"Si reduces a tu hijo a la causa de su muerte se pierde toda esperanza. Si te fijas en su vida, eso sí que te conecta de nuevo"

  • Llega a Madrid Renacer, grupo de ayuda mutua de padres y madres que enfrentan la muerte de sus hijos.
  • "Muchos han encontrado en el grupo lo que estaban buscando: compartir para seguir viviendo de una manera digna".
Rosalía y Nacho, padres impulsores del grupo Renacer Madrid
Rosalía y Nacho, padres impulsores del grupo Renacer Madrid
CORTESÍA RENACER
Rosalía y Nacho, padres impulsores del grupo Renacer Madrid

El próximo 5 de diciembre se cumplirán 34 años del nacimiento de Renacer, un grupo de ayuda mutua de padres y madres que enfrentan la muerte de sus hijos. Aquel 1988, el fallecimiento de un joven llamado Nicolás a causa de un accidente de tráfico en la ciudad argentina de Río Cuarto, fue el detonante que dio pie a su padres, Alicia Schneider y Gustavo Berti, para impulsar un grupo que tiene como referente la logoterapia de Viktor Frankl: "El hombre que se levanta por encima de su dolor, para ayudar a un hermano, trasciende como ser humano”.

La logoterapia, método terapéutico acuñado por primera vez en 1926 por este psiquiatra vienés, proponía la sanación o recuperación del paciente por medio de la búsqueda del sentido de la vida. Del mismo modo, desde Renacer se plantea que la salida tras la muerte de un hijo depende de la actitud ante lo sucedido, de lo que deciden hacer los padres y madres a partir de ese momento con sus vidas porque, como señalan quienes integran el propio grupo: “no somos lo que nos pasa si no lo que decidimos hacer con aquello que nos ha pasado”.

Desde entonces, este colectivo de apoyo basado en la interacción directa de progenitores con progenitores que han sufrido la misma circunstancia traumática, se ha extendido por diferentes países del mundo. A España llegó con el cambio de milenio y tiene presencia en una treintena de ciudades. La última de ellas Madrid, donde hace unas pocas semanas se ponía en marcha un nuevo grupo gracias al esfuerzo de unos padres llamados Rosalía y Nacho.

Pero, ¿qué ha hecho que el mensaje de un grupo como Renacer haya calado de forma tan profunda a lo largo de estos años entre los padres que han pasado por esta dolorosa experiencia? “Tras su pérdida, Gustavo y Alicia, los fundadores de Renacer, sintieron dentro de ellos la intuición de que su vida no podía acabar con la muerte de su hijo. Se abrió ante ellos un horizonte de búsqueda y encontraron a otros padres con los que compartían el mismo dolor. 

Sin embargo, su objetivo no ha sido el de compartir ese dolor sino el de trascenderlo. La finalidad del grupo es transmitir ese mensaje de amor que nos han dejado nuestros hijos, que pasa por nosotros y volcamos a la vida”, explica Pilar, que hace cinco años ponía en marcha el grupo de Valencia y que asegura que el boca a boca ha sido esencial para transmitir este mensaje. 

“Tras la pérdida de un hijo se te para tu mundo y tu vida, y aparecen todos los miedos que te puedas imaginar y más. No entiendes nada, no entiendes cómo el mundo puede seguir”, añade Rafa, otro padre integrante del grupo de Valencia que acudía recientemente a la capital para apoyar el nacimiento del nuevo grupo. “¿Qué ofrece Renacer en este sentido? Pues que al final aprendes a vivir este mal trago que tenemos que pasar a través de compartir con otros padres que están pasando por lo mismo. Y en ese compartir aparecen todos los sentimientos buenos que tiene el ser humano: la compasión, la comprensión, la escucha… En ese momento en el que tienes enfrente de ti a otra persona que está pasando por lo mismo te retroalimentas. Y en esta comunión y lenguaje común que tenemos es donde encontramos esa luz, esa salida a nuestra noche más oscura que decimos, que es el momento en que has perdido a tu hijo o a tu hija”.

Por tanto, la filosofía de Renacer no se limita únicamente a ser un lugar donde acudir a buscar ayuda, es un lugar donde se va a dar lo mejor en nombre de los hijas e hijos “que con su partida han contribuido a despertar espiritualmente a tantos padres y madres, ayudando a hacer seres solidarios y compasivos, receptivos al dolor de los que sufren”, señalan.

Para Rafa, esta es la verdadera esencia del grupo: “Nuestra hija hace casi cinco años que falleció y durante este tiempo lo que he vivido es que mucha gente que viene de psicólogos o de psiquiatras en los inicios les han ayudado bastante porque el profesional cumple una función importante pero luego la gente necesita vivir, seguir el camino, y se queda con ganas de algo más. Cuando llegan a Renacer, mi experiencia en el 99% de los casos, es que todo el mundo dice: esto es lo que estaba buscando, poder compartir para seguir viviendo de una manera digna. Estamos hablando de cosas muy importantes, vemos a gente llegar destrozada y con el tiempo evolucionar de forma muy positiva: participa, habla, comenta, sonríe, nos abrazamos… aparece lo mejor de cada uno”.

“Sobre todo porque no se pone en foco en la muerte”, apostilla Nacho, del grupo de Madrid. “Y eso es algo muy importante: no vamos a seguir llorando las penas, no nos enfocamos en la muerte de nuestros hijos… porque eso fue un momento puntual en sus vidas. Si reducimos a nuestros hijos a la causa de la muerte se pierde todo tipo de esperanza. Si te fijas en su vida y lo que puedes hacer con tu vida eso sí que te conecta y hablas en un código en el que te entiendes, estamos al mismo nivel”.

Aunque cada grupo en España es independiente y se adapta a las circunstancias y necesidades de sus miembros, la dinámica que se suele seguir en cada sesión es la de recibir a los padres nuevos “porque son los que más acogidos se tienen que sentir” y elegir un tema en concreto, que da pie a la reflexión y a la participación de todos los progenitores. En Madrid, por ejemplo las reuniones están previstas para los miércoles con una frecuencia quincenal, y aunque fundamentalmente está centrado en los padres  también está abierto a otros familiares directos como hermanos o abuelos e, incluso, amigos.

Además, toda la ayuda que se presta es gratuita. Como explica Pilar: “lo hacemos generosamente pero esa generosidad se nos devuelve multiplicada por 2.000. No es ningún sacrificio dedicarle tiempo a Renacer, es un regalo porque la vida te da la oportunidad de ayudar a otras personas. ¿Y qué puede haber en la vida más bonito que prestar tu ayuda, en nombre de tu hijo, que es lo más importante, y que tu vida cobre un sentido gracias a ellos?”.

Ahora, Nacho y Rosalía afrontan con valentía esta nueva etapas de sus vidas, con la esperanza de poder ayudar del mismo modo que les ayudaron a ellos: “Si buscas que se reúnan en Madrid 40 padres y vienen solo siete, ¿lo entiendes como un fracaso? Solo se entiende como un fracaso echarse atrás. Al final eres dueño del proceso no del resultado. Con que podamos ayudar a un solo padre ya nos daremos por satisfechos”.

Más información sobre los grupos Renacer en España:

Renacer en España

Direcciones Renacer España

Grupo Renacer Madrid

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