Estos son los riesgos de los piercing: cómo cuidarlos correctamente para evitar problemas

Piercing en la boca
Piercing en la boca
Alessandro de Leo / iStock
Piercing en la boca

Las modificaciones corporales, como los piercing y los tatuajes, son ya una realidad cotidiana en nuestras sociedades. Se trata de prácticas con un fin estético y mayormente seguras; con todo, implican una pequeña lesión en nuestro cuerpo y como tal tienen algunos riesgos que conviene considerar.

Cuáles son los riesgos

En el caso de los piercing, debemos tener en cuenta que se trata de una pequeña perforación en un tejido del cuerpo seguido de la inserción de una pieza de joyería normalmente metálica. Como tal, las principales complicaciones que podrían aparecer, tal y como recoge la Clínica Mayo estadounidense, incluyen: 

  • Reacciones alérgicas, en función del material de la pieza (especialmente frecuentes en los piercing de níquel).
  • Complicaciones orales, cuando el piercing se coloca en el interior de la cavidad bucal: pueden aparecer daños en los dientes, encías o la lengua debidas al roce y la irritación.
  • Infecciones cutáneas, con síntomas como enrojecimiento, dolor, hinchazón o secreción.
  • Otros problemas de la piel, como cicatrices, queloides...
  • Enfermedades transmitidas por la sangre, cuando el equipo empleado no está correctamente esterilizado. Pueden incluir algunas potencialmente muy graves, como la hepatitis B, la hepatitis C, el tétanos y el VIH.
  • Desgarro o trauma, si la pieza se engancha o sufre tirones, golpes o torsiones.

¿Cómo deben hacerse?

Para evitar este tipo de problemas, lo fundamental es asegurarse de que el procedimiento se realiza correctamente y con las máximas garantías de seguridad y posteriormente cumplir con todas las precauciones y los cuidados básicos de los piercing.

En cuanto al primer punto, es importante que realice la perforación una persona capacitada para ello, con los requisitos legales en cada caso (en algunos países se exigen ciertas licencias o formaciones). Debe realizarse siempre con guantes desechables nuevos y tras un lavado de manos; el material desechable debe sacarse del envoltorio frente al cliente y el equipo no desechable debe estar adecuadamente esterilizado. La joya también debe abrirse frente al cliente, y debe ser de materiales hipoalergénicos como acero quirúrgico inoxidable, niobio, titanio u oro de 14 o 18 quilates.

¿Cómo se cura un piercing en la boca?

Respecto al segundo, no debemos olvidar que el piercing es fundamentalmente una herida abierta y por tanto debe ser tratado como tal. El tiempo de cicatrización varía según la zona del cuerpo perforada, y con él el plazo por el que deben mantenerse los cuidados especiales.

En la cavidad bucal, lo ideal es limpiar la perforación con un enjuague bucal sin alcohol después de cada comida, antes de dormir y al despertar. Se aconseja, cuando el piercing esté recién hecho, emplear un cepillo de dientes suave nuevo para evitar la entrada de bacterias. Una vez correctamente curado, es una buena idea retirarlo ocasionalmente y cepillarlo con un cepillo y pasta de dientes para eliminar la acumulación de placa, que puede darse en la joya de manera similar a lo que ocurre en los dientes.

¿Y en el resto del cuerpo?

En la piel, los cuidados generales consisten en limpiar la pieza entre dos y tres veces al día con jabón neutro o antibacteriano y solución salina mientras dure el período de cicatrización. Es importante lavarse las manos antes de realizar este paso, y la zona debería secarse con una gasa estéril. 

Mientras la perforación no haya sanado, se recomienda evitar nadar en piscinas, lagos, ríos o el mar y evitar tocar y mover la joya para reducir el roce y la fricción. Se debe evitar retirar la pieza para minimizar el riesgo de que se cierre el orificio y se den problemas de cicatrización (como queloides), y se aconseja evitar el uso de desinfectantes (alcohol, peróxido de hidrógeno, iodopovidona...) mientras no aparezcan síntomas de infección.

¿Qué hago si se me infecta?

Si se da este último supuesto, durante los primeros días y mientras los signos sean leves se puede intentar abordar en el hogar con este tipo de desinfectantes o solución salina. Si la infección persiste o los síntomas se agravan, se debe buscar atención médica.

Una vez curado el piercing, los cuidados consisten en el lavado con jabón durante la rutina normal de higiene personal y en evitar el riesgo de que se enganche o reciba golpes, por ejemplo durante las actividades deportivas.

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Referencias

Clínica Mayo. Piercings: cómo prevenir complicaciones. Consultado online en https://www.mayoclinic.org/es-es/healthy-lifestyle/adult-health/in-depth/piercings/art-20047317 el 25/05/2023.

Clínica Mayo. Cómo tratar una infección en el sitio de perforación. Consultado online en https://www.mayoclinic.org/es-es/ear-piercing-infection/expert-answers/faq-20452841 el 25/05/2023.

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