Los accidentes cerebrovasculares, popularmente llamados ictus, son un problema muy grave para la salud que puede tener serias consecuencias a largo plazo e incluso resultar mortal. Uno de los desenlaces más severos, en este sentido, es lo que se conoce como demencia vascular.
¿Qué es y por qué se produce?
A nivel técnico, la demencia vascular es un término general usado para describir problemas con diversos aspectos de la función cognitiva (como el razonamiento, la planificación, el juicio, la memoria u otros) como resultado de un daño cerebral por la disminución del flujo sanguíneo en el cerebro, tal y como define la prestigiosa Clínica Mayo estadounidense.
Es importante destacar que no necesariamente un accidente cerebrovascular tiene por qué producir demencia vascular: la afectación a la función cognitiva, así como su grado y naturaleza, dependen en buena media de la gravedad y la localización del problema.
Por otro lado, existen algunas otras patologías de carácter cardiovascular, que dañan los vasos sanguíneos o disminuyen la circulación, que pueden provocar demencia vascular. En un sentido amplio, no obstante, podemos decir que los factores que predisponen a sufrir demencia vascular son los típicos de las enfermedades cardiovasculares.
¿Cuáles son sus signos o síntomas?
Los síntomas de la demencia vascular pueden asemejarse a los de procesos neurodegenerativos tales como la enfermedad de alzhéimer. Sin embargo, a diferencia de lo que suele suceder en estas instancias, en el caso de la demencia vascular los signos principales tienden a implicar la velocidad de pensamiento y la resolución de problemas, más que la memoria.
Así, algunas manifestaciones comunes incluyen:
- Desorientación.
- Dificultad para concentrarse.
- Capacidad reducida para organizar pensamientos o acciones.
- Deterioro en la capacidad para analizar una situación, desarrollar planes o comunicar estos planes a otros.
- Razonamiento lento.
- Dificultad para organizarse.
- Dificultad en la toma de decisiones.
- Problemas de memoria.
- Intranquilidad y agitación.
- Marcha inestable.
- Problemas en el control de la micción.
- Depresión o apatía.
A diferencia de los procesos neurodegenerativos, la demencia vascular suele presentarse de manera más o menos rápida tras un accidente cerebrovascular o tras una serie de ellos. Sin embargo, también hay casos en los que aparece de manera progresiva o incluso es común que coincidan ambos tipos de enfermedad.
¿Cómo se trata?
No existe hoy por hoy ningún método capaz de revertir la demencia vascular. Por tanto, el abordaje se basa en frenar su progresión o incluso en prevenir que empeore.
Para ello, se busca controlar la salud cardiovascular de base con el fin de evitar futuros daños que se acumulen a los que ya se han producido. Para ello, lo habitual es prescribir las medidas clásicas para el control de la presión arterial, reducir el colesterol, garantizar una correcta coagulación sanguínea y, en personas con diabetes, controlar los niveles de glucosa en la sangre.
Referencias
Mayo Clinic. Demencia vascular. Consultado online el 19 de agosto de 2022 en https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/vascular-dementia/symptoms-causes/syc-20378793
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