La miopía es el defecto visual con mayor prevalencia en el mundo. En algunos países occidentales, como Estados Unidos, la padece en torno a un 25% de la población. Además, su tendencia es ascendente: para 2050, se prevé que, a nivel mundial, afecte a casi la mitad de las personas.
Sin embargo, muchas personas desconocen en que consiste exactamente e, incluso, pueden tenerla sin saberlo; lo que, a la larga, puede empeorar el problema y ser la causa de otras molestias.
¿Qué es la miopía?
La miopía es el defecto de refracción en el que los rayos de luz paralelos convergen en un punto focal situado delante de la retina, en lugar de en la propia retina. Esto provoca que la visión se desenfoque.
El ojo humano funciona de forma muy similar a una cámara de vídeo o fotos. En él, existe una lente convergente (la córnea) por la que pasa la luz que entra en la cámara (el interior del globo ocular). Esta lente refracta esa luz, de forma que los rayos de luz paralelos se vuelven convergentes y se 'proyectan' en un sensor (la retina). Sin embargo, si la luz refractada no converge exactamente en la retina, se produce el desenfoque. La magnitud de la miopía, que determinará lo desenfocada que esté la visión, se mide en dioptrías negativas, en contraste con la hipermetropía (otro defecto visual) que se mide en dioptrías positivas.
¿Cuáles son sus síntomas?
El principal y más claro síntoma es la dificultad o imposibilidad para enfocar objetos, especialmente los lejanos. Cuanto mayor sea la miopía, más cerca necesitará estar el objeto para percibirlo con claridad.
No obstante, cabe señalar que especialmente en casos con bajas dioptrías puede ser difícil de evaluar y puede confundirse con otros defectos como hipermetropía o astigmatismo, por lo que ante la sospecha es necesario acudir al especialista para obtener un diagnóstico fiable.
Por otra parte, la dificultad para enfocar puede llevar a sufrir dolores de cabeza, estrabismo, incomodidad visual e irritación ocular.
¿Cuáles son sus causas?
La miopía tiene un importante componente hereditario, con una propensión muy alta en hijos de padres que la padecen. Sin embargo, también se puede desarrollar, o puede empeorar, en pacientes que ya la tienen por cuestiones genéticas, por pasar un tiempo excesivo frente a pantallas, leer en condiciones de baja luminosidad o adoptar posturas indebidas a la hora de trabajar.
¿Se puede tratar?
La miopía se puede corregir introduciendo una lente divergente entre la luz y la retina, ya sea en forma de gafas, lente de contacto (lentillas) o lente intraocular (que se coloca mediante cirugía).
Otra opción es alterar el espesor de la córnea mediante cirugía por láser.
Finalmente, existe otro tratamiento llamado ortoqueratología, que consiste en el uso de unas lentes de contacto por la noche que se retiran al despertarse por la mañana. Estas lentes, por la presión que ejercen, modifican el valor dióptrico de la córnea, permitiendo al paciente ver correctamente durante el día. Es especialmente adecuado para controlar el avance de este defecto en niños y jóvenes, aunque sus beneficios son reversibles si deja de usarse.
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios