2021 ha sido un año récord de vuelos espaciales: 47 humanos han estado a más de 100 kilómetros de la Tierra

La tripulación de la misión Crew-2 de la NASA y SpaceX.
La tripulación de la misión Crew-2 de la NASA y SpaceX.
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La tripulación de la misión Crew-2 de la NASA y SpaceX.

Este 2021 ha sido un año récord de vuelos espaciales: 26 personas no profesionales han ido al espacio, aunque sea levemente, en viajes turísticos, que sumadas a los astronautas y personal preparado para este tipo de misiones hacen un total 47 humanos diferentes que han pasado la frontera de los 100 kilómetros.

No obstante, aunque hablamos de un número altísimo, técnicamente, no es el más alto: queda todavía lejos de las 63 personas que fueron al espacio en 1985, año en el que la NASA tiró la casa por la ventana e hizo nueve lanzamientos de sus transbordadores espaciales -en los que viajaron 58 astronautas- y dos de cápsulas Soyuz soviéticas con otros cinco cosmonautas.

Pero lo que sí llama la atención de este 2021 es que sin duda ha sido el año que más personas no profesionales han estado en el espacio, aunque sea brevemente: cuatro volaron en la misión Inspiration 4 de SpaceX, 14 como turistas con Blue Origin, dos miembros del mundo del cine -la actriz Yulia Peresild y el director Klim Shipenko- en la nave Soyuz MS-18 y, por último, en la Soyuz MS-20 iban otros dos pasajeros no astronautas.

Si seguimos poniéndonos técnicos, en este año hay un récord que hemos batido: se ha alcanzado el mayor número de seres humanos en el espacio de manera simultánea. El pasado 11 de diciembre, Blue Origin lanzó su tercera misión tripulada en la que, a diferencia de las dos anteriores, iban seis pasajeros a bordo. La altitud máxima alcanzada por la cápsula fue de 107 kilómetros, lo que la pone por encima de los 100 kilómetros de la línea de Kármán en la que se considera tradicionalmente que comienza el borde espacial. Así que durante unos minutos hubo 19 personas en el espacio. Lo nunca antes visto.

¿Quiénes están detrás de ese récord? Estas 19 personas eran las siete que forman la Expedición 66 a la Estación Espacial Internacional (EEI), las tres que forman la tripulación de la Soyuz MS-20 -atracada desde el día 8 de diciembre a la EEI-, las tres que hay a bordo de la estación espacial china y las mencionadas seis que iban a bordo de la cápsula de Blue Origin.

El de Blue Origin fue el último lanzamiento tripulado que hubo 2021 y con él se cierra la cuenta del año de personas en el espacio, que como decimos han alcanzado la cifra de 47 -de hecho 48 si contamos las dos veces en las que voló David Mackay a bordo del VSS Unity de Virgin Galactic-.

Un año raro

Y es que, en general, 2021 ha sido un año atípico en lo que al mundo espacial se refiere. Cohetes chinos fuera descontrolados, multimillonarios yendo al espacio como quien sale de paseo por el campo, basura espacial que amenaza con destruir la EEI y Elon Musk haciendo explotar naves una y otra vez han sido algunos de los recuerdos que estos meses dejan para la posteridad.

Tampoco nos olvidamos del capítulo en el que la Estación Espacial Internacional ‘perdió’ el control. El 29 de julio, en uno de los incidentes más aterradores en los 21 años de historia de la EEI, el puesto de avanzada orbital retrocedió inesperadamente 540 grados cuando los propulsores del módulo Nauka recién llegado cobraron vida repentinamente. Los controladores de vuelo rusos recuperaron el control después de 47 minutos de cierta histeria, durante los cuales el laboratorio realizó 1,5 volteretas hacia atrás no programadas. Orbitando boca abajo, se requirió un giro adicional de 180 grados hacia adelante para devolver el puesto de avanzada a su posición original. Un incidente similar ocurrió en octubre, cuando una prueba de propulsión de rutina de una cápsula Soyuz duró más de lo esperado, virando la EEI en 60 grados.

Eso sí: puestos a hablar de cosas espaciales fuera de control, el cohete chino mencionado unas líneas más arriba se lleva la palma de este 2021. La etapa central de 30 metros de largo y 23 toneladas del cohete Long March 5B entró inadvertidamente en la órbita terrestre baja el 29 de abril. Se predijo que el segmento del cohete volteador haría una reentrada incontrolada en unos pocos días, potencialmente amenazando a algún área de población por identificar. Los expertos rastrearon el núcleo durante días, pero no pudieron proyectar el lugar del accidente. El núcleo del cohete finalmente salpicó inofensivamente en el Océano Índico el 9 de mayo, pero este incidente copó los medios de comunicación durante días.

Cerramos este repaso con el que tal vez ha sido el suceso más cómico en lo que a historia espacial se refiere -para los que estábamos en la Tierra, porque seguramente quienes lo sufrieron no lo vivieron con demasiada diversión-.

El pasado mes de septiembre se llevó a cabo la Inspiration4, la primera misión totalmente privada al espacio. Pero lo más curioso de esta aventura no fue esto, sino el hecho de que los pasajeros tuvieron que lidiar durante su viaje con “problemas mecánicos” relacionados con el sistema de gestión de desechos de Crew Dragon, específicamente sus ventiladores, que eliminan los desechos humanos de la nave. Parece ser que un tubo en el tanque se soltó, de manera que la orina no entraba al tanque de almacenamiento y, por lo tanto, esta se derramó por el piso de abajo. Un caos un poco escabroso para un espacio tan pequeño.

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