La ciudad de Viena es elegancia pura. En la capital austriaca podemos visitar lugares tan icónicos y bellos como el Palacio de Schönbrunn, la Ópera o el Palacio de Hofburg. Sin embargo, cuando acabemos con la lista de los imprescindibles, todavía nos quedarán varias paradas menos conocidas para acabar sacarle todo el potencial a la urbe.
Kugelmugel
Aunque parezca imposible, existe un "país" dentro de la ciudad de Viena. Hablamos de Kugelmugel, una curiosa construcción ubicada dentro del Prater, el parque más grande de la capital. Este fue construido en 1971 por Edwin Lipburger, pero pronto las autoridades austriacas amenazaron con su demolición.
Ante esta situación, Lipburguer se negó a pagar impuestos al gobierno, declaró la casa cómo república independiente, se proclamó presidente y empezó a expedir pasaportes con esa nueva nacionalidad.
Iglesia ortodoxa griega de la Santísima Trinidad
La iglesia ortodoxa griega de la Santa Trinidad o Fleischmarkt está situada en el centro histórico de Viena y es una joya oculta a plena vista. Esta fue construida a finales del siglo XVIII, pero entre 1856 y 1858, el arquitecto Theophil Hansen diseñó una nueva fachada en estilo historicista, así como nuevos interiores, al estilo de las iglesias bizantinas. Desde 1963, este templo alberga además una escuela y una biblioteca griegas. Después de cruzar su fachada de ladrillos de colores, nos adentramos en su interior ricamente ornamentado, con las paredes y techos cubiertas de frescos.
Setagaya Park
El Setagayapark es un pequeño trocito de Japón en medio de Viena. Este espacio verde fue diseñado en 1992 por el paisajista nipón Ken Nakajima y emula un paisaje japonés con varios estanques y arroyos. Asimismo, cuenta con una casa de té japonesa, una lámpara Yukimi, varias esculturas de piedra y una fuente. También destacan las plantaciones de arces japoneses, cerezos y azaleas, que van cambiando de una estación a otra.
Villa de Otto Wagner I
Entre las maravillosas obras arquitectónicas de Otto Wagner, encontramos una joya escondida, pero que merece mucho la pena visitar. Se trata de la conocida como Villa de Otto Wagner I. Esta espléndida propiedad fue construida a finales del siglo XIX como residencia veraniega de la familia y a sus famosas fiestas estivales acudían grandes personajes como Gustav Klimt. A día de hoy, todavía podemos entrar en este majestuoso edificio, ya que acoge el Museo Ernst Fuchs.
Kunst Haus
Entre los lugares imprescindibles y más populares de Viena, encontramos el Hundertwasserhaus, un edificio multicolor creado por Friedensreich Hundertwasser. Pero lo que no todos saben es que la ciudad acoge otras creaciones del artista, como es la Kunst Haus. Esta cuenta con la ventaja de que se puede visitar por adentro, donde descubriremos un museo con más obras de Hundertwasser y exposiciones temporales.
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