Los dos síntomas del movimiento que podrían ser advertencias de demencia

Un anciano apoyado en su bastón.
La pérdida de fuerza de agarre y la ralentización del movimiento podrían ser indicativos de demencia.
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Un anciano apoyado en su bastón.

Que las personas perdemos masa muscular al envejecer es un hecho sobradamente documentado por la ciencia. De hecho, se estima que para los 50 años de edad la mayoría de las personas ya han perdido hasta un 10% de toda su masa muscular, y que entre los 50 y los 70 perdemos un 30% de nuestra fuerza.

No obstante, las pérdidas anormales o aceleradas pueden ser también indicativas del desarrollo de demencia, un conjunto de condiciones neurodegenerativas que impactan a distintos aspectos de nuestra cognición, según indica un nuevo estudio publicado en la revista científica Journal of Cachexia Sarcopenia and Muscle. Además, estas pérdidas producen signos medibles en las personas, que pueden servir como indicadores tempranos en un proceso diagnóstico.

Factores de riesgo

Como apuntan los autores del trabajo, hay dos parámetros, la fuerza de agarre y la velocidad del movimiento, que desde hace tiempo se consideran biomarcadores del estado general de salud en las personas mayores. Por ello, decidieron averiguar si estos valores podían de alguna manera estar relacionados con el riesgo de desarrollar demencia.

Para ello, tomaron datos de más de 1.000 mujeres con una edad media de 75 años, extraídos de un estudio longitudinal a gran escala, el Perth Longitudinal Study of Ageing in Women, en los que se incluían resultados de test de fuerza de agarre y de velocidad de movimiento.

Mediante este método, encontraron que en los 15 años siguientes cerca de un 17% de las participantes vivió un evento adverso relacionado con la demencia, ya fuese una hospitalización o un deceso. Entre estas pacientes, el deterioro en la fuerza de agarre o en la velocidad de movimiento emergieron como factores de riesgo significativo.

Indicadores de la salud general

De hecho, explican en el artículo publicado al respecto, aquellas mujeres con puntuaciones más bajas en estos test tenían hasta el doble de riesgo de desarrollar demencia más adelante en la vida que la media de las participantes.

Esta relación, cabe señalar, se mantenía incluso después de ajustar otros factores de riesgo conocidos como el tabaquismo, el uso de alcohol o los niveles bajos de actividad física.

Según argumentan, la evidencia es suficiente como para comenzar a tener en cuenta estos signos como posibles señales de advertencia, tanto en el hogar como en el entorno clínico. Con todo, aún quedan mecanismos y relaciones entre ambos fenómenos que deben ser clarificados antes de que pueda establecerse un vínculo directo a nivel diagnóstico.

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Referencias

Simone Radavelli-Bagatini, Helen Macpherson, David Scott, Robin M. Daly, Jonathan M. Hodgson, Simon M. Laws, Kun Zhu, Richard L. Prince, Joshua R. Lewis, Marc Sim. Impaired muscle function, including its decline, is related to greater long-term late-life dementia risk in older women. Journal of Cachexia, Sarcopenia and Muscle (2023). DOI: https://doi.org/10.1002/jcsm.13227

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