Ferrari sufrió en octubre del año pasado un ciberataque en el que robaron 7 gigabytes de información de la empresa, como manuales de reparación, fichas técnicas y documentos privados y/o sensibles. Cinco meses después, el fabricante ha comunicado que han vuelto a verse afectados por un ataque y que, en este caso, los ciberdelincuentes han enviado una solicitud de rescate para recuperar los datos de contacto de sus clientes.
"Después de recibir esta solicitud, iniciamos inmediatamente una investigación en colaboración con una empresa de ciberseguridad líder en el mundo –ha explicado la marca-. Además, hemos informado a las autoridades pertinentes y confiamos en que harán todo lo que esté a su alcance para llevar a cabo la investigación".
Con respecto al pago del rescate, Ferrari se ha mostrado en contra y asegura que no cederá. Según mencionan, al aceptar esas solicitudes, estarían financiando actividades delictivas y esto "permitiría a los autores de las amenazas perpetuar sus ataques".
El comunicado oficial se ha realizado porque consideran que "el mejor curso de acción" es alertar a sus clientes de la exposición de sus datos y de las medidas que se están tomando para recuperarlos. Ferrari asegura que se toman "muy en serio" la confidencialidad y que son conscientes del problema que supone lo sucedido: "Nos hemos asociado con expertos para fortalecer aún más nuestros sistemas y estamos seguros de que son sólidos. Además, podemos confirmar que la infracción no tuvo ningún impacto en las operaciones de nuestra empresa".
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