El difícil reto de olvidar a alguien: hacer más llevadero ese proceso es posible con estas técnicas

  • Raquel Moyá, psicóloga y fundadora de '¿Y Psi Hablamos?' nos da algunas pautas para sentirse mejor.
Olvidarse de alguien es un proceso de duelo que suele causar tristeza, rabia... y que puede llegar a enquistarse
Olvidarse de alguien es un proceso de duelo que suele causar tristeza, rabia... y que puede llegar a enquistarse
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Olvidarse de alguien es un proceso de duelo que suele causar tristeza, rabia... y que puede llegar a enquistarse

Las rupturas son dolorosas, sobre todo las amorosas, por lo que pasar un tiempo de duelo, tanto si eres tu quien ha tomado la decisión de separarse como si es la otra persona, es una parte inevitable del proceso. Este dolor hace que queramos olvidarnos de esa persona cuanto antes, o más bien, que cuando la recordemos, no nos cause dolor.

Raquel Moyá, psicóloga, fundadora y directora del portal de psicología, ¿Y Psi Hablamos? nos da algunas pautas para hacer más llevadero este proceso.

¿Es posible olvidarse de alguien?

Lógicamente, no podemos borrar el recuerdo de las personas que han pasado por nuestra vida, sobre todo ha sido importantes para nosotros, pero sí podemos conseguir estar lejos de ellos y pensar en ellos sin que nos duela, “con el tiempo, las emociones asociadas a los recuerdos se vuelven menos intensas, y podemos pensar en esa persona sin el dolor asociado, pero borrar a alguien en quien has invertido tiempo es imposible. Podrás recordar a la persona sin ese sufrimiento tan característico que vivimos durante el proceso de duelo. Los pensamientos irán a menos también, a medida que van pasando los días, irás dándote cuenta de cosas como “Anda, llevaba todo el día sin pensar en él/ella”, “fíjate, ya llevaba una semana sin llorar”. No hay que tratar de controlarlos, hay que rendirse a ellos, y no engancharse, observarlos y dejarlos marchar”, asegura Raquel Moyá.

¿Cuándo es conveniente que nos olvidemos de alguien?

Las situaciones en las que es mejor olvidarnos de alguien en lugar de seguir a su lado son muchas, Raquel Moyá nos enumera las más frecuentes:

•La persona se ha marchado. Si alguien quiere irse, hay que dejar que se vaya.

•Eres tú la que decides cortar la relación. Se tiene la falsa creencia de que cuando uno es el ‘dejador’, no se sufre y no se arrepiente, pero no es cierto. En todo duelo hay un proceso muy parecido a la abstinencia, y ese proceso lo pasa tanto el que deja como al que han dejado. Si te has marchado, por algo será, revisa los motivos que te llevaron a irte, si siguen ahí, continúa tu camino.

•Cuando la relación ya no funciona. Puede que se haya convertido en una relación tóxica, ahí se evidencia la necesidad de poner fin. No obstante, no es necesario esperar hasta que nos hagamos daño para darnos cuenta de que algo ha cambiado. Las personas pasamos por nuestros propios ciclos, y a veces la pareja puede soportarlos, pero otras veces no. La mayor parte de las relaciones son finitas, así lo demuestran las cifras de separación y de divorcios.

•Cuando se acaba el amor o el afecto que hay entre dos personas.

"Aunque una muerte es mucho más dolorosa, a veces es más persistente un duelo por separación, porque la persona sigue ahí, solo que ya no quiere relacionarse contigo

¿Por qué a veces cuesta tanto olvidar?

Las relaciones nos dejan huella, tanto para bien como para mal, y más en las que hemos compartido la vida con alguien de manera muy intensa. Esa huella no desaparece de la noche a la mañana, “las personas que nos dejan una huella profunda es porque hemos vivido junto a ellas momentos de alta intensidad emocional o AIE, como lo llamamos en psicología. Eso quiere decir que si la relación fue intensa, la ruptura con toda probabilidad también lo va a ser. ¿Acaso esperamos de una relación que era una montaña rusa, llena de altibajos emocionales, una despedida tranquila y sosegada? Claramente la ruptura se va a parecer a la relación, y si estuvo llena de emociones y momentos muy intensos, la despedida también”, nos aclara Moyá. Por eso, cada ruptura, y cada ‘olvido’ también son distintos, pues “lo que cada persona significa en nuestra vida es algo totalmente subjetivo y personal. Va a depender mucho de tus valores, tus creencias… Lo que más va a definir este proceso, es cómo de importante era para ti esa persona en tu vida y qué más a parte de la persona, has perdido que estaban asociados”, matiza.

