La fórmula para crear un perfume, como si fuera una composición musical

Los perfumes son unos de los regalos favoritos de esta época.
La fabricación de un perfume se trabaja de modo similar a la composición musical.
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Los perfumes son unos de los regalos favoritos de esta época.

Una de las parcelas mas fascinantes y desconocidas del mundo de la cosmética es la perfumería alcohólica. La técnica, casi tan antigua como la sociedad humana, aparece en años donde se dan referencias sobre cómo mezclar y conseguir materias olorosas.

El perfume, cuyo término viene del latín Per Fumum por el humo y el olor que se desprendía al quemar una serie de plantas y recursos, nació como homenaje a los dioses ya que, al elevarse el aroma, se acercaba a los cielo. El perfume bajó de los dioses a reyes y nobles, los únicos que podían permitirse llevarlo.

Pronto, los humanos descubrieron que una materia llegada de la India que trajeron los mercaderes árabes y ayudaba a combatir el mal olor en los recintos donde se acumulaba mucha gente. De ahí la tradición en las iglesias y centros de peregrinación de quemar incienso.

La creación de un perfume o agua de colonia consta de dos partes, el diseño de la fórmula y su fabricación. Para desarrollar esa fórmula se trabaja de modo muy similar a la composición musical.

Existen notas, con ellas se hacen acordes y sumando los acordes se crean sinfonías. Una nota puede ser el ciste, el romero o la mandarina. Así, un acorde de flor blanca puede estar compuesto por jazmín, muguet, gardenia y nardo.

Y el perfume, al que se le podría llamar también sinfonía, se compone por distintos acordes. Unos marcarán las notas de salida, es decir, lo primero que se percibe al destapar el frasco, por ejemplo, las notas verdes y cítricas.

Las notas medias que forman el cuerpo del perfume, como el cedro, el helecho, el tomillo o el clavo, llegan después. Y, finalmente, las notas de fondo, como las resinas balsámicas, actúan fijando el aroma.

Y es que los árabes aportaron la invención del alcohol que, como eficaz disolvente, permitía hacer menos pegajosas y más estables las distintas combinaciones. Ese fue el comienzo de la perfumería moderna actual en la que existen más de 25.000 sustancias que reproducen prácticamente cualquier olor.

Toda una combinación que otorga el poder emocional del perfume. En palabras de Marcel Proust: "El perfume es la última y mejor reserva del pasado, la que cuando todas las lágrimas se han secado, puede hacer que volvamos a llorar".

Jerónimo Ors, Farmacéutico y Director de Laboratorios Paquita Ors

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