El pueblo del San Valentín portugués: una joya desconocida de Portugal a un paso de Oporto

Si eres de los que celebras el Día de los enamorados en una escapada romántica, no hace falta irse muy lejos. Muy cerca de España, en Portugal, se encuentra una villa que guarda una curiosa tradición para aquellos que busquen la suerte con el amor. 

Amarante.
Amarante.
Sergio Casal / iStock
Amarante.

Junto al cauce del río Tâmega, a menos de una hora de Oporto, se encuentra la tranquila y bonita villa de Amarante. Pero además de esos adjetivos, se le podría añadir uno más: romántico, ya que en la iglesia de este pueblo están enterrados los restos mortales de São Gonçalo, considerado el San Valentín portugués. Además, según la leyenda, visitar esta localidad y su templo trae suerte en el amor. Una escapada perfecta si quiere volar fuera de España, pero no alejarte demasiado. 

Una joya arquitectónica ecléctica

El pueblo de Amarante está dominado por su magnífica iglesia y monasterio de São Gonçalo, que combina los estilos renacentista, barroco, manierista y ochocentista. Esta construcción destaca por su pórtico decorado con estatuas de santos, junto a una galería abovedada presidida por las estatuas de los reyes que gobernaron Portugal durante la construcción del monasterio: Joao III y su mujer Catalina de Austria, quienes iniciaron la obra, y Sebastiao y Felipe I.

Iglesia de São Gonçalo.
Iglesia de São Gonçalo.
ribeiroantonio / iStock

En el interior de la iglesia, nos sorpenderá su precioso altar barroco, sus claustros y el atesorado de la sacristía. Pero entre todo ello, lo que más atrae a los visitantes es la tumba de São Gonçalo, presidida por una estatua de este santo nacido en Amarante. Según la tradición, quien toque esa figura encontrará el amor.

Otros imprescindibles en la villa

En esta bonita villa de casas llenas de balcones, calles serpenteantes y campos de viñedos alrededor encontraremos otras muchas joyas arquitectónicas. Es imprescindible cruzar por el Puente de São Gonçalo sobre el río Tâmega, un símbolo de la resistencia del pueblo contra la invasión de los franceses en 1808.

Puente de São Gonçalo.
Puente de São Gonçalo.
LuisPinaPhotogrpahy / iStock

Subiendo por una calle empedrada junto a la iglesia de São Gonçalo, llegaremos hasta la de São Domingos, un templo barroco del siglo XVIII. Otro punto imperdible es la de la iglesia de São Pedro y su imponente torre.

Completamos la visita a Amarante con dos planes muy diferentes. Por un lado, para los amantes del arte modernista, está el Museo Amadeo de Souza-Cardoso, que expone retratos, bocetos, viñetas y cuadros firmados por este pintor amarantino. Y por el otro, los más pequeños disfrutarán en las piscinas y toboganes del Parque acuático de Amarante.

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