China logra conectar un ordenador al cerebro de un mono

El objetivo final es que los implantes puedan insertarse en cerebros humanos para personas con dificultades motoras.
El objetivo final es que los implantes puedan insertarse en cerebros humanos para personas con dificultades motoras.
Robina Weermeijer vía Unsplash
El objetivo final es que los implantes puedan insertarse en cerebros humanos para personas con dificultades motoras.

Elon Musk tiene multitud de proyectos en mente y, para ello, ha fundado varias empresas. Una de ellas es Neuralink, con la que el magnate pretende conseguir crear implantes cerebrales para que los humanos se conecten a máquinas y se comuniquen de forma inalámbrica. Sin embargo, el empresario no es el único que está detrás de este propósito, sino que China también está investigando sobre el tema.

Unos científicos chinos han informado recientemente que han realizado con éxito el "primer experimento de interfaz cerebro-computadora (BCI) del mundo en un mono". A pesar de cómo lo han presentado, esto es algo que ya lo consiguió Neuralink en abril de 2021, logrando que un chimpancé de 9 años jugase al videojuego Pong con su mente. 

El paso hacia delante en China demuestra que la firma de Musk no está sola en la carrera para colocar microchips en los cerebros. No obstante, Ma Yongjie, neurocirujano de la Universidad Médica Capital del Hospital Xuanwu, de Beijing, reconoce que todavía les queda "un largo camino por recorrer". 

¿Qué es una interfaz cerebro-computadora (BCI)?

La tecnología que están desarrollando en Neuralink y en China tiene como propósito ayudar a pacientes con disfunción motora a lograr señales eléctricas para realizar comandos. Yongjie formó parte del equipo de la prueba del mono y asegura que, cuando puedan probar su dispositivo en humano, servirá para que las personas con dificultades de movilidad puedan "interactuar con su entorno y mejorar su calidad de vida".

Otros hitos en China

Aunque Neuralink sea la empresa tecnológica que trabaja en el desarrollo de BCI más sonada, cabe señalar que no es la única, como hemos podido comprobar. En 2020, unos científicos chinos fueron capaces de injertar dos microelectrodos en el cerebro de un paciente de 72 años con éxito. 

El hombre tenía el cuerpo paralizado del cuello para abajo, pero conectaron su sistema nervioso central a un brazo, pudiendo manipular su brazo a través de impulsos cerebrales.

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