Nuestra presencia en la red, una huella difícil de borrar: ¿Podemos lograrlo?

Un 37% de los españoles afirma que sus perfiles en las redes sociales no les representan de forma real.
Un 37% de los españoles afirma que sus perfiles en las redes sociales no les representan de forma real.
©[geralt] via Pixabay.com.
Un 37% de los españoles afirma que sus perfiles en las redes sociales no les representan de forma real.
Vanessa González

Vanessa González

  • Corporate Communication Director. Kaspersky Iberia.

A pesar de que la tecnología cada vez está más presente en nuestro día a día, son muchas las personas que todavía no comprenden el alcance que puede tener dar un 'me gusta' o cómo una publicación en redes sociales puede afectar a nivel laboral. Nuestra huella digital es cada vez mayor, lo que hace más complicada la gestión de nuestra presencia online.

El 74% de los españoles cree, erróneamente, que es posible eliminar totalmente su presencia en la Red. Tenemos malas noticias para todos ellos: borrar por completo una información difundida por redes sociales es una misión muy compleja, en algunos casos, imposible.

La realidad a la que nos enfrentamos es que, en muchas ocasiones, no está clara una cuestión que se torna cada día más fundamental: ¿qué nivel de control tenemos sobre nuestra presencia en la Red?

En Kaspersky abordamos este tema en El Derecho al Olvido ("Right to be Forgotten"), un estudio que evidencia la falta de conocimiento generalizada el público en lo que se refiere al control que tienen sobre su presencia en la red o cómo gestionar su identidad digital.

Vulnerar el derecho a la protección de datos ya es delito

Recientemente, el Tribunal Constitucional reconoció el Derecho al Olvido en los buscadores de Internet. De esta manera, declaró como inconstitucionales las resoluciones que vulneraron el derecho a la protección de datos personales de una persona frente a informaciones difundidas en Internet. Se pone así de manifiesto la necesidad de brindar una mayor protección a los usuarios y a su información.

En nuestro estudio, llevado a cabo entre más de 8.500 usuarios de Internet en 11 países europeos, incluyendo España, se han analizado tres ejes de investigación: el nivel de concienciación sobre el impacto de la huella digital de una persona en su carrera profesional y en sus relaciones; la comprensión sobre el impacto tanto positivo como negativo de su actividad online (en particular, la publicación sobre temas polarizados); y su predisposición para realizar un testamento digital (datos que permiten acceder a los servicios de correo, páginas web, redes sociales, sistemas de crédito en Internet, etc.), así como lo que sucede con sus datos después de su muerte.

Control sobre la huella digital y la percepción de nuestro yo digital

Quizás el dato más preocupante que arroja el estudio es que la gran mayoría de los encuestados españoles -un 74%- cree, erróneamente, que tiene el control para eliminar totalmente su presencia en la Red.

Para la mayoría de los usuarios es importante la percepción que los demás tienen de ellos. Así, un 37% de los españoles encuestados afirma que sus perfiles en las redes sociales no les representan de forma real y un 47% asegura que los demás pueden hacerse una idea equivocada de ellos a partir de su historial de búsqueda en Internet.

A qué NO dar me gusta

Las publicaciones que "nos gustan" en las redes sociales pueden tener un profundo efecto en la percepción externa. Los españoles son conscientes de que su manera de comportarse en la red puede tener consecuencias, y señalan ciertos temas como más arriesgados y polémicos, llegando a afectar incluso a sus perspectivas de empleo.

Pero ¿en qué temas puede pasarnos más factura posicionarnos a la hora de relacionarnos o de encontrar un empleo?

Según los españoles, los tres temas más arriesgados y con peores consecuencias serían las publicaciones despectivas hacia personas discapacitadas (42%), los posts contra las vacunas del COVID (40%) y el uso del lenguaje contra transexuales (35%). Cierran la lista de asuntos complejos, empatados con un 27%, hablar en contra del cambio climático y posicionarse a favor de un partido político.

Impacto en las perspectivas laborales

El estudio también revela cómo puede afectar nuestra presencia en la Red a nuestra carrera profesional. En España, un tercio de los directivos hace una búsqueda online de un candidato antes de contratarle. Y no hablamos de ciencia ficción, lo cierto es que la mitad de los ciudadanos conoce a una persona en esta situación, es decir, que ha visto efectos negativos en su trabajo o en su carrera por una antigua publicación en redes sociales. A pesar de ello, la tendencia es a no revisar ni eliminar esas publicaciones.

Licencia para hacer testamento

Pero nuestro rastro en Internet también sigue presente después de fallecer. La encuesta detectó una preocupante falta de concienciación, ya que un tercio de los encuestados no se ha planteado nunca qué será de su huella digital una vez que ellos ya no estén para gestionarlas y casi una quinta parte (17%) asume erróneamente que todas sus cuentas de redes sociales se eliminarán automáticamente para siempre.

Sabemos, también que el 33% de españoles se sentiría cómodo accediendo al perfil de las redes sociales de un progenitor fallecido, pero en el otro lado, solo el 15% tiene previsto dejar en su testamento el acceso a su identidad digital o presencia online (búsqueda en Internet, redes sociales, historial de compras, correo electrónico, iCloud).

Es fundamental que la población tenga presente que los datos nos siguen allá donde vamos, se convierten en una parte de nosotros mismos y nos acompañan durante toda nuestra vida.

Los datos que compartimos hoy no reflejan la persona que seremos mañana, por eso es tan importante comprender el impacto de todo lo que compartimos. Y, lo que es más importante, debemos saber hasta qué punto es posible borrar permanentemente nuestra antigua identidad digital cuando ya no refleje nuestros valores.

Y es que, a pesar de que la normativa en materia de protección de datos reconoce a las personas físicas el llamado “derecho al olvido digital”, su ejercicio no es automático. Deben cumplirse una serie de condiciones relativas a que la información difundida en Internet sea inadecuada, inexacta, no pertinente, excesiva u obsoleta y que no entre en conflicto con otros derechos fundamentales como son la libertad de expresión o el derecho a la información.

Es decir, el derecho al olvido no nos permite borrar cualquier rastro que hayamos dejado en Internet, por lo que es importante aplicar el mismo criterio de sentido común que aplicamos en nuestra vida real.

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