Expertos alertan sobre los efectos de la exposición constante a la música de alto volumen en las discotecas

Los espacios donde se concentran niveles más altos de ruido son los de ocio nocturno y las aulas.
Los espacios donde se concentran niveles más altos de ruido son los de ocio nocturno y las aulas.
PIXABAY.
Los espacios donde se concentran niveles más altos de ruido son los de ocio nocturno y las aulas.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de nueve millones de personas en todo el mundo conviven a diario con niveles de ruido superiores a los 65 decibelios (el nivel máximo recomendado por este organismo). Los expertos alertan, además, que dos de los espacios donde se concentran niveles más altos de ruido son los espacios de ocio nocturno y las aulas.

Según han explicado en la primera edición de Audioforum, un nuevo espacio de encuentro para especialistas en salud auditiva a nivel nacional organizado por GAES, en las discotecas el volumen de la música puede llegar a superar los 104 decibelios, lo que puede acarrear importantes efectos nocivos en la salud.

El ingeniero industrial y doctor en Ingeniería Acústica Ramón Peral advierte de la problemática del ruido al que las personas y, sobre todo, los jóvenes se exponen de manera voluntaria, como por ejemplo el que proviene de dispositivos como los auriculares y los locales de ocio como las discotecas.

Sobre estos espacios, el ingeniero comenta: “Igual que existen señales de alerta auditiva en puestos de trabajo, quizá deberíamos solicitar estos avisos en entornos de ocio para que sus clientes tengan claro que la exposición prolongada al alto volumen de sonido puede causarles daños permanentes”.

Según este experto, una persona que a lo largo de un año se expone a un volumen de música muy alto, como en el que suele haber en una discoteca, durante tres horas los dos días del fin de semana, estará percibiendo la misma cantidad de energía sonora de un trabajador en un puesto de riesgo durante dieciocho años.

Peral recuerda también las recomendaciones propuestas por la OMS donde se sugiere el uso de protectores de ruido para los oídos y que en los locales de ocio nocturno haya espacios de descanso sonoro.

Ruido en las aulas

Por su parte, la pedagoga y logopeda de Aspas Valencia Elisa Vicedo alerta sobre el ruido desmedido en las aulas como una de las principales barreras de aprendizaje para los niños con problemas de audición. “En las primeras etapas educativas necesitan una señal integra, clara y limpia para el óptimo desarrollo del procesamiento auditivo y de la comprensión de la palabra”.

La experta recomienda adaptar las aulas para mitigar las fuentes de ruido, acondicionarlas acústicamente y conseguir que el mensaje del profesor/a llegue directamente a oídos del alumnado, “evitando también que el docente haga un sobresfuerzo vocal”.

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