Si hay una ciudad que te garantiza un salto en el tiempo, esa es Brujas. A poco más de dos horas de avión desde España, esta ciudad flamenca es un destino apasionante para descubrir en un fin de semana. Podrás adentrarte en su centro histórico, catalogado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y disfrutar de toda la riqueza arquitectónica que la ciudad belga atesora entre sus mágicos canales.
El mejor momento para visitar Brujas
Aunque con ropa de abrigo cualquier momento es perfecto para viajar, si queremos sacarle el máximo partido a Brujas, los mejores meses para realizar una escapada son los de verano, cuando las temperaturas oscilan entre los 17 y los 20 grados. Otra buena época es primavera y otoño, al poder disfrutar de un clima suave, aunque algo fresquito. No hay que olvidar que es uno de los destinos más populares de Europa y la ciudad más visitada de Bélgica, por lo que fuera del verano, encontrarás menos turistas.
Qué hacer en la ciudad más turística de Bégica
Hay dos cosas que tienes que tener en cuenta y que te ayudarán a manejarte por la capital de Flandes: Brujas es una ciudad pequeña que se recorre fácilmente a pie, pero, además, tiene una enorme torre (Belfort) que te será de gran ayuda para orientarte. Y no solo durante el día, también de noche cuando luce mágicamente iluminada desde cualquier punto de la ciudad. En este recorrido por la ciudad, toma buena nota de las atracciones que no debes perderte.
Un salto en el tiempo
La mejor manera de comenzar este viaje es paseando por el laberinto de calles empedradas del centro histórico. Realmente caminar por estas calles medievales, cruzar puentes y sacar fotos es una de las principales cosas que hay que hacer en Brujas. En el recorrido irás descubriendo sorprendentes edificios históricos, iglesias y una arquitectura que se mantiene perfectamente conservada.
La Grote Markt
La Grote Markt es el centro neurálgico de la ciudad y donde se encuentra el campanario o Belfort, del que te hemos hablado para orientarte en tu recorrido por la ciudad. Es del siglo XIII y tiene 83 metros de altura, así que ya te puedes imaginar que si subes sus 366 escalones podrás disfrutar de la vista más espectacular de Brujas. Pero además, podrás admirar la imponente Audiencia Provincial y las casas con coloridas fachadas.
Visitar la Basílica de la Santa Sangre
Situada en la Grand-Place, de este magnífico templo te encantará su interior por su gran riqueza decorativa. Y eso que la fachada tampoco pasa desapercibida: antigua y con ornamentos dorados representando a caballeros medievales, se trata de una de esas joyas con las que puedes toparte recorriendo las calles de Brujas. Pero lo que realmente hace que los belgas se sientan orgullosos de esta basílica es la reliquia de la sangre de Cristo que se custodia en ella.
Deambular entre canales
No hay viaje a Brujas sin una excursión por los canales, los mismos que en el pasado tuvieron un papel clave en el comercio internacional. El principal es el canal Dijver, en cuyas orillas encontrarás edificios como el Museo Arentshuis que tiene una fachada espectacular. Y aunque te pueda parecer que es algo demasiado turístico, lo cierto es que durante el paseo, además de trasportarte hasta la Brujas de hace siglos, podrás descubrir pasadizos ocultos y otros detalles que posiblemente te pasarían desapercibidos si fueras a pie.
La Iglesia de Nuestra Señora
Te damos dos motivos de peso para que no pases por alto este templo gótico del siglo XII: su torre de 122 metros es la estructura con más altura de Brujas y la segunda torre de ladrillo más alta del mundo. Y además, en su interior se encuentra la estatua de mármol de la Virgen y el Niño de Miguel Ángel (de 1504), la única obra que habría salido de Italia en vida del autor.
Una foto en el Muelle del Rosario
Rodeado de preciosos edificios que se reflejan en el agua y con las torres del Ayuntamiento sobresaliendo entre los tejados, el Muelle del Rosario es uno de los sitios históricos más bonitos con los que te vas a encontrar. Por eso, no es de extrañar que justo este lugar, donde el canal Djiver traza una mágica curva, sea el lugar más fotografiado de Brujas. Es también el punto de excursión para realizar un paseo en barco.
Una buena ración del mejor chocolate del mundo
¿A caso dudabas que Brujas es la ciudad más dulce de toda Europa? Lo podrás comprobar degustando su famoso chocolate en alguna de las tiendas del centro, pero también visitando el museo Choco-Story (desde 11€ por persona). Además de ver cómo se fabrica este manjar, tendrás ocasión de probar los productos que se elaboran en el propio museo. Se encuentra en un precioso edificio del siglo XVI, en Sint-Jansplein, en el centro de Brujas.
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