Una ciudad entera acuerda prohibir el móvil a los niños más pequeños: "La niñez es cada vez más corta"

Los padres podrán presentar el acuerdo como una regla escolar para convencer a sus hijos y evitar conflictos en el hogar.
Los padres podrán presentar el acuerdo como una regla escolar para convencer a sus hijos y evitar conflictos en el hogar.
bruce mars de Unsplash
Los padres podrán presentar el acuerdo como una regla escolar para convencer a sus hijos y evitar conflictos en el hogar.

Los padres y profesores de Greystones, una ciudad de Irlanda, se han puesto de acuerdo para crear una norma común que prohíbe el uso de móviles hasta que comiencen sus estudios secundarios. Su intención es resolver la preocupación de los adultos de la adicción al teléfono y la exposición a contenidos no aptos en edades tempranas, evitando que empleen el teléfono en cualquier contexto.

"Si todos lo hacen en todos los ámbitos, no te sientes como si fueras el extraño -afirma a The Guardian, Laura Bourne, una madre de Greystones-. Hace que sea mucho más fácil decir que no. Cuanto más tiempo podamos preservar su inocencia, mejor".

El acuerdo supone que los niños que todavía no hayan llegado a la escuela secundaria no podrán tener smartphones ni en el colegio ni en casa. De este modo, pretenden evitar que otros compañeros animen al resto a pedir dispositivos a sus padres.

Antes de la norma, en las escuelas de Greystones se restringía el uso de aparatos electrónicos, pero en casa se empleaba. Según cuentan los profesores, el efecto de las redes sociales de quienes tenían móviles despertó la curiosidad del resto de alumnos y, con la nueva medida, pretenden mitigar el problema.

Para que no haya conflictos en los hogares, se ha decidido presentar el código como una regla escolar a los pequeños. No obstante, no todos los padres se han sumado a la propuesta, por lo que algunos niños seguirán disponiendo de smartphones.

Rachel Harper, directora de la escuela St Patrick's que lideró la iniciativa, apunta para The Guardian que esperan "que en el futuro se convierta en la nueva norma". Ella opina que "la niñez es cada vez más corta" a raíz del empleo de móviles.

Algunos pequeños están de acuerdo con la medida. Por ejemplo, Jane Capatina, de 10 años, alumna de St Patrick, reconoce que le gustaría tener uno, pero que no quiere volverse adicta. Su hermana Rachel, de 8 años, cuenta que "es justo si nadie puede tenerlo".

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