Los bellísimos pueblos con los que cuenta España son casi infinitos, cada uno con una personalidad totalmente diferente, pero todos ellos con muchísimo encanto. Un ejemplo perfecto es la villa de Pelegrina, muy poco conocida al igual que muy interesante.
Esta localidad se encuentra en la provincia de Guadalajara y acoge un valioso patrimonio arquitectónico y natural. Lo primero que nos llamará la atención serán los restos de su castillo en lo alto de una colina, pero la localidad también destaca por ser el punto de inicio de varias rutas de senderismo.
Una fortaleza medieval para dominar el entorno
El pueblo de Pelegrina se encuentra en el municipio de Sigüenza, dentro de la comarca de la Serranía. Sus primeros rastros históricos los encontramos en el siglo XII, cuando la población formaba parte del obispado de Sigüenza y apenas contaba con alrededor de 50 habitantes. Fue después de la reconquista cristiana de las villas de la zona en 1124, cuando Alfonso VII entregó el lugar a los obispos seguntinos
De hecho, fueron ellos quienes construyeron el castillo en la cima de una loma que domina la villa y el valle del Río Dulce desde las alturas. Desde esa posición, se podía controlar toda la meseta de alrededor, incluso comunicarse con la cercana fortaleza de La Torresaviñán. El castillo data de la Edad Media y se levantó con torres en las esquinas para reforzar los muros.
El rey Pedro I de Castilla se apoderó de la fortaleza para usarla en su lucha contra el Reino de Aragón y años después, en el siglo XV, el Reino de Navarra lo saqueó. Posteriormente, volvió a manos del obispado de Sigüenza y se convirtió en residencia y coto de caza para los arzobispos segontinos. Un incendio en 1710 provocó grandes daños en la estructura, que además fue en aparte destruida durante la Guerra de Sucesión y después en la Guerra de Independencia. Así, hasta día de hoy han llegado solo algunos vestigios de torres y muros.
Senderismo en el Barranco del Río Dulce
Además de contemplar el castillo desde el pueblo, podemos subir hasta él y contemplar las preciosas vistas del entorno, y así entender el nombre del pueblo: Pelegrina, del latín pellus grinae, es decir, bella vista. Continuando con la visita a la villa, otra parada es la iglesia románica dedicada a la Santísima Trinidad.
Por otra parte, otro de los grandes atractivos del lugar son los paisajes naturales que lo rodean. El pueblo es "uno de los accesos al Barranco del Río Dulce, reserva natural llena de hermosísimos rincones, sendas para pasear, y sobre todo para divisar al buitre leonado que habita sus roquedos", detallan desde Turismo de Castilla-La Mancha.
Pelegrina se ubica en una hoz del río y desde aquí parten rutas como la Senda de la Hoz de Pelegrina, que nos descubre los paisajes más abruptos del parque, así como formaciones rocosas tan curiosas como arcos de piedra y cascadas. Asimismo, estas tierras se hicieron conocidas "a raíz de las filmaciones de la serie documental del Hombre y la Tierra, que aquí realizaba Félix Rodríguez de la Fuente", señalan; y podremos hacer una pequeña ruta hasta el mirador que fue erigido en su memoria.
Cómo llegar a Pelegrina
El trayecto entre la ciudad de Guadalajara y Pelegrina es de 50 minutos por la A-2. Desde Madrid asciende a 1 hora y 45 minutos también por la A-2.
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