Polémica con el superyate de Jeff Bezos: es tan grande que el multimillonario no tiene dónde aparcarlo

Koru, el superyate de Jeff Bezos, es el segundo velero más grande del mundo al tener 125 metros de eslora, 17,2 metros de eslora y 70 metros de altura.
Así es Koru, el superyate de Jeff Bezos.
Así es Koru, el superyate de Jeff Bezos.
Stuart Pearce, YachtShot
Así es Koru, el superyate de Jeff Bezos.

Jeff Bezos suele estar relacionado con Amazon o su empresa espacial Blue Origin, pero esta vez, el empresario multimillonario tiene 'problemas' con su superyate Koru al no poder atracar dicha embarcación privada en el puerto de Port Everglades (Florida, Estados Unidos), donde todos los millonarios 'aparcan' sus valiosos yates.

El motivo se debe a que Koru es el segundo velero más grande del mundo al tener 125 metros de eslora, 17,2 metros de eslora y 70 metros de altura. Por consiguiente, el magnate tuvo que amarrar su embarcación junto a cargueros y petroleros porque no era posible 'aparcarlo' junto al resto de barcos. 

¿Cómo es el superyate Koru de Jeff Bezos?

Koru es un yate de aspecto clásico que está propulsado por la energía cinética que genera sus velas, cuenta con dos cubiertas, su coste anual de mantenimiento ronda los 25 millones de dólares, es capaz de desplazar 3.300 toneladas, posee tres mástiles de grandes dimensiones, tiene una piscina de inmersión, sus camarotes pueden alojar a un total de 18 invitados y a una tripulación de 40 tripulantes, incluye potencia de motor, incorpora tres jacuzzis y su construcción alcanzó los 500 millones de dólares.

Por otro lado, Koru navega junto a un yate más pequeño de 75 metros de eslora que está valorado en 75 millones de dólares. Dicha embarcación se llama Abeona, es un barco de apoyo, puede transportar hasta 40 personas, incorpora un helipuerto y cuenta con el espacio suficiente para transportar y desplegar botes auxiliares, motos de agua, equipos de buceo e incluso minisubmarinos.

Jeff Bezos ya tuvo problemas con su superyate

En 2022, todo apuntaba a que Rotterdam, la ciudad neerlandesa, tenía que desmontar su famoso puente Koningshaven para que el superyate de Jeff Bezos pudiese salir a navegar al océano. Los mástiles dificultaban el paso por el puente y este monumento ya no estaba operativo como paso de ferrocarril, además, los rumores apuntaban a que se iba a retirar la parte central del puente para que el yate de Bezos pudiese pasar.

Al final, la ciudad se negó a pagar el coste de desmantelar el puente y volver a montarlo, e incluso algunos vecinos de Rotterdam se opusieron a alterar Koningshaven en nombre de una de las personas más ricas del planeta.

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