Análisis Realme GT: atractivo general y diseño a lo 'Kill Bill' para ser una alternativa en la gama alta

Realme se asocia a los móviles de gama media y a las prestaciones a buen precio, un espíritu que la marca china ha materializado asimismo en sus incursiones en la gama media premium y en la alta (su línea X). La serie GT debuta en el mercado internacional de la mano del Realme GT, un llamativo y completo smartphone 5G mediante el que la compañía exhibe que en paralelo a su vertiente clave también quiere ser una alternativa en el segmento noble.

El Realme GT combina especificaciones propias de la gama alta con otras adscritas al nivel medio premium, de ahí su precio equilibrado, 449 euros en la configuración de 8 GB + 128 GB ó 599 euros en la de 12 GB + 256 GB (sin contar promociones de lanzamiento). Se rige por la potencia que ofrece el Qualcomm Snapdragon 888, el procesador por el que se decantan los fabricantes para elevar sus dispositivos de referencia.

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El modelo destaca en primer término por su diseño, en especial en su versión Racing Yellow, concebida como símbolo. Esta variante en amarillo se define por el cuero vegano, que cubre buena parte de la trasera salvo la banda destinada al brillo y los reflejos sobre la que se ubica el depurado módulo de las cámaras. La plasmación está inspirada en la potencia y la velocidad de los coches gran turismo, si bien la cinefilia del usuario activa ante todo el recuerdo de la icónica ‘Kill Bill’.

La superficie de piel, además de implicar decir adiós a las huellas, otorga un punto de elegancia y distinción y posibilita que el tacto y el agarre resulten agradables. A la comodidad contribuye la apuesta por ir en línea con el Realme 8 y el Realme 8 5G y mirar a lo ligero. Con cuero vegano pesa 186,5 gramos y en la versión con la trasera de cristal, 186 gramos. Sí que hay diferencias en el grosor, 9,1 mm. en el caso de la de piel frente a 8,4 mm, rasgo que no molesta al manejarlo.

Una notable pantalla fluida

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Luce una notable y sugerente pantalla Samsung Super Amoled de 6,43 pulgadas con resolución FHD+ y el reclamo de la tasa de refresco de 120 Hz y de los 360 Hz en lo relativo al muestreo táctil. Los ajustes referentes a la frecuencia de actualización de pantalla permiten optar por la alta, y por tanto por la mayor fluidez, por la normal (60 Hz), para ahorrar batería, y por la selección automática, en la que se aplica la más apropiada según cada aplicación.

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El Realme GT se suma al rango de las cámaras de 64 MP, estatus que comparte con modelos como el Realme 8 y el Realme 7 Pro. El Realme 8 Pro mantiene la exclusividad respecto a los 108 MP. El sensor principal, el Sony IMX682, está secundado por un ultra gran angular de 8 MP con campo de visión de 119 gramos y de uno macro de 2 MP. En el frontal, la cámara para selfis, en la parte superior izquierda, alcanza los 16 MP. En el apartado de fotografía y vídeo Realme apuesta por lo reconocible, y la jugada le sale bien.

Realme 8 y Realme 8 5G: dos móviles de garantías. ¿En qué se diferencian?

La carga rápida de 65W, la SuperDart distintiva de la marca, constituye otro de los aspectos de nivel. En consonancia con lo indicado en análisis anteriores, el teléfono vuela (en 35 minutos recupera el 100%). Integra una batería de 4.500 mAh.

Con altavoces duales estéreo con Dolby Atmos, el Realme GT funciona con Android 11 según Realme UI 2.0, la evolución de su interesante e intuitiva interfaz. Contempla la tecnología NFC para realizar pagos móviles, cada vez más demandada, así como integra el sensor de huella dactilar en el panel. En el lado izquierdo incluye la ranura para dos nano-SIM (sin espacio para microSD) y los dos controles de volumen. A la derecha figura el botón de encendido y bloqueo. Por último, cabe apuntar que no se olvida de la toma de auriculares.

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