¿Padeces lumbalgia? Estos son los distintos tipos de dolor de espalda, sus posibles causas y su tratamiento

La mayoría de la población padece esta dolencia.
El dolor de espalda es una dolencia muy común..
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La mayoría de la población padece esta dolencia.

El dolor de la baja espalda, o lumbalgia, es algo tan común que muchas personas ya ni siquiera reparan en él la mayoría del tiempo. Sin embargo, en algunos casos puede llegar a volverse insoportable e incapacitante; por suerte, existen medidas para prevenir y aliviar la mayoría de episodios.

¿Qué es la lumbalgia? ¿Cuáles son sus causas?

Lumbalgia es el nombre técnico del dolor de la zona lumbar de la columna vertebral, correspondiente con la zona baja de la espalda. Puede proceder de raíces nerviosas, músculos, ligamentos, estructuras fasciales (conectivas), las propias vértebras y los discos intervertebrales, y más raramente de los órganos alojados en la cavidad abdominal.

A menudo puede ser muy complicado identificar las causas, si bien rara vez no es posible. En este sentido, suele ser necesaria una evaluación exhaustiva que tenga en cuenta posibilidades mecánicas, oncológicas, orgánicas, neurológicas...

Las más comunes, no obstante, suelen ser las primeras; motivos como la adopción reiterada de malas posturas (cada vez más prevalentes a medida que pasamos buena parte del día sentados), la realización de sobreesfuerzos, la existencia de lesiones previas y los procesos naturales de envejecimiento suelen estar detrás de la mayoría de los casos.

¿Qué tipos de lumbalgia existen?

La lumbalgia es, en sí misma, un síntoma. Por ello, cabe distinguir entre varios tipos de dolor lumbar, ya que nos pueden indicar causas y trastornos subyacentes diferentes.

Concretamente, la lumbalgia se clasifica en tres tipos, dependiendo de cómo se produce su aparición y de la duración del episodio.

El primero de ellos es la lumbalgia aguda. Reciben este nombre los dolores lumbares que se presentan inmediatamente tras un traumatismo o la realización de un esfuerzo y dura menos de seis semanas.

El segundo es la lumbalgia subaguda, que aparece al cabo de un tiempo después del esfuerzo o trauma y tiene una duración aproximada de entre seis y doce semanas.

El tercero es la lumbalgia crónica, que es de evolución insidiosa (gradual), a menudo sin un desencadenante fácilmente identificable y con una duración no inferior a doce semanas.

¿Cómo se trata?

El tratamiento de la lumbalgia va a depender en gran medida de la causa que la esté provocando. Así, por ejemplo, si deriva de la adopción de malas posturas será necesario corregir estos hábitos para lograr la remisión completa; y las lesiones traumáticas pueden requerir cirugía, inmovilización u otros métodos. De manera similar, los trastornos en órganos o los cánceres se tratarán de forma específica según su naturaleza.

Más allá de este enfoque, existen algunos métodos que pueden lograr un cierto alivio de la lumbalgia a corto, medio y largo plazo. En esta línea, es habitual la administración de analgésicos (especialmente antiinflamatorios) y relajantes musculares o, en casos particularmente severos, medicamentos opioides.

Por otra parte, un estilo de vida activo y que evite el reposo en cama puede en muchas ocasiones minimizar las lumbalgias, como también pueden ciertos ejercicios supervisados, algunas manipulaciones quiroprácticas, la fisioterapia, los masajes y la aplicación de calor.

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