El matemático Alan Turing propuso el siglo pasado una prueba conocida como ‘el test de Turing’ en un contexto en el que el avance tecnológico era cada vez más rápido. Su plan consistía en poner a un humano a mantener una conversación con una máquina y otra con una persona y comprobar si era capaz de distinguirlos correctamente.
Hace unos meses, hablábamos de que Mustafa Suleyman, fundador de DeepMind, consideraba que el test de Turing ya no era importante debido al avance en Inteligencia Artificial. El empresario proponía una nueva meta para comprobar si esta tecnología era buena en los negocios, que consistía en dar a la IA de una cantidad de dinero considerable y pedirle que lo multiplicase.
Aunque el plan de Suleyman esté lejos de probarse y tener resultados exitosos, unos investigadores de la Universidad de Brown (EEUU) y varias universidades chinas han evaluado si robots impulsados por ChatGPT 3.5 puede completar el proceso de desarrollo de software sin formación previa. El estudio ha demostrado que la IA actual puede gestionar una empresa enfocada al software de forma rápida y rentable y apenas necesidad de intervención humana.
Para llegar a esas conclusiones, los investigadores presentaron a ChatGPT 3.5 una hipotética empresa de desarrollo de software llamada ChatDev. La compañía se basó en el modelo de cascada para dividirla en cuatro etapas diferentes que, en orden cronológico, eran: diseño, codificación, pruebas y documentación.
Partiendo de ahí, el equipo asigno a robots con ChatGPT 3.5 que se encargasen de funciones específicas. Por ejemplo, el CEO y CTO de ChatDev trabajaba sobre todo en la etapa de diseño, el programador y diseñador artístico en la codificación, etc. Cada uno, debía aportar "detalles vitales" que describían como la "tarea y las funciones designadas, los protocolos de comunicación, los criterios de terminación y las limitaciones".
Los trabajadores de IA chateaban entre ellos para completar cada etapa del desarrollo de software, con una intervención humana mínima. Por lo tanto, desde la decisión del lenguaje de programación usado hasta la identificación de los errores del código, lo hizo prácticamente la IA sola.
Un caso concreto del estudio consistió en pedir a los 'empleadose de ChatDev que diseñasen el juego 'Gomoku básico', un juego de mesa de estrategia conocido como 'Cinco en raya'. Con solo esa indicación, el CEO mandó al CTO que propusiera un lenguaje de programación u este escogió Python. Posteriormente, el programador solicitó al diseñador una interfaz gráfica de usuario bonita y, así, fueron chateando hasta realizar un total de 70 tareas diferentes.
Los investigadores demostraron que se podía crear una empresa de software impulsada por IA "en menos de siete minutos a un coste inferior a un dólar". Según las conclusiones, el 86,66% de los sistemas de software generados por ChatDev se pudieron ejecutar sin fallos.
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