El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunciaba este miércoles en el Congreso que España enviará armamento de forma directa a Ucrania para defender al país de la invasión rusa. La decisión supone un cambio en la estrategia del Ejecutivo, que hasta ahora optaba por coordinar su ayuda con el resto de la Unión Europea.
Hasta el anuncio de Sánchez, España era el único de los grandes países europeos que había decidido no enviar armas a Kiev. Ahora, el mandatario ha confirmado que proporcionará "material militar ofensivo" al ejército ucraniano y lo hará por su cuenta. Según detallaba anoche la ministra de Defensa, Margarita Robles, partirán dos aviones con 1.370 lanzagranadas contra carros, 700.000 cartuchos para fusiles y ametralladoras, así como ametralladoras ligeras. Llegarán a Polonia, "a un punto muy cercano con la frontera de Ucrania".
Pero, además de las armas 'convencionales' que produce nuestro país, ¿tiene España tecnología militar disponible? Y, en caso afirmativo, ¿exportamos estas armas tecnológicas a otros países?
Lo que producimos en España a nivel tecnológico en el terreno armamentístico
Las Fuerzas Armadas españolas disponen de material de primera línea mundial para sus operaciones por tierra, mar y aire, con sistemas de armas recientemente renovados y, en general, muy potentes.
Nuestro país cuenta con algunos de los vehículos terrestres, aeronaves, barcos y sistemas tecnológicos militares más punteros del mundo, como por ejemplo el sistema de combate aéreo Future Combat Air System (FCAS) que se está diseñando entre empresas como Airbus o ITP Aero, la fragata F-110 que planea comenzar a fabricarse dentro de pocos meses en los astilleros de Navantia en Ferrol (A Coruña), el VCR 8x8 Dragón o los diferentes sistemas terrestres no tripulados (UGV, de sus siglas en inglés) que protagonizan el programa Escorpión, como ya señalaba Omicrono hace unos meses.
El Future Combat Air System es todo un ecosistema de guerra aérea compuesto por un caza tripulado convencional y un dron escolta autónomo. Todo ello con una fina integración entre hardware y software en el que España ha invertido un total estimado de 2.500 millones de euros.
El FCAS estará unido a una nube de combate -Combat Cloud, como la denominan-, un sistema del que todavía no se han desvelado muchos detalles, pero que recuerda al programa Skyborg que está llevando a cabo la Fuerza Aérea de Estados Unidos. Esta aeronave, fruto de la alianza de España con Francia y Alemania, podría alzar por primera vez el vuelo en el año 2027.
En su astillero de Ferrol, la constructora naval española Navantia se encuentra en pleno desarrollo de la fragata F-110, un buque de guerra con una eslora de 145 metros por 18 de manga equipado con la última tecnología militar disponible, incluido el sistema de combate AEGIS desarrollado por la estadounidense Lockheed Martin gracias al cual la embarcación puede compartir información en tiempo real y coordinar ataques y defensas.
Otra de las particularidades de las F110 es su sistema de guerra antisubmarina que incluirá un sónar de casco y otro remolcado, sonoboyas, torpedos y un sistema antitorpedo. Los trabajos de construcción comenzarán en los próximos meses y el primero de los barcos podría entregarse a la Armada en 2026.
En cuanto a la tecnología que tenemos en nuestro Ejército de Tierra, lo más puntero es el VCR 8x8 Dragón, una de las apuestas de España fruto del encargo del Ministerio de Defensa con Tess-Defence, la sociedad formada por Santa Bárbara, Indra, Sapa Placencia y Escribano.
Defensa destinará 1.208 millones de euros entre 2021 y 2024 para la construcción de 348 unidades de VCR 8x8 Dragón, que contará con un motor Scania DC-13 de 12.700 centímetros cúbicos que desarrolla una potencia de 724 caballos acoplado a una caja de cambios de 24 marchas fabricada por Sapa. Esto le permite alcanzar los 100 kilómetros por hora en superficie y 10 kilómetros por hora en agua. En cuanto a sus armas, llevará a bordo la estación Guardian 30 desarrollada por Escribano Mechanical & Engineering y un cañón de 30 milímetros que dispone de lanzadores de granadas de humo y de fragmentación, así como la posibilidad de incluir misiles antitanque.
Finalmente, en lo referente a sistemas no tripulados, Santa Bárbara, la rama española de General Dynamics European Land System, está trabajando en un vehículo de operaciones a distancia remotamente operado para misiones críticas. La carga útil que es capaz de acarrear asciende a los 500 kilogramos y puede llevar a cabo misiones logísticas, de transporte de equipamiento de combate y de evacuación de heridos.
¿Cuántas armas vende España (y a quién) en todo el mundo?
El Ministerio de Defensa cuenta en el Registro de empresas de la Dirección General de Armamento y Material con 509 empresas inscritas -a diciembre de 2020-, de las cuales 354 han suministrado productos o servicios en el ámbito de defensa a lo largo del año 2019, último año del que se dispone de datos agregados.
Defensa identifica a 264 sociedades compañías que efectivamente han realizado operaciones de comercialización en los últimos años en el último Catálogo de la Industria Española de Defensa. El listado recoge datos como el nombre de la empresa y los productos concretos que comercializan. De todas ellas destacan Airbus Defence and Space y Airbus Military, al concentrar casi el 72% de todas las ventas al exterior.
“El volumen total de ventas civiles y de defensa realizado por las empresas registradas ascendió en ese año a un total de 52.438 millones de euros, de los cuales el 15,4% es para el suministro de productos y servicios de defensa. La cifra de negocio de la industria de defensa ha sido de 6.654 millones de euros. Las ventas internacionales, incluyendo los programas cooperativos, ascienden a un 84% del negocio. Esta actividad internacional se consolida y aumenta: hemos pasado de 2.349 millones de euros exportados en 2011 a 5.033 millones de euros en 2018 y a 5.575 millones de euros en 2019”, dice la información oficial del ministerio proporcionada en este catálogo.
El 68,9% de las exportaciones de armamento español estuvieron dirigidas a socios de la OTAN, un porcentaje que alcanza el 69,6% si se suman los países que pertenecen a la UE pero no a la Alianza Atlántica. El restante 30,4% se repartió entre 51 países, destacando Australia que, con 269,9 millones, fue el tercer cliente de la industria militar española en este periodo, tras Francia (310,2) y el Reino Unido (285,6).
Así, nuestro país se sitúa como el séptimo mayor exportador de armas del mundo, con el 3,1% del mercado, según el Instituto de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI), que sitúa al frente de ese ranking a Estados Unidos (que acapara más de la tercera parte del negocio mundial) y en el que nos sigue de cerca Israel.
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