Los ciberdelincuentes ofrecen continuamente servicios maliciosos en la darknet, incluyendo servicios de creación de deepfakes. Estos puedes ser de diferentes tipos, como la realización de montajes pornográficos para vengarse de alguien, llegando hasta la simulación de streamings centrados en criptomonedas usándolos como estafa.
El precio de estos vídeos está entre los 300 y los 20.000 dólares por minuto (entre 277 y 18.500 euros). Esto no solo representa un riesgo para la reputación y la privacidad de los usuarios, sino que también son un peligro para su bolsillo.
El riesgo de ser víctima de esto es cada vez mayor. La manipulación de imágenes de una persona, muy fáciles de conseguir hoy en día a través de las redes sociales publicas, se puede llevar a cabo con muchos fines: fraude financiero, manipulación política, venganza, acoso…
Sin embargo, crear deepfakes de calidad y que parezcan auténticos exige una gran experiencia y disponer de un software específico. Por ello, quienes buscan vídeos de este tipo acuden a la dark web.
Por este motivo, los expertos de Kaspersky, la reconocida compañía global de ciberseguridad y privacidad digital, han estudiado los foros de la red oscura para analizar cómo funciona esta ‘industria’.
Caro, demandado y peligroso
La investigación revela que hay una gran demanda de deepfakes, tanta que supera la oferta disponible. Su precio varía en función de la complejidad que exija el cliente y, en muchos casos, las temáticas tratan sobre celebridades o políticos y el coste por minuto oscila entre los 300 y los 20.000 dólares.
Algunos de los creadores de estos estafas ofrecen vídeos de alta calidad para realizar fraudes con criptomonedas. Este servicio incluye la generación de documentos visuales en los que los ciberdelincuentes consiguen recolectar monedas virtuales con el cebo de la entrega de obsequios falsos.
Para crearlos, los ciberdelincuentes usan imágenes de celebridades y manipulan vídeos ya publicados para realizar transmisiones en directo en redes sociales, prometiendo duplicar cualquier pago en criptomoneda que se les envíe.
En general, muestran una página generada previamente donde se les pide a las víctimas que transfieran un número concreto de monedas virtuales con la promesa de duplicar su pago. Como resultado, los usuarios pueden perder entre 1.000 y 460.000 dólares (entre 924 y 425.000 euros).
Normalmente, los deepfakes se utilizan para estafas financieras, pero también pueden suponer un grave problema para la privacidad. Algunos creadores ofrecen sus servicios para crear vídeos pornográficos.
De hecho, se pueden ver tutoriales para aprender a crear estos fakes, en los que se explica cómo seleccionar las imágenes e intercambiarlas para que el resultado sea creíble. Estos materiales son utilizados para chantajear a la víctima, la cual sufre un gran daño emocional y económico.
“La tecnología mejora cada vez más rápido y es más accesible para todos, por ello es crucial que empresas y ciudadanos tomen medidas para protegerse de las estafas y ataques a través de deepfakes”, explica Vladislav Tushkanov, científico de datos principal de Kaspersky.
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