El incidente de los gaseoductos NordStream 1 y 2 que se produjo a principios de octubre hizo que creciesen las preocupaciones ante la posibilidad de que se dañasen los cables submarinos de fibra óptica. La semana pasada se detectaron cortes de cable en el sur de Francia que afectaba a los principales cables de conectividad de Asia, Europa, Estados Unidos y potencialmente a otras partes del mundo.
Los fallos se hallaron en la conexión Marsella-Lyon, Marsella-Milán y Marsella-Barcelona. Según la compañía de seguridad en la nube Zscaler, las roturas provocaron que algunos clientes de Internet sufriesen pérdidas de datos y un aumento de la latencia cuando visitaba webs y aplicaciones que se viesen afectadas por las rutas dañadas.
Para solucionar estos problemas, Zscaler comentó que ajustaban el enrutamiento "en la medida de lo posible" y que colaboraban con los proveedores de contenido. Un día después de que se confirmase el accidente, la empresa aseguró que habían reparado los enlaces.
Sospechas de Rusia
Florence Parly, ministra de las Fuerzas Armadas de Francia, declaró antes de la entrada militar de Rusia en Ucrania que los cables submarinos podían ser "objetivo de naciones tentadas a destruirlos". El Centro de Operaciones, Vigilancia y Acción Marítima de la Armada (COVAM), con centro operativo en Cartagena, ha observado desde junio tres "detecciones principales" de embarcaciones rusas sobre o cerca de grandes cables submarinos de datos que conectan digitalmente a España u otros países europeos con el exterior. Estas dos informaciones juntas hacen que las sospechas sobre un posible sabotaje de Rusia a Europa crezcan.
Las autoridades que han hablado con El Periódico de Catalunya han detallado que se tratan de barcos pescadatos: "Son pesqueros o buques comerciales camuflados, detenidos o navegando lentamente sobre el cable, o a más velocidad, pero con rumbo no lógico y una proximidad ilógica al cable".
Esta no es la primera vez que se detectan cortes de cables submarinos en Europa y que se sospecha de Rusia. La BBC informó de un cable dañado que conecta las Islas Shetland con Escocia.
Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, definía hace dos años los cables como "infraestructuras críticas", ya que de ellos dependía el Internet, el funcionamiento de los mercados financieros e incluso algunas capacidades militares. Esto se demostró tras las fugas del NordStream 1 y del 2, que supuestamente estaban protegidos por materiales más fuertes.
Cada año se producen entre 100 y 150 cortes de cables submarinos, por lo que los rusos no podrían no ser los culpables. Sin embargo, es mucha coincidencia que en solo una semana ocurran tantos incidentes si tenemos en cuenta el conflicto bélico actual.
A través del corte de cables, Rusia podría estar enviando un mensaje a Europa. Con esta acción, se puede paralizar empresas, provocar grandes pérdidas económicas y cortar comunicaciones civiles, militares o gubernamentales.
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