"Si se puede sacar algún aprendizaje de una relación tóxica ese es el de saber a dónde no te conviene volver"

Dice la psicóloga Eva Gutierréz que las conductas tóxicas empiezan siendo muy sutiles y al principio pueden llegar a pasar desapercibidas. Especializada en relaciones de pareja debuta con 'Si es tóxico no es amor' donde aporta las herramientas para detectar a tiempo las 'banderas rojas', romper con los vínculos destructivos y aprender a construir relaciones sanas.
La psicóloga Eva Gutiérrez, autora de 'Si es tóxico no es amor'
La psicóloga Eva Gutiérrez, autora de 'Si es tóxico no es amor'
Cortesía Somos B
La psicóloga Eva Gutiérrez, autora de 'Si es tóxico no es amor'

Como dice la psicóloga Eva Gutiérrez, todas las relaciones comienzan como un sueño pero algunas, por desgracia, acaban convirtiéndose en una pesadilla. De su experiencia profesional y personal nace su primer libro: Si es tóxico no es amor (Somos B, Penguin Random House, 2023), “un viaje de lo tóxico a lo sano, de la oscuridad a la luz” que recoge todas las herramientas para detectar, entender y, sobre todo, abandonar cualquier relación destructiva. Con ella hablamos en esta entrevista exclusiva para 20Minutos.

Cada vez se habla más de las relaciones tóxicas, se publican más artículos y libros al respecto… pero tú dices “mi experiencia me dice que vamos hacia atrás”. ¿Crees que las relaciones de pareja actuales han sufrido un retroceso?Creo que ahora le ponemos nombre a las cosas que es algo que antes igual no hacíamos. Antes lo que pasaba entre las cuatro paredes de una casa se quedaba dentro y ahora le ponemos nombre a todo. Estamos viendo términos como ghosting, gaslighting… Aunque parezca un poco abrumador, lo que no tiene nombre no existe y al ponerle nombre y apellidos empezamos a hablar de ello. No sé si vamos hacia atrás o antes no se hablaba tanto de ello pero sí que es verdad que el término tóxico se ha puesto de ‘moda’, se habla mucho de lo tóxico… y esto tiene una cara A y una B. Está bien que se hable porque la información al final es poder pero también es verdad que vivimos en una sociedad en la que están tremendamente normalizadas conductas que de normales no tienen nada. Afortunadamente, al ponerle nombre y apellidos a esas conductas podemos hablar de ellas y la persona que las está sufriendo puede decir: esto es lo que me está pasando a mí.

Vivimos en una sociedad en la que están tremendamente normalizadas conductas en la pareja que de normales no tienen nada

Cuando uno está metido en una relación tóxica, ¿es el último en darse cuenta o lo niega como un mecanismo de defensa?Tendemos a racionalizar lo que nos está pasando porque no olvidemos que una relación tóxica no empieza siendo tóxica de una forma radical. Las conductas tóxicas empiezan siendo muy sutiles y esas conductas al principio pueden llegar a pasar desapercibidas. Y cuando nos damos cuenta de que eso igual no es un comportamiento sano tendemos a justificarlo: me ha tratado mal porque está muy estresado o estresada en el trabajo, porque no llegamos a fin de mes… Y al final, los demás son los que nos dicen lo que nos está pasando y que la forma en la que nos está tratando no es normal y seguimos justificando ese tipo de conductas. No sé si es la última en darse cuenta es la persona que sufre una relación tóxica pero sí sigue estirando el chicle porque intenta racionalizar esas conductas hasta que ya no existe nada que justificar.

Una relación tóxica no empieza de una forma radical, las conductas al principio pueden llegar a pasar desapercibidas

Muchas veces asociamos relaciones tóxicas con violencia física o una violencia verbal muy extrema pero esto es solo la punta del iceberg. ¿Cuáles son las señales previas que nos van a indicar que esa relación no va por buen camino?En el libro hablo de otro término que se ha puesto muy de moda: las banderas rojas. Esas primeras señales de alarma deberían servir o al menos yo las asemejo a ese pilotito rojo que se enciende cuando vas conduciendo el coche. No pisas el freno pero sí que acabas por levantar el pie del acelerador porque ves que algo no va bien. Estas pequeñas banderas rojas son signos de alarma que empiezan siendo muy sutiles pero son como las luces del salpicadero. Deberían obligarnos a levantar el pie del acelerador y preguntarnos si la relación y el vínculo que estamos construyendo con esa persona es sano o puede llegar a ser una relación poco sana. Y son señales sutiles porque la violencia extrema no empieza de la noche a la mañana.

