Al sureste de Guadalajara y a 50 minutos de Madrid, se encuentra un lugar que parece sacado de una película de terror. Se trata de Villaflores, un pueblo abandonado declarado Bien de Interés Cultural en el año 2014.
La construcción de este poblado fue, aproximadamente, entre los años 1886 y 1887. Destaca por ser uno de los pueblos agrícolas que ha quedado 'semi intacto' desde entonces.
Un recorrido por las calles abandonadas
Villaflores cuenta con una casa principal, de una planta cuadrada y un gran patio interno con un cobertizo. En la parte exterior tiene un escudo del antiguo propietario, un reloj y un campanil. Fue diseñada por el arquitecto Ricardo Velázquez Bosco, quien diseñó edificios como el Palacio de Velázquez, en el parque El Retiro de la capital, o el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
El poblado tiene, además, cuatro viviendas en las que vivían trabajadores, una escuela, dos pozos con noria y una pequeña ermita situada dentro de un cementerio. El interior de los edificios se encuentra devastado debido al paso del tiempo, pero el exterior de gran parte de los edificios se muestra intacto.
Destaca el palomar, con dos plantas, que cuenta con alrededor de mil nichos para palomas. El pueblo tiene una capilla cubierta con tres salas: el acceso, la capilla con una bóveda de medio cañón con lunetos y la sacristía. Es el único edificio construido con teja cerámica plana. También hay un molino intacto que se sitúa justo a las afueras del poblado.
Una historia temerosa
Cada pueblo tiene un pasado, una historia y una leyenda, y si está abandonado, el interés es mucho mayor. Según se cuenta, dos jóvenes se enamoraron y decidieron casarse en la villa más cercana, en Villaflores. Después de la boda, el joven se puso enfermo, los médicos no sabían qué era lo que le ocurría y entonces comenzó a sospechar que su mujer le estaba envenenando para poder 'librarse' de él e irse con otro hombre.
Un día el joven se puso tan enfermo que decidió asesinar con sus propias manos a su mujer, y, acto seguido, se suicidó, quedando sus cuerpos sin vida tendidos en el suelo del molino. Un granjero que pasaba por allí decidió enterrarlos juntos. Desde entonces, se cuenta que en las noches se escuchan lamentos y voces de un hombre y una mujer, provocando en los vecinos de los pueblos de alrededor un gran sentimiento de temor.
Cómo llegar a Villaflores
El trayecto en coche hasta Villaflores desde Guadalajara es de 12 minutos por la carretera N-320a. Desde Madrid, se tarda 1 hora por la carretera A-2.
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