Una gran colina, bautizada como Montjuïc, domina la ciudad de Barcelona, repleta de jardines, parques y centros culturales. Y sobre su cima se alza una robusta estructura defensiva: el Castillo de Montjuïc. Esta antigua fortaleza vigila la capital catalana desde las alturas y nos brinda una visita imprescindible en la Ciudad Condal.
El Castillo de Montjuïc a través de la historia
Antes de la construcción del castillo, en la cima de Montjuïc había un faro, ya documentado en el año 1073, que se usaba para vigilar la posible llegada de naves enemigas a la costa. Siglos después, con la Guerra dels Segadors (1640-1652) se tomó la decisión de amurallar la atalaya y convertirla en un fortín. Con el paso de tiempo y el estallido de otros conflictos bélicos, la estructura defensiva se fue ampliando y mejorando
Los ataques a la ciudad de Barcelona durante la Guerra de Sucesión (1701-1714) dejaron la fortaleza en ruinas. Finalmente, las obras que dieron al castillo su forma actual iniciaron en el año 1753. Así, el edificio adoptó una planta trapezoidal irregular, adaptada al terreno y reforzada con cuatro baluartes en los extremos. Poco después, durante la guerra contra la Convención (1793-1795) la fortificación fue utilizada como prisión de franceses, y en 1808, fue ocupada por las tropas de Napoleón.
Pasando ya al siglo XIX, desde el Castillo de Montjuïc se bombardeó la ciudad de Barcelona hasta en tres ocasiones como respuesta a movimientos de insurrección popular. Además, el edificio se convirtió en un centro de reclusión para anarquistas, sindicalistas y revolucionarios. De igual manera, en 1934 se encarcelaron allí a los jefes militares que se unieron a la insurrección que proclamaba el Estado Catalán, encabezada por el presidente de la Generalitat, Lluís Companys, fusilado allí en 1940.
Durante la Guerra Civil el lugar se convirtió nuevamente en cárcel, esta vez para los militares y civiles acusados de traición y espionaje contra la República. Sin embargo, ya en el franquismo, los presos que alojaba eran oficiales y jefes del ejército republicano. No fue hasta el año 2007, que el castillo volvió a manos del Ayuntamiento de Barcelona para usos civiles, sociales y culturales.
Qué ver en el castillo, precios y horarios
El Castillo de Montjuïc es una auténtica joya histórica que merece la pena conocer. Los visitantes podrán descubrir espacios como el puente de acceso de estilo neoclásico, los cuatro baluartes, el patio de armas, la terraza y la torre de vigía (desde donde contemplar unas vistas espectaculares de Barcelona), la muralla de 155 metros de largo, el foso y el camino que rodea la fortificación.
En cuanto a las entradas, la general tiene un precio de 9 € y la reducida de 6 €. Los menores de 8 años entran gratis y todos los domingos a partir de las 15 horas y el primer domingo de mes el acceso también es gratuito. El horario del 1 de marzo al 31 de octubre es de 10 a 20 horas, y del 1 de noviembre al 28 de febrero es de 10 a 18 horas.
Cómo llegar al Castillo de Montjuïc
Hay varias opciones para subir hasta lo alto de la colina y visitar el castillo. Por ejemplo, se puede llegar en coche (hay un amplio parking público) y a pie o en bicicleta, aunque hay que tener en cuenta que el camino es en constante cuesta. También se puede acceder en transporte público con la línea 105 de autobús. El medio más popular es subir en teleférico desde la Avenida Miramar con un precio de 10 € ida y 15 € ida y vuelta por adulto (8,00 € y 11,00 € respectivamente para niños de entre 4 y 12 años).
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