El motivo psicológico por el que el tiempo pasa tan deprisa

Reloj mostrando la hora.
Reloj mostrando la hora.
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Reloj mostrando la hora.

El tiempo es relativo. Este dicho tan recurrente quiere decir que una misma cantidad de segundos, minutos u horas puede parecer muy larga o muy corta, dependiendo de la percepción de la propia persona y, sobre todo, de la situación en la que nos encontremos. 

Esta percepción del tiempo tiene que ver con que es un ente imperceptible, que solo podemos medir según el método que nosotros mismos hemos creado para poder controlarlo, es decir, mediante los segundos, las horas y los minutos. Así, todas las personas consiguen saber si ha pasado mucho o poco tiempo y son capaces de adaptar su vida y sus hábitos a este sistema de medición. 

Sin embargo, a pesar de que todos entendemos y nos adaptamos al tiempo mediante este método, lo cierto es que en diferentes situaciones de la vida la misma fracción de tiempo puede parecernos una eternidad o, por el contrario, algo muy fugaz. 

Los factores que influyen en la percepción del tiempo

Lo cierto es que hay muchos factores que influyen en que el tiempo pase más rápido o más despacio, pero todo se centra en una cosa: nuestra mente. 

Por ejemplo, las situaciones de espera o aburrimiento, los momentos de sufrimiento o la rutina monótona hacen que parezca que el tiempo pasa mucho más lento. Lo contrario sucede si, por ejemplo, tenemos prisa por llegar a un sitio. En ese caso, parecerá que el tiempo pasa más deprisa, porque necesitamos que se detenga. 

Otro claro caso en el que se ve muy bien la relatividad del tiempo tiene que ver con cómo y con qué frecuencia nos fijamos en el reloj. Esto quiere decir que si una persona está entretenida y ocupando su mente, es posible que el tiempo pase volando. En cambio, si nos sentamos en una silla a mirar el reloj, sin hacer nada, es posible que la misma cantidad de tiempo parezca una eternidad. 

El tiempo pasa más rápido para los adultos

Además, muchas personas tienen la sensación de que cuando son mayores, el tiempo transcurre mucho más rápido. Incluso, echan la vista atrás y se sorprenden de los años que han pasado desde cierto episodio de su vida, por ejemplo, desde que salieron de la universidad o desde que tuvieron a su primer hijo.

Sobre este tema habla el psicólogo Steve Taylor en su libro Making Time, donde asegura que el tiempo pasa más rápida cuando somos mayores. Los niños, están constantemente descubriendo nueva información, por lo que viven más intensamente y exprimen más cada momento, haciendo que el tiempo parezca más lento. Por el contrario, los adultos llegan a un punto en el que hay menos cosas por descubrir, menos información que asimilar, por lo que sus días pasan uno detrás de otro, sin ningún hecho destacable. Al volver la vista atrás, todos esos días iguales pasan desapercibidos por nuestra mente, por lo que parece que fue ayer cuando tuvo lugar cierto hecho, cuando en verdad ha pasado mucho tiempo, es decir, el tiempo parece transcurrir muy rápidamente.

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