Cinco lugares únicos de Oporto que probablemente desconoces (y puedes visitar)

Puente Don Luis I de Oporto.
Puente Don Luis I de Oporto.
Getty Images/iStockphoto
Puente Don Luis I de Oporto.

Situada en la ribera derecha del río Duero, en el lugar justo donde desemboca en el océano Atlántico, la tercera ciudad más poblada de Portugal es también su gran capital del vino. Pasear en rabelo, el barco que servía para transportar las barricas, y recorrer su casco histórico, Patrimonio de la Humanidad, no es lo único que hay que hacer si hasta aquí hemos llegado. Todas estas visitas te van a sorprender.

La tercera ciudad más poblada de Portugal es su gran capital del vino y su casco histórico es Patrimonio de la Humanidad 
Puente de Arrábida al atardecer.
Puente de Arrábida al atardecer.
Getty Images/iStockphoto

Escalar el puente de Arrábida

Construido en 1963 sobre el río Duero, el de Arrábida fue en sus tiempos el mayor puente de arco de hormigón armado del mundo. Sirve para conectar Oporto con Vila Nova de Gaia y es uno de los más fotografiados de la ciudad. Entonces, ¿qué tiene de especial? Pues que ese arco tan característico y universal se puede escalar. En total cuenta con 262 escalones por los que podemos ascender ataviados con un arnés y siempre acompañados de guías profesionales. Las vistas, a 65 metros de altura sobre el río, merecen la pena. Un derroche de adrenalina (portobridgeclimb.com).

Vista aérea del Palacio de Cristal de Oporto.
Vista aérea del Palacio de Cristal de Oporto.
Getty Images

Un mirador de vértigo

Si alguien piensa que Oporto es un destino tranquilo, quizás se equivoque. Hay más experiencias no aptas para quienes sufran de vértigo. Una de ellas es asomarse al mirador Porto 360, que corona la cúpula del Pavilhão Rosa Mota, un pabellón multiusos situado en los jardines del Palacio de Cristal, en la freguesia de Massarelos, proyectados en la década de 1860, en estilo romántico. Se impone primero un paseo relajado entre tilos, gingkos y camelias para después comenzar el ascenso. Hay que subir 150 escalones para alcanzar nuestra particular cima y disfrutar de unas increíbles vistas de todo el entorno, desde Boavista a Marquês y de Ribeira hasta Foz.

Jardines de Serralves.
Jardines de Serralves.
Luis Pedrosa

¿Un parque o un museo?

Pues las dos cosas a la vez. La Fundación Serralves, en la freguesia de Lordelo del Oro, tiene su origen en la quinta del conde de Vizela, cuya casa, construida en los últimos años 30, es uno de los mejores ejemplos de arquitectura Art Déco en Portugal. Esta singular vivienda es solo una de las visitas que podemos hacer en este espacio todo en uno, que incluye un museo de arte contemporáneo, diseñado por Álvaro Siza, una Casa do Cinema y un parque de 18 hectáreas con un lago y un sinfín de esculturas. Lo mejor: cuenta con una pasarela de madera de 245 metros de longitud para ¡caminar entre las copas de los árboles! Un Treetop Walk que alcanza los 15 metros de altura.

Mercado de Bolhao tras su última remodelación.
Mercado de Bolhao.
Fernando Avendano

Comprar y comer en el mercado

Es uno de los edificios con más historia de Oporto. Pero también uno de los más modernos. El monumental Mercado do Bolhão, de aires neoclásicos, fue construido en 1914 en el mismo lugar donde, desde 1838, tenía lugar una famosa feria al aire libre. Después de un largo proceso de rehabilitación fue reinaugurado el pasado mes de septiembre, con puestos similares a los de antaño, con productos frescos (pescados, verduras, frutas…), pero también con espacios gourmet (desde pastelerías hasta cafés y restaurantes) y tiendas de artesanía y decoración. Un viejo-nuevo lugar para tomar el pulso a la ciudad. Ofrece una completa agenda de actividades.

Paseo marítimo en Foz do Douro.
Paseo marítimo en Foz do Douro.
European Best Destinations

El barrio de moda

Situado entre la desembocadura del río Duero y el océano Atlántico, en la parte occidental de la ciudad, Foz de Douro no es exactamente Oporto, pero apenas existe distancia: está a tan solo cinco kilómetros del centro. Así que tendremos que ir (el recorrido en autobús dura diez minutos) para descubrir el lugar favorito de la burguesía allá por el siglo XIX, con un paseo marítimo repleto de cafés y restaurantes con mucho encanto. En medio mismo de las olas, el Faro de Felgueiras ejerce como un imán, sobre todo si lo contemplamos a la hora del atardecer. Si viajamos en pareja, en la praia do Molhe tendremos que buscar la pérgola más romántica del mundo.

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