La vida después de un trasplante exitoso, cómo cuidarse y qué esperar

  • El día 6 de junio se celebra el día mundial del paciente trasplantado.
  • Si no hay más patologías, su vida puede ser prácticamente normal, aunque necesitan medicación de por vida. 
Archivo - Imagen de recurso una intervención quirúrgica para realizar un trasplante de órgano.
Archivo - Imagen de recurso una intervención quirúrgica para realizar un trasplante de órgano.
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Archivo - Imagen de recurso una intervención quirúrgica para realizar un trasplante de órgano.

Según datos de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), en España, más de 116 mil personas ha recibido el trasplante de un órgano en los últimos 31 años, lo que convierte a nuestro país en un referente mundial. Si el trasplante es exitoso, la vida de estos pacientes mejora sensiblemente, tanto en cantidad como en calidad, hasta el punto de poder llevar, en muchos casos, una vida prácticamente normal.

Para ello, además de superar los primeros meses, que son cruciales, tienen que tomar una serie de precauciones y medicación toda la vida.

Los cruciales 100 primeros días

El riesgo de rechazo o de complicaciones nunca desaparece del todo en la vida de un trasplantado, pero, como nos contó Juan Carlos Ruiz San Millán, Jefe de Servicio de Nefrología del hospital universitario Marqués de Valdecilla de Santander y miembro de la Sociedad Española de Trasplante, los primeros 100 días son especialmente delicados, “los primeros tres meses -en especial los primeros días- son complicados porque es cuando hay un mayor riesgo de rechazo, de infecciones, complicaciones derivadas de la operación… y cuando se dan dosis más alta de la medicación y, por tanto, también más riesgos de efectos adversos. Por eso se habla de que la importancia de los primeros 100 días”, explica.

Una vida casi normal

Una vez pasados estos tres meses, los riesgos se reducen paulatinamente y la situación se va normalizando, hasta el punto de que llega un momento en el que los pacientes pueden llevar una vida prácticamente normal, “salvo porque tienen que tomar una medicación de forma muy estricta y que tienen que hacerse revisiones periódicamente. Por lo demás, su actividad puede ser normal, pueden trabajar casi en cualquier cosa, hacer deporte… Si el trasplante ha sido exitoso y es una persona que, aparte del trasplante, no tiene ningún problema de salud, su vida tiene pocas limitaciones. El problema es que hay veces que son pacientes mayores, con una cierta edad y otras patologías asociadas, pero si no, su vida puede ser normal”, aclara el Dr. Ruiz San Millán.

Es más, su vida mejora sensiblemente si la comparamos con la que tenían antes del trasplante, “en un paciente en el que el trasplante va bien, la calidad de vida es excelente, y más teniendo en cuenta que antes de los trasplantes están mucho peor. En el caso de los trasplantados de riñón, por ejemplo, pasan de estar en diálisis, con una calidad de vida muy mala, a no tener que ir. No llega a ser como una persona que no tiene un trasplante y pueden tener algún problemilla, pero en general, su calidad de vida es muy buena”

La medicación y las revisiones, de por vida

Tras el trasplante, los pacientes deberán recibir medicación de por vida y acudir a revisión, “el primer año son muy seguidas y después se suelen hacer cada tres o cuatro meses”. Y lo mismo ocurre con la medicación con inmunosupresores, “al principio las dosis son más altas y con el tiempo se van reduciendo y ajustando, pero siempre hay que mantener un mínimo de inmunosupresión durante toda la vida”. En principio, si no hay más problemas de salud asociados, no se necesitaría más medicación, a no ser que tuvieran algún tipo de patología asociada, como hipertensión, colesterol…

Al bajar las defensas, esta medicación tiene a su vez, algunos riesgos asociados, como “más riesgo de infecciones, sobre todo lo que llamamos infecciones oportunistas, gérmenes que a las personas que no toman inmunosupresores prácticamente no les hacen nada, pero que a ellos les puede producir una enfermedad grave. Y también tienen más riesgo de tumores, porque con un sistema inmune más débil, puede haber pequeños tumores que no se frenen y que se desarrollen”. Por este motivo, aunque es “indispensable para minimizar el rechazo, debemos manejarla con mucha precaución, para que, a la vez que se evita el rechazo, no bajen las defensas demasiado y no haya muchas infecciones”, aclara.

¿Qué precauciones extra tiene que tomar los trasplantados?

Aunque, sin otros riesgos de salud asociados, los trasplantados pueden llevar una vida normal si no hay complicaciones, sí hay pequeñas cosas a tener en cuenta. Por un lado, se les invita a hacer una vida aún más sana, especialmente a practicar deporte, “es importante y más recomendable aún que en la población general. Como por la medicación, por ejemplo, tienen más probabilidad de enfermar por otras causas, les recomendamos que eviten otros riesgos para la salud no relacionados con la medicación, y el ejercicio físico es muy beneficiosa para el riñón, el corazón, para el colesterol, la diabetes…”, advierte Juan Carlos Ruiz San Millán. Además, deben ser especialmente precavidos para no coger infecciones, también la covid19, “son pacientes de alto riesgo, si se infectan tiene una mortalidad mayor y tienen que extremar las precauciones para no contagiarse bajo ningún concepto”. Por eso, aunque se vacunen, tienen que comportarse como si no estuvieran vacunados, “por desgracia no han tenido mucha prioridad en la vacunación, se han vacunado casi cuando les tocaba por edad, no se decidió dar prioridad a los inmunodeprimidos hasta hace poco”, se lamenta. “Y esto se suma el hecho de que las vacunas en general son menos eficaces en personas inmunodeprimidas, así que, aunque se vacunen, hasta que no esté gran parte de la población inmunizada, ellos tienen que actuar como si estuvieran vacunados. Por suerte, ellos se cuidan mucho en este sentido, están acostumbrados”, concluye. 

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