La pequeña Blaure Spivey, de tan solo 5 años, nació con síndrome de sirena, una rara anomalía congénita del feto por lo que nació con las piernas giradas hacia atrás desde la rodilla y fusionadas en los pies.
La madre se enteró de que su bebé padecía esta enfermedad a las 12 semanas del embarazo: "Me aterrorizaba tener miedo de mi bebé mientras estaba embarazada. Pero cuando vi sus piececitos y su corazoncito no me asusté en absoluto. Pensé: 'es mi bebé, es perfecta', explica.
A los 18 meses la operaron para separarle las piernas y amputárselas a la altura de la rodilla. El pasado verano la pequeña recibió sus piernas ortopédicas para poder dar sus primeros pasos: "Ha vencido todas las probabilidades, quiere ser capaz de correr. Estamos trabajando en ello y confiamos mucho en ella", se sincera Noelle.
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