Una tarjeta de débito es un instrumento financiero asociado a una cuenta corriente que permite al titular acceder a los fondos depositados en la misma. Por lo tanto, la cantidad máxima de dinero a la que se podrá acceder será igual a los ahorros que haya en la cuenta.

Como en todos los casos, hay una excepción. Si la cuenta a la que está asociada la tarjeta se queda sin fondos, el banco podría permitir que el cliente tuviera un descubierto en cuenta por una determinada cuantía. Por supuesto, el cliente tendría que abonar, además, una comisión por descubierto, si este se produjera.

Para contratar la mejor tarjeta de débito hay que fijarse en los aspectos que las diferencian de la competencia. Además, no debemos olvidar que nos interesa aquella que tenga los menores costes y las mejores prestaciones.

1. Comisiones: cada vez más bancos ofrecen tarjetas sin costes, pero para contratar el mejor producto es necesario fijarse bien en las comisiones por mantenimiento o por la emisión de la misma.
2. Saldo mínimo de la cuenta: infórmate sobre si es necesario mantener un saldo mínimo en la cuenta para evitar el cobro de comisiones.
3. Operativa mínima: algunas entidades no cobran comisiones o cuotas por las tarjetas siempre que realices un número de pagos fijos con ellas.
4. Cajeros: asegúrate de que la entidad posee una amplia red de cajeros desde la que poder operar sin comisiones.
5. Ventajas: muchas tarjetas tienen asociadas una serie de descuentos, devoluciones o seguros que podremos utilizar para conseguir sacarle el máximo rendimiento a la tarjeta.
6. Operativa en el extranjero: si viajas con frecuencia te conviene conocer si la tarjeta te permite realizar pagos o extraer dinero en el extranjero y si cobran alguna comisión por ello.
7. Seguridad: algunas entidades ofrecen alertas en el móvil para avisarte de cualquier movimiento en tu cuenta.

Al contratar un instrumento financiero como una tarjeta de débito, la entidad te está prestando un servicio. Muchas veces este servicio es gratuito, pero en ocasiones hay que pagar unos pequeños costes:

• Emisión: se paga cuando la entidad envía la tarjeta al cliente, por lo que es un pago único.
• Mantenimiento: esta comisión suele pagarse por poder utilizar la tarjeta. Muchos bancos no la cobran si utilizas la tarjeta con asiduidad.
• Retirada de efectivo: el coste de la operación suele mostrarse en la pantalla del cajero automático. Normalmente, los bancos no cobran por retirar dinero de su propia red de cajeros, pero si usas una diferente es posible que se te aplique este cargo.
• Operaciones en el extranjero: si viajas al extranjero y realizas compras o extraes dinero del cajero, es posible que se te aplique una comisión. Infórmate de las condiciones en tu banco antes de viajar.

Si aún estás dudando sobre qué tipo de tarjeta te conviene más, o no estás seguro sobre qué diferencias hay entre unas tarjetas y otras, en las siguientes tablas podrás ver de una manera resumida y sencilla las disparidades entre ellas.