Portugal tiene numerosas maravillas a muy pocas horas de España que son mucho menos conocidas que Lisboa y Oporto, como puede ser la preciosa urbe de Coimbra, y es que en el interior del país luso hay verdaderos sitios dignos de visitar. Desde localidades tranquilas y agradables hasta edificios impresionantes que dejarán perplejos a cualquier turista.
Ese es el caso de la Casa Mateus, un increíble palacio barroco situado a apenas una hora de Oporto que no tiene comparación con ninguno otro en Europa. Este extraordinario edificio condensa la historia de Portugal, y con el paso del tiempo se ha convertido en uno de los símbolos del país gracias a su belleza y a su espectacular zona ajardinada.
Una de las obras cumbre del siglo XVIII en Portugal
Ubicada a las afueras de la localidad de Vila Real, que está a solo una hora de la frontera con España, la Casa de Mateus es una de las mejores opciones para hacer una excursión de un día. Construida en el siglo XVIII, es uno de los máximos exponentes del estilo barroco en Portugal, algo que se puede comprobar en su exterior pero sobre todo en su interior. Erigida en 1744 por el arquitecto Nicolau Nasoni, artífice de algunos edificios más importantes de Oporto, como la Iglesia de los Clérigos, todavía sigue siendo una maravilla casi 300 años después.
Una vez se atraviesan las puertas de este palacete, los visitantes se trasladarán a la época de esplendor del barroco en todas y cada una de sus distintas estancias, gracias a sus techos de madera y sus abundantes y llamativas ornamentaciones. Paseando por el Salón Noble o la biblioteca se puede encontrar todo tipo de mobiliario desde el siglo XVIII hasta la actualidad, siendo una muestra de la historia portuguesa, algo que también se puede comprobar a través de su inmensa colección pictórica.
La Casa Mateus también es una visita obligada para los amantes de los vinos, y es que este palacio es uno de los mejores lugares para hacer enoturismo gracias a su bodega, construida en el siglo XVII y que hoy en día todavía sigue abierta. El pueblo de Vila Real se encuentra en la conocida Región vitícola del Alto Duero, que ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Jardines llenos de vida
Si dentro de los muros del edificio los turistas ya se quedan estupefactos, los jardines que lo rodean no harán más que aumentar ese asombro. La inmensa rosaleda repleta de flores, arbustos y árboles dota a todo el paisaje de un encanto descomunal, mientras que su precioso lago y su túnel hecho íntegramente de cedro da incluso un toque de misticismo a este impresionante lugar que hay que visitar sí o sí.
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