El callejón totalmente cubierto de chicle que se ha convertido en una popular atracción turística

El Bubblegum Alley no es una visita turística convencional, esta calle llena de goma de mascar es uno de los lugares más curiosos con los que nos podremos encontrar en la ciudad de San Luis Obispo.
Bubblegum Alley.
Bubblegum Alley.
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Bubblegum Alley.

Una pequeña calle de la ciudad de San Luis Obispo se ha convertido en una popular atracción turística que no deja indiferente a nadie. Este callejón de la urbe californiana, conocido como Bubblegum Alley, no llama la atención por sus dimensiones, su historia o su valor artístico, sino por estar totalmente cubierto por chicles, ni un centímetro de sus paredes se han librado de la goma de mascar. Este lugar tan curioso atrae a muchos visitantes, que buscan tomarse una foto divertida o incluso pegar su propio chicle en el callejón.

El origen del Bubblegum Alley

Al visitar el Bubblegum Alley lo primero que pensaremos será el porqué de esta pegajosa decoración. Tal y como explican desde Turismo de San Luis Obispo, la historia del callejón se remonta a principios de la década de 1970. "Muchos académicos y lugareños creen que el muro se creó a partir de una rivalidad entre los estudiantes de la escuela secundaria San Luis Obispo y los de Cal Poly, mientras que otros afirman que surgió justo después de la Segunda Guerra Mundial como un evento de graduación de la secundaria", explican.

En la ciudad de San Luis Obispo, California, encontramos una calle tan curiosa como pegajosa. Bajo el nombre de Bubblegum Alley, las paredes de este callejón están totalmente cubiertas de chicles masticados que han ido pegando los turistas a lo largo de ls años.
Bubblegum Alley.
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Sea como sea, desde su creación se ha limpiado por completo en dos ocasiones a petición de los propietarios de tiendas cercanas. Sin embargo, los chicles que están pegados ahora probablemente permanecerán allí por mucho tiempo, y es que el callejón se ha consolidado como un punto turístico más de la ciudad californiana.

El callejón y otras actividades cercanas

El Bubblegum Alley tiene 4,5 metros de alto y 21 de largo, y allí los curiosos podrán tomarse fotos muy divertidas y contribuir con su propia goma de mascar masticada aumentando el pegajoso mural. Eso sí, hay que tener cuidado de no tocar las paredes si no queremos acabar pegados o llevarnos un chicle ajeno de recuerdo.

Bubblegum Alley
Bubblegum Alley
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Además de visitar el Bubblegum Alley, muy cerca podremos hacer otras actividades turísticas, empezando por tomar una pinta en el icónico bar Libertine Brewing Co., un helado artesanal en McConnell o un riquísimo gofre en Nite Creamery. Si viajamos con niños también es una buena opción visitar el San Luis Obispo Children’s Museum y si queremos empaparnos con el arte de la ciudad, esta cuenta con una gran oferta de galerias de arte.

Cómo llegar al Bubblegum Alley

Para llegar al callejón debemos tomar la salida 101 desde la Osos Street Northbound y girar inmediatamente a la derecha en Walnut Street y luego de nuevo a la derecha en Chorro Street. Tras 1,6 km giramos a la derecha hacia la calle Higuera, de modo que el Bubblegum Alley nos quedará a la izquierda. Muy cerca de allí podremos encontrar tiendas de dulces para comprar chicles, como SLO Sweets y Rocket Fizz.

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