¿Te imaginas un lugar donde el día sea interminable? Parece algo imposible, pero existen algunas partes del mundo donde el sol no se pone durante meses. Este fenómeno se da en sitios próximos a los polos y se conoce como 'sol de medianoche'. Normalmente, tiene lugar durante alrededor de dos meses, pero en las conocidas como islas Svalbard, en Noruega, el sol no se pone durante 4 meses. Un periodo de tiempo en el que, además, se pueden apreciar otros espectáculos de la Naturaleza como las auroras boreales que tantas personas persiguen en sus viajes.
¿Qué es el 'sol de medianoche'?
El 'sol de medianoche' es un fenómeno natural que ocurre durante el verano en puntos al sur del círculo polar antártico y al norte del círculo polar ártico, incluido el norte de Noruega. Esto se debe a la rotación de la Tierra, pues el movimiento se realiza en un eje inclinado respecto al sol, por lo que durante los meses de verano, el polo norte queda inclinado también hacia él. Durante algunas semanas, el sol no llega a ponerse por encima del círculo polar ártico. Las islas Svalbard es el lugar de Noruega en el que el 'sol de medianoche' ocurre durante un periodo de tiempo más largo. Allí, el sol no se pone desde el 20 de abril hasta el 22 de agosto.
De cuevas de hielo a minas de carbón
El archipiélago de Svalbard es un paraíso natural inigualable. Se ubica en el océano polar ártico y es el reino de uno de los animales más poderosos: el oso polar. A pesar de las condiciones de vida duras, las islas guardan una fragilidad especial, de ahí que más de la mitad del territorio esté protegido. Su visita es una experiencia que no se olvida con facilidad.
Así, se puede comenzar por su capital, Longyearbyen, un lugar donde se podrá disfrutar de productos locales como la carne de foca, el reno o el salvelino. Además, alrededor de esta ciudad se encuentra numerosos glaciares, los cuales se pueden visitar en un crucero de un día o paseando sobre ellos, siempre con la ayuda de un guía. Igualmente, otra atracción que se puede realizar es la visita a las espectaculares cuevas de hielo.
Otro punto de interés es el pueblo de Pyramiden, un auténtico museo al aire libre que transportará al viajero a la antigua Unión Soviética. En su apogeo, unas 1.000 personas vivieron aquí, aunque la mayoría se marcharon cuando cerraron las minas de carbón. De esta forma, destaca también la localidad minera de Barentsburg, que se caracteriza por sus coloridos edificios y por el arraigo de elementos de la cultura rusa.
De hecho, dada la tradición minera, se pueden visitar minas como Gruve 3, donde se podrá conocer de primera mano cómo se trabaja en una mina de carbón. Incluso, en Barentsburg, el viajero se podrá adentrar en su mina, aún activa, junto con los mineros.
Un espectáculo único
A pesar de todos sus atractivos, una de las cosas más espectaculares y singulares de las islas es su impresionante espectáculo lumínico. Entre octubre y marzo apenas hay luz solar, lo que hace que las auroras boreales sean todavía más mágicas. Además, se podrán hacer rutas de senderismo bajo el cielo estrellado y al compás de este fenómeno único. Por su parte, entre los meses de abril y agosto, el interminable atardecer producido por el 'sol de medianoche' es el contrapunto perfecto para disfrutar de estas preciosas islas.
Por otro lado, también se pueden realizar rutas en moto de nieve o en trineo por el incansable entorno polar, descubriendo la naturaleza salvaje de la zona. A su vez, existen excursiones para explorar el océano Ártico en barco o kayak y poder ver animales como focas o delfines.
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