Estos son los peligros de cepillarse los dientes en exceso y de abusar de enjuagues bucales

Padre y niño limpiándose los dientes. Higiene dental. Cepillarse los dientes.
Padre y niño limpiándose los dientes. Higiene dental. Cepillarse los dientes.
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Padre y niño limpiándose los dientes. Higiene dental. Cepillarse los dientes.
Patricia Palma Maldonado, Odontóloga

PATRICIA PALMA

  • Odontóloga y fundadora de P&P Clinic. Especializada en Cirugía, Implantes y Estética Dental.

Es sabido por todos que llevar a cabo una limpieza bucal correcta es esencial para mantener la salud. Además, aporta múltiples beneficios tales como prevenir la aparición de caries, evitar la halitosis, reforzar el esmalte dental y mantener una sonrisa estética y blanca. Sin embargo, aunque quizás nunca te lo hayas planteado, abusar de este hábito puede tener, también, nefastas consecuencias en la salud oral.

¿Por qué puede ser negativo cepillarse los dientes en exceso?

Limpiar los dientes en exceso no solo hace referencia a un cepillado exagerado de estos y es que este error suele venir marcado por otros comportamientos. Las principales conductas que provocan un exceso de higiene bucal y que marcan la diferencia entre una limpieza correcta y una mala, están relacionadas con la frecuencia, la duración y presión que efectