiguas galerías comerciales cubiertas. El lugar más popular para los visitantes es el barrio histórico de Kurashiki Bikan, atravesado por el río Takahashi y conocido como "la Venecia japonesa", donde pequeños barcos transportan pasajeros de un lado a otro del río continuamente.

Calle junto a un canal del pueblo japonés de Kurashiki.
Calle junto a un canal del pueblo japonés de Kurashiki.
David Monniaux / Oficina Nacional de Turismo de Japón (JNTO)

 A juzgar por el tamaño de las casas tradicionales que se encuentran en la orilla del río es evidente que Kurashiki fue hogar de ricos comerciantes. Uno de ellos, Ohara Magosaburo, fundó en 1930 el primer museo privado de Japón con una colección propia de arte occidental. Como resultado, el Museo Ohara, que se asemeja a un templo griego, reúne verdaderas joyas de la pintura del arte occidental y japonés del siglo XX, además de la única obra de El Greco presente en un museo japonés.

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