"Houston, tenemos un problema": cómo ha evolucionado la tecnología de la NASA para detectar averías desde la misión Apolo 13

Gene Cernan, el último que pisó la luna, fue el comandante del Apolo 17 en diciembre de 1972, la última misión lunar y uno de los vuelos finales del Apolo.
Gene Cernan, el último que pisó la luna, fue el comandante del Apolo 17 en diciembre de 1972, la última misión lunar y uno de los vuelos finales del Apolo.
EFE
Gene Cernan, el último que pisó la luna, fue el comandante del Apolo 17 en diciembre de 1972, la última misión lunar y uno de los vuelos finales del Apolo.

Apolo 13 fue la séptima misión tripulada del programa Apolo de la NASA para aterrizar en la Luna, pero el 13 de abril de 1970, los astronautas James Lovell, Jack Swiger y Fred Haise notaron una pequeña vibración porque se apagó el motor central de la nave, además, segundos más tarde, se quemaron el resto de motores.

En esta caótica situación nació la frase "Houston, tenemos un problema" por la explosión que se produjo en el módulo servicio. Concretamente, cuando se encendió el sistema para remover el oxígeno líquido de uno de los tanques, un cable que estaba en mal estado originó un cortocircuito que provocó una fuga al exterior. Tras la explosión, los astronautas tuvieron que suspender el viaje hacia la Luna, debido a que no tenían oxígeno para respirar y generar energía eléctrica.

El objetivo de la misión cambió radicalmente, nadie se esperaba que los cosmonautas tuvieran que afrontar el peligro de aterrizar con vida en la Tierra por la falta de energía, la escasez de agua y la baja temperatura que había en la nave.

Para comunicar la explosión al centro de operaciones Houston (Texas), el astronauta Jack Swigert pronunció la famosa frase que pasó a la historia: "Ok, Houston, we’ve had a problem here" (Ok, Houston, hemos tenido un problema aquí). A lo que James Lovell insistió: "Uh, Houston, we’ve had a problem" (Uh, Houston, hemos tenido un problema).

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La imagen muestra la llegada a la Tierra del Apolo 13, tras el viaje más accidentado de todas las misiones que mandó la NASA a la Luna entre 1969 y 1972.
The Project Apollo Archive

Pero después de esta tragedia, ¿cómo ha evolucionado la tecnología de la NASA para detectar averías? En bastantes misiones espaciales han surgido errores de software, desde fallos de proceso hasta inconvenientes de diseño que han conllevado a la pérdida de misiones y datos científicos.

Por consiguiente, para evitar cualquier situación crítica, la NASA Ames desarrolló un programa para identificar los fallos de una forma más rápida, precisa y automática; de esta manera, los científicos de la agencia espacial estadounidense pueden tomar decisiones en tiempo real.

La inteligencia artificial se cuela en el espacio

La científica Evana Gizzi desarrolló el software Research in Artificial Intelligence for Spacecraft Resilience (RAISR, por sus siglas en inglés) que puede detectar en tiempo real los fallos en las naves espaciales y los sistemas de vuelo.

La NASA explica en un comunicado que "RAISR utiliza una combinación de aprendizaje automático y técnicas clásicas de inteligencia artificial. Si bien las técnicas basadas en el aprendizaje automático pueden ser particularmente útiles para diagnosticar fallos, su rendimiento depende de tener una gran cantidad de datos diversos". Asimismo, la tecnología de Gizzi ayuda a hacer conexiones que son extraordinariamente difíciles para los humanos, mejora la recopilación de datos y observaciones, y actúa como un cerebro adicional dentro de la nave espacial.

Michael Johnson (tecnólogo jefe de la Dirección de Ingeniería y Tecnología de Goddard) añade que "a medida que más misiones adopten técnicas de inteligencia artificial es posible que los enfoques de prueba tengan que cambiar. Puede que no se apliquen protocolos rigurosos que prueben todos los escenarios posibles, y esto, combinado con el cambio cultural de la resolución de problemas en tierra a dejar que los sistemas en órbita resuelvan los problemas por sí mismos, hace que la IA se incorpore en naves espaciales".

Los próximos pasos de RAISR se verán reflejados en una pequeña misión satelital, donde la inteligencia artificial podrá tomar decisiones de diagnóstico en tiempo real para compararlas con el control terrestre.

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