La ciudad con el Jardín Botánico más antiguo del mundo y la plaza más grande de Italia

Jardín Botánico de Padua.
Jardín Botánico de Padua.
Sandor Szabo
Jardín Botánico de Padua.

Está en Padua, en la región del Véneto, al norte de Italia, y es Patrimonio de la Humanidad. Fundado en el año 1545, representa el nacimiento de la ciencia y de la relación entre cultura y naturaleza. El escritor y viajero alemán Johann Wolfgang Goethe se enamoró de él (ortobotanicopd.it). El Jardín Botánico es uno de los tres grandes alicientes turísticos de la ciudad, donde, además, podemos ver los frescos de Giotto de la Capilla de los Scrovegni y la plaza más grande de todo el país.

En Padua, además del Jardín Botánico más antiguo, podemos ver los frescos de Giotto en la Capilla de los Scrovegni y la plaza más grande de Italia

Corría el año 1786. Goethe, como era habitual entre los ilustrados de su tiempo, recorría Italia mientras escribía cartas, anotaciones y reflexiones personales que después darían lugar a un apasionante libro autobiográfico de viajes. Durante su estancia en el país se quedó maravillado ante un palmito, cuya sorprendente geometría le animó a escribir La metamorfosis de las plantas, en cuyas páginas el novelista alemán autor de Fausto, que también era naturalista, defendía la idea de que todas las formaciones vegetales provienen de una sola.

Basílica de San Antonio de Padua.
Basílica de San Antonio de Padua.
Orietta Gaspari

Cerca de Venecia

Plantada en el año 1585, esa palmera, que hoy lleva su nombre, sigue causando admiración a quienes la contemplan. Es, con sus doce metros de altura, el ejemplar más antiguo de los que conserva el que es, a su vez, el Jardín Botánico más antiguo del mundo. ¿Dónde estamos? En Padua, una pequeña ciudad del norte de Italia, dentro de los límites de la histórica región del Véneto, no muy lejos de Venecia.

Aunque el Botánico de Pisa fue construido un año antes, se considera más antiguo al de Padua porque siempre ha estado en el mismo lugar

Aunque el de Pisa fue construido un año antes, en 1544, se considera que el Orto Botánico de Padua es el de mayor edad porque siempre ha estado en el mismo lugar, no como su predecesor, que cambió su ubicación original. Por tal motivo fue declarado en 1997 Patrimonio Mundial por la Unesco, que quiso reconocer, con tal distinción, el valor de haber sabido mantener su trazado primigenio, formado por un terreno circular, símbolo del mundo, rodeado por un anillo de agua, que representa el océano.

Frescos de Giotto en la capilla de los Scrovegni.
Frescos de Giotto en la capilla de los Scrovegni.
Getty Images

Herencia de los monjes

Los jardines botánicos nacieron en el siglo XVI como herencia de aquellos hortus sanitus y botanicus en los que los monjes de los monasterios cultivaban plantas para preparar remedios. Este de Padua surgió por iniciativa de la cátedra de medicina de la Universidad de la ciudad, fundada en 1222, que pretendía reunir todas las hierbas y plantas posibles en un mismo espacio para estudiarlas en profundidad y no cometer errores a la hora de realizar medicamentos, cuya elaboración provenía muchas veces de la tradición oral.

Enormes lirios acuáticos en el Jardín Botánico de Padua.
Enormes lirios acuáticos en el Jardín Botánico de Padua.
Evghenia Medvedev

Ciencia y cultura

Además del famoso palmito, protegido en un invernadero, el catálogo del jardín incluye magnolios, acacias, plátanos orientales, cedros del Himalaya… y un espectacular gingko biloba, plantado en 1750, que alcanza los 18 metros de altura. Cuenta, en sus más de 22.000 metros cuadrados, con seis mil especies diferentes distribuidas en distintos ambientes que permiten viajar por hábitats diversos, y un herbario, creado en 1835, que recoge unas 500.000 muestras de plantas secas de todo el mundo, así como algas, hongos, musgos y líquenes.

Plaza de Padua, la más grande de Italia.
Plaza de Padua, la más grande de Italia.
Getty Images/iStockphoto

La plaza más grande

El Orto Botánico de Padua no tiene pérdida: está situado en el centro histórico de la ciudad, a muy pocos pasos de la Basílica di Sant'Antonio di Padova y del Prato della Valle, que es, con sus 90.000 metros cuadrados, la plaza más grande de Italia. De forma elíptica, es otro remanso para la paz, rodeada como está por un pequeño canal bordeado por dos anillos de estatuas. Aquí nada queda lejos.

Aún nos queda una visita que hacer si hasta aquí hemos llegado: la Cappella degli Scrovegni, decorada con los maravillosos frescos, obra cumbre del arte occidental, con los que Giotto revolucionó la pintura mural a principios del siglo XIV.

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