"Si se puede, solemos recomendar el contacto cero, pues necesitamos distancia y tiempo para poder pasar la abstinencia y que ésta no nos controle"

Obviamente, tampoco es lo mismo olvidarse de alguien tras una ruptura amorosa que, por ejemplo, tras una muerte, “aunque una muerte es mucho más dolorosa, a veces es más persistente un duelo por separación, porque la persona sigue ahí, solo que ya no quiere relacionarse contigo. En un duelo por fallecimiento, no existe la posibilidad de recuperar a ese alguien, es un proceso diferente”, señala Raquel.

¿Cortar por lo sano o intentar verlo sin que te afecte?

Para olvidarnos de alguien, al igual que cuando queremos superar una adicción, lo mejor es poner distancia, “si se puede, solemos recomendar el contacto cero, pues necesitamos distancia y tiempo para poder pasar la abstinencia y que ésta no nos controle. Cuando entramos en estado de abstinencia, no pensamos con claridad, el cerebro quiere su dosis, su droga, que es en este caso esa persona y va a seleccionar aquellos recuerdos y pensamientos que lo traigan de vuelta”. En procesos en los que no esta distancia radical no es posible, por ejemplo, una pareja con hijos en común o personas que trabajan juntas, lo mejor es “rebajar ese contacto a lo indispensable los dos primeros meses”.

¿Y si el proceso dura más de la cuenta?

No hay un tiempo mínimo ni máximo para olvidarnos de alguien, pues depende de muchos factores: tipo de relación, intensidad, duración, carácter de la persona que olvida… Sin embargo, si hay que veces en las que el proceso se enquista, “cuanto más dependiente eres de la otra persona, más te costará superarlo. Aunque esto tampoco es una fórmula para todos. Algunos expertos dicen que se necesita aproximadamente la mitad de tiempo de lo que duró la relación. Otros que una media de 6 meses a 1 año. Pero insisto, esto es totalmente subjetivo y no podemos establecer generalizaciones”, asegura.

Si el proceso se enquista demasiado, se puede hablar incluso de duelo patológico, “cuando se alarga mucho, una persona parece estar atascada en alguna de las fases, (rabia, tristeza, negación…) por un tiempo superior a 6 meses, podríamos estar hablando de un duelo patológico. La persona no avanza, y el tiempo de duelo empieza a ser ya muy largo, afectando a su vida cotidiana, capacidad de concentración, relaciones sociales, etc. En ese caso lo mejor es pedir ayuda psicológica profesional”, aconseja Raquel.

"El dolor lo vas a tener que pasar, así que cuanto más lo evites, más tiempo te estará esperando a la vuelta de la esquina"

Consejos para sobrellevar el proceso del ‘olvido’ lo mejor posible

Aunque un mínimo proceso de duelo es inevitable, Raquel Moyá nos da algunas de las claves que les da a sus pacientes para pasar por el duelo con el menor sufrimiento posible y de la forma más rápida:

1) Contacto cero. Al menos durante dos meses, si es posible.

2) Tiempo para ti y tiempo para los demás. Está bien que si estás muy triste te quedes en casa, pero también has de reactivar tu vida social, aunque no estés en tu mejor, eso no importa, relaciónate.

3) Intenta retomar actividades que habías dejado de lado, esas que no te permitía hacer el tiempo que pasabas con tu pareja.

4) Prueba cosas nuevas. Necesitas estimulación. Es la época de probar de todo para que después puedas quedarte con aquello que te guste para tu nueva vida sin esa persona.

5) No reprimas tus emociones. Todas son necesarias y tienen una misión. Deja que salgan.

6) No hay atajos. El dolor lo vas a tener que pasar, así que cuanto más lo evites, más tiempo te estará esperando a la vuelta de la esquina.

7) Puedes hacer cosas estando triste. Y no pasa nada, la tristeza no te acompañará siempre. Se puede ir a trabajar y se puede una tomar un café sin estar estupendos. Para eso están los amigos.

8) Analiza qué crees que ha fallado en la relación y qué has aprendido de todo esto. Te ayudará a dejar marchar y a corregir aquellas cosas que tenías que cambiar.

9) Haz ejercicio, come bien, duerme mejor. Lo típico, pero ayuda.

10) Suelta. Lo único que permanece es el cambio. Otras cosas están por venir, pero necesitas estar libre y preparado para recibirlas.

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