Crean un 'guante de los sueños' que mejora la creatividad de quien lo lleva

Los investigadores dividieron a los voluntarios entre los que durmieron que se les pidió que pensasen en árboles y los que no se les detalló nada, pero también durmieron y los pensaron o no en los árboles estando despiertos.
Los investigadores dividieron a los voluntarios entre los que durmieron que se les pidió que pensasen en árboles y los que no se les detalló nada, pero también durmieron y los pensaron o no en los árboles estando despiertos.
Andrea Piacqudio de Pexels
Los investigadores dividieron a los voluntarios entre los que durmieron que se les pidió que pensasen en árboles y los que no se les detalló nada, pero también durmieron y los pensaron o no en los árboles estando despiertos.

Los sueños son un gran escaparate para la creatividad. Muchos artistas recurren a ellos para sacar ideas para sus canciones, libros, películas, cuadros, etc. Por ejemplo, Mary Shelly escribió Frankenstein inspirada por un sueño que tuvo de un cadáver que cobraba vida y Paul McCartney compuso Yesterday, convirtiéndose en una de las canciones míticas de The Beatles.

Un equipo de investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) ha publicado un artículo en el que hablan de Dormio, un prototipo de unos guantes en el que llevan años trabajando y que permite "guiar los sueños". El dispositivo todavía está en fase experimental, pero sus desarrolladores han presentado grandes avances al respecto. 

La primera etapa del sueño: la más creativa

En una de las primeras pruebas, se pidió a los voluntarios que cerrasen los ojos y se relajasen y, cuando comenzaron a quedarse dormidos, utilizaron en varios una grabación que les solicitó que "pensasen en árboles". El guante electrónico detectó que los participantes habían entrado en la primera etapa del sueño (N1), en un estado semilúcido que es el ideal para la creatividad, ya que los pensamientos se salen del control de los individuos, pero se sigue siendo consciente.

Los sueños que se tienen en este momento son breves y normalmente se olvidan, a no ser que se despierten en ese instante, que es justo lo que hicieron los del MIT. Tras 5 minutos en la fase N1, una máquina emitió una señal de audio que los despertó de su siesta y les pidió que dijesen en voz alta qué habían soñado.

El proceso se repitió en más ocasiones durante 45 minutos. Siempre que los participantes se despertaban, se les preguntaba por sus sueños y se les volvía a pedir que se durmiesen. En el experimento, los voluntarios usaron Dormio y tuvieron sueños en los que los árboles estaban presentes, en algunos casos de forma extraña, como uno que recordó tener brazos hechos de madera u otro que afirmó que era muy grande y que podía "comer árboles como si fueran bocadillos".

Adam Haar, coautor del estudio, cuenta que los participantes que se habían considerado "poco creativos" demostraron que no lo eran en sus sueños. "La mayoría de las personas no saben que hay una parte de sí mismos que está biológicamente diseñada para despegarse por completo, pero la olvidan todas las noches", ha explicado el investigador. 

La prueba también tuvo a algunos participantes durmiendo sin los guantes y otros dos grupos de control en el que las personas permanecieron despiertas pensando en árboles. Tras las sesiones, se les solicitó a todos que hiciesen uso de su creatividad para que pensasen cómo se podía sacar partido a un árbol. Las respuestas iban desde "fabricar instrumentos musicales" o emplearse como "palillo de dientes para un gigante" hasta "quemar" o crear historias sobre árboles.

Posteriormente, los investigadores evaluaron las propuestas basándose en una escala de creatividad psicológica, en la que se tenía en cuenta la originalidad, el humor y la emotividad. También se fijaron en la "distancia semántica" de las palabras empleadas con 'árbol'. Por ejemplo, 'hoja' está más cerca del concepto de 'árbol' que 'palillo'.

La puntuación de los que habían soñado con árboles fue un 78% más alto que los que permanecieron despiertos simplemente pensando y un 63% más alto que los que se les pidió que pensasen en árboles sin dormirse. A algunos participantes que se les había solicitado que se durmiesen, pero sin hablarles de árboles inicialmente, superaron solo un 48% a los despiertos.

Con Dormio, los investigadores pudieron controlar los estados de sueño y, gracias a ello, cerciorarse de que los participantes recordasen las historias que pensaban mientras dormían. Aunque no pudiesen monitorizar sus sueños al completo, se comprobó que los árboles formaban parte de sus ideas inconscientes.

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