El motivo por el que la mayoría de dietas fracasa, según un experto

Las dietas de adelgazamiento son una constante para muchas personas con sobrepeso. Van encadenando unas con otras, alterándolas con periodos en los que se engorda, pero la mayoría de las veces, el resultado es un fracaso.

El doctor Michael Mosley ha escrito un artículo en el Daily Mail en el que explica cuáles son los motivos por los que en la mayoría de las ocasiones los regímenes no cumplen con su objetivo.

Mosley pone como ejemplo la aplicación para adelgazar del sistema nacional de salud británico, NHS: "Hay muchos consejos sensatos y soy un fanático de sus programas de ejercicio gratuitos, pero me decepcionó ver que muchas de las recetas ofrecidas eran realmente bajas en grasas y altas en carbohidratos".

"En cuanto a los lácteos, se recomienda optar por la leche desnatada y el yogur sin grasa para adelgazar. Sin embargo, sabemos desde hace mucho tiempo que las dietas bajas en grasas no son una buena forma de perder peso o mejorar la salud", explica.

Mosley recurre a un ejemplo tomado en España: "En un estudio llamado Predimed, 7.447 españoles con sobrepeso fueron asignados aleatoriamente a una dieta baja en grasas o una dieta mediterránea, donde obtuvieron el 40% de sus calorías en forma de grasa, principalmente pescado azul, nueces, aceite de oliva y lácteos".

"El ensayo debía durar seis años, pero se interrumpió antes de tiempo porque los que seguían la dieta mediterránea rica en grasas lo estaban haciendo mucho mejor, con un 30% menos de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares y un 50% menos de riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en comparación con los de la dieta baja en grasas", prosigue.

"Otros estudios también han demostrado el fracaso del enfoque bajo en grasas. El Ensayo de Modificación Dietética de la Iniciativa de Salud de la Mujer, que comenzó en 1993, involucró a 48.000 mujeres estadounidenses asignadas al azar a una dieta baja en grasas o para continuar con sus hábitos alimenticios habituales", expone Mosley.

"Aquellos a los que se les pidió que bajaran en grasas recibieron un amplio asesoramiento y apoyo. Y lograron reducir significativamente su consumo de grasas. Pero cuando el ensayo se detuvo después de ocho años, los que habían consumido menos grasas no estaban más sanos que el grupo de control en lo que respecta a la pérdida de peso, las enfermedades cardíacas o el cáncer", revela el doctor.

La leche, entera

"En cuanto a los productos lácteos, no solo no existe una prueba convincente de que las versiones bajas en grasa sean más saludables, sino que existe una creciente evidencia de que las versiones completas son mejores", sostiene.

"Con respecto al peso, otros estudios han demostrado que las personas que comen lácteos enteros generalmente aumentan de peso y tienen tasas más bajas de obesidad que las que no lo hacen, probablemente porque la grasa es más saciante que los carbohidratos", señala.

"Si desea perder una cantidad de peso decente, con lo que me refiero a medio kilo o más, es cada vez más evidente que es poco probable que seguir una dieta estándar, lenta y constante, baja en grasas y alta en carbohidratos resulte un éxito", concluye.