Siempre les digo a mis pacientes: párate y piensa que es lo que estás sintiendo con respecto a esas conductas. Que minimice lo que dices, que no tenga tiempo para ti, que no seas una de sus prioridades, que sientas que dentro de tu relación no te puedas expresar como tú realmente quieres con total libertad, que se enfade por cosas que no son como para enfadarse, que lo que dices no le importe, que no te tenga en cuenta o que te tenga en cuenta solo cuando quiere… No son conductas extremas pero sí que nos dan pistas de que igual esa persona no te puede dar esa relación sana que todos deberíamos construir… Estas banderas deben ayudarnos para recapacitar si este vínculo que estamos construyendo puede ser sano o por el contrario es tóxico.

El perfil de una persona tóxica es el de una persona cuyo objetivo dentro de la relación de pareja es el poder
La psicóloga Eva Gutiérrez, autora de 'Si es tóxico no es amor'

Eva Gutiérrez

  • Psicóloga y autora de 'Si es tóxico no es amor'
Eva Gutiérrez es psicóloga sanitaria formada en Psicología Clínica y de la Salud, así como en Psicología y Educación. Tras sufrir una relación tóxica se especializó en relaciones de pareja, maltrato, trauma y dependencia emocional para poder ayudar a otras personas que atraviesan situaciones similares. En el año 2022 se lanzó a las redes sociales con el objetivo de hacer divulgación sobre comportamientos que, aunque en muchos casos están ampliamente normalizados, no deberíamos tolerar en nuestras relaciones de pareja.

Actualmente, compagina sus tres pasiones: el trabajo en consulta, la docencia impartiendo formaciones sobre el amor sano a distintos colectivos y la creación de contenido divulgativo en las redes sociales, en las que nos invita a hacernos preguntas y reflexionar sobre la forma en que nos relacionamos y construimos nuestros vínculos afectivos.

¿Qué perfil se encuentra detrás de una persona que maltrata en una relación tóxica?El perfil de una persona que emite comportamientos tóxicos es el perfil de una persona cuyo objetivo dentro de la relación de pareja es el poder. Cuando nos vinculamos con alguien la realidad es que uno de esos objetivos es el amor entendido como dar y recibir, compartir un proyecto de vida, pasar tiempo juntos, servirnos de apoyo en los buenos y malos momentos… Ese es el objetivo de una relación de pareja sana. El objetivo de una persona con comportamientos tóxicos no es este sino el de tener control sobre la otra persona. Y ahí está el quid de la cuestión: entender que una relación tóxica es una relación en la que el poder sobre la relación es totalmente asimétrico. Uno se convierte en el controlador y el otro en el controlado.

Por desgracia hay personas que se habitúan a que su forma de relacionarse con los demás sea en tono de ‘tú eres mío/a y pasas por el aro porque yo quiero’

¿Una pareja tóxica puede cambiar?Mi experiencia como psicóloga me dice que absolutamente todos podemos cambiar pero para poder cambiar no hace falta decir ‘yo voy a cambiar’ sino que hay que ponerse a ello, querer hacerlo… No existe una varita mágica que cambie comportamientos tóxicos y los vuelva sanos, hay que trabajar en ello. Porque todos podemos cambiar sí, pero no todo el mundo quiere cambiar. Desgraciadamente hay muchas personas que se habitúan a que su forma de relacionarse con los demás sea en tono de ‘tú eres mío/a y pasas por el aro porque yo quiero’.

Cuando se sale de una relación tóxica no hay que pensar 'prefiero estar solo que mal acompañado…’ sino entender que somos capaces de construir relaciones que nos unen

El libro se basa en tu experiencia personal y en casos de diversas personas que has tratado. ¿Qué es lo que va a encontrar el lector y cómo te lo has planteado?No es un libro para poner en práctica pero para mí sí es un libro práctico. De hecho, cuando me planteé escribirlo uno de mis objetivos es que fuese un libro útil para toda aquella persona que lo leyese no solo las que están o han estado en una relación tóxica. Está lleno de ejemplos, no solo de consulta sino también personales porque yo también estuve en una relación tóxica. Creo que a través de los ejemplos uno se puede sentir identificado.

Para mí es un viaje de lo tóxico a lo sano, de la oscuridad a la luz, en el sentido de que el libro está dividido en cuatro grandes apartados: el primero explica lo que es una relación tóxica y los comportamientos más habituales, el segundo que hay detrás de una relación tóxica - tanto por la parte que emite el comportamiento tóxico como por la víctima que está soportando porque mucha gente se siente así y no sabe por qué-, el siguiente es totalmente práctico ya que explica cómo salir de una relación tóxica con pelos y señales y con ejercicios para que la persona que lo esté leyendo pueda llevarlo a cabo y pueda ir viendo los avances y termina con los ingredientes para construir una relación sana. Es habitual en personas que han sufrido una relación tóxica que una vez que salen piensen: ‘yo no valgo para estar en una relación, prefiero estar solo que mal acompañado…’ Haber vivido una relación tóxica para mí debe servir al menos como aprendizaje para saber donde no quiero volver ni por asomo y para entender que sí somos capaces de construir relaciones que nos unen, sanas y seguras.  

Solemos estirar las relaciones como un chicle hasta que no da más de sí. Y cuando tomamos la decisión muchas veces la violencia pura y dura ya se ha instalado

¿Se puede salir a tiempo de una relación tóxica o por desgracia las sufrimos más de lo que es necesario? ¿Y se puede salir de una manera segura?Una relación no es solamente la relación de pareja sino todo lo que tenemos construido: los hijos si los hay, el alquiler o la hipoteca, todo lo que rodea tu vida… Por eso muchas veces es tan difícil salir de una relación tóxica porque uno o una es consciente del ‘tengo que salir de aquí porque no podemos seguir así’ pero el entramado de la vida es mucho más complicado que el tomo una decisión y mañana empiezo de nuevo.

La realidad no es esa, la realidad es que la vida tiene muchos flecos y es difícil salir porque tienes que romper con muchas cosas, con la vida tal y como la conoces hasta ese momento. Por eso, generalmente solemos estirar las relaciones como un chicle hasta que llega un momento que ese chicle no da más de sí. Y cuando tomamos la decisión muchas veces la violencia pura y dura ya se ha instalado dentro de la relación porque ha pasado mucho tiempo. Esas conductas sutiles del principio han ido in crescendo en intensidad y frecuencia y se ha convertido en una relación realmente fea.

Lo ideal sería que cuando empezamos a ver que nuestra relación no es una relación sana nos planteemos si es la relación que queremos tener o no pero por lo que veo en mi trabajo a diario, generalmente las relaciones se estiran y se estiran hasta que llega un momento en que se hace insostenible y la persona dice ‘hasta aquí’. Es más difícil salir cuanto más construido y siempre que esto ocurre es más complicado dejarlo atrás.

¿Forma parte del proceso las recaídas? Por supuesto. Todos somos humanos, no podemos dejar de sentir de la noche a la mañana

Una vez que se da el paso, hablas en el libro de dos cuestiones fundamentales: el contacto cero y el síndrome de abstinencia. ¿Por qué son tan importantes?Mucha gente me pregunta: ¿el contacto cero es necesario ante una ruptura? Si nuestra relación de pareja ha sido sana pero por una cosa o por otra la hemos roto: no teníamos el mismo proyecto de vida, nos hemos convertido más en compañeros de piso que en pareja o lo que sea, el contacto cero no tiene porque ser necesario. Pero si hemos estado en una relación tóxica en la que los comportamientos de nuestra pareja nos han dejado secuelas el contacto cero es fundamental. Lo que pretende el contacto cero es decirme a mí misma que no solamente esa persona sino todo lo que rodea a esa persona ya no está en mi vida. ¿Y qué me permite eso? Me permite sanar, empezar a hacer mi vida yo sola o solo sin todo lo que conlleva esta otra persona con la que he estado conviviendo. Es muy difícil al principio de ahí las recaídas, que forman parte también de cualquier proceso, pero también tremendamente útil, sano y liberador.

Con respecto al síndrome de abstinencia, ahí está el problema de mantener este contacto cero. Una cosa es que yo me diga mí misma ‘a partir de ahora he roto mi relación de pareja’ y otra llevarlo a cabo en el día a día. El síndrome de abstinencia es un factor que tenemos que tener en cuenta y por eso en el libro explico detalladamente todos los pasos a seguir desde que se toma la decisión de romper porque mucha gente se siente culpable respecto al síndrome de abstinencia, ese deseo de volver con su expareja. Todos esos ‘y si’: y si lo volvemos a intentar por última vez, y si realmente esta vez ha cambiado, y si volvemos y vuelve a ser como al principio… Todos ellos forman parte de este síndrome de abstinencia, son los que hacen que volvamos a caer una y otra vez en relaciones de idas y venidas que tanto daño hacen. ¿Forma parte del proceso las recaídas? Por supuesto que sí y creo que es importante que la gente lo tenga en cuenta. Todos somos humanos, no podemos dejar de sentir de la noche a la mañana, no se puede dar un tijeretazo y listo porque no funcionamos así, no dejamos de querer de la noche a la mañana ni dejamos de idealizar a esa persona de la noche a la mañana. Por eso el síndrome de abstinencia es un factor más en una ruptura de una relación tóxica.

La realidad es que nadie nos enseña a vincularnos con los demás ni con nosotros y al final salimos a las relaciones de pareja como buenamente podemos

¿Qué secuelas nos puede dejar una relación tóxica? ¿Podemos llegar a entrar en una espiral de dependencia con las siguientes parejas?Es muy habitual pensar el ‘llevo repitiendo patrones toda mi vida, siempre acabo con el mismo tipo de persona, parece que las atraigo…’. Vale, esto es simple y llanamente porque aprendemos a funcionar en este tipo de relaciones. De hecho, después de vivir varias relaciones tóxicas empezamos a vivir una relación sana y algunas personas me dicen ‘me aburro de esta relación’ porque estamos acostumbrados a funcionar en este tipo de patrones.

Vivir una relación tóxica tiene consecuencias en todas las áreas de la vida: en el área emocional, están el sentimiento de tristeza, el de culpa, el de rabia por caer una y otra vez en el mismo tipo de relaciones. A nivel de pensamiento porque mi pensamiento gira una y otra vez en torno a mi relación de pareja, puedo estar en el trabajo y estar pensando en lo que para mí ahora mismo es una vulnerabilidad que es mi relación de pareja porque sé que no va bien. Tiene consecuencias en cómo me comporto, gente que antes era tranquila y desde que está en este tipo de relaciones salta a la mínima, está siempre hiperalerta, con el disparador puesto por si acaso… Y consecuencias a nivel físico: dolores de cabeza, no dormir bien por la noche, no estar al 100%, descuidar la alimentación, incluso sentirse mal por descuidar otras áreas de la vida como el trabajo o los hijos… ¿Cómo todo esto no te va a pasar factura al final?

Cuando uno o una repite patrones y acaba en el mismo tipo de patrón de persona, siente que independientemente de que corte o no la relación, si vuelve a conocer a otra persona, va a ser siempre lo mismo y ya no quiere más de eso. De ahí la importancia que para mí tenía terminar el libro dando las pautas para construir una relación sana. Para mí el haber vivido una o varias relaciones tóxicas tiene que servir de ‘aprendizaje’, de saber a dónde no quiero volver, qué tipo de patrón es el que yo no quiero volver a repetir porque no lo merezco. ¿Se puede construir una relación sana después de haber vivido varías relaciones tóxicas? Un sí rotundo. Y eso lo trabajamos en terapia.

Es descorazonador que la primera aproximación de la gente joven al sexo sea la pornografía

¿Es necesario que desde la etapa escolar enseñemos a niños y niñas a distinguir estas conductas?En esto, como en tantas otras cosas, la educación es la clave. Como madre y como psicóloga me encantaría que se diese la misma importancia que se da a las matemáticas, al inglés o las ciencias a aprender a vincularnos a los demás e incluso con nosotros mismos. Hasta que no interioricemos que este tiene que ser un aprendizaje desde la base, desde que somos pequeños, creo que no lo vamos a poder erradicar. La realidad es que nadie nos enseña a vincularnos ni con los demás ni con nosotros mismos y al final salimos a las relaciones de pareja como buenamente podemos. Y no olvidemos que los chavales ahora mismo tienen algo muy poderoso en la mano que son todos los dispositivos móviles, que son fantásticos pero sí sabemos utilizarlos. Todas las aplicaciones tienen una cara A y una B. ¿Quién nos está enseñando a utilizar todos esos dispositivos con respecto a cómo nos vinculamos con los demás? ¿Quién nos está enseñando cuando somos adolescentes a cómo formar relaciones de pareja? ¿Dónde nos están enseñando lo qué es el sexo? Es descorazonador que la primera aproximación de la gente joven al sexo sea la pornografía a través de internet porque la pornografía no tiene nada que ver con el sexo. La educación para mí es la clave. En el momento en que seamos una sociedad que pongamos encima de la mesa que la educación sexoafectiva tiene tanta importancia como aprender lengua o ciencias, daremos un paso de gigante.

​Porque si la primera aproximación que tengo al sexo es a través de la pornografía cuando yo luego tengo sexo con una chica o un chico de mi edad tengo en la mente que el sexo es lo que yo he visto en la pantalla y el sexo no es eso: es cariño, tacto, conexión… A un chaval que no tiene experiencia, ¿quién le explica que eso no es sexo? Si desde pequeños tuviésemos una educación respecto a nuestra forma de vincularnos ganaríamos un montón.

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Portada de 'Si es tóxico no es amor', de Eva Gutiérrez
Portada de 'Si es tóxico no es amor', de Eva Gutiérrez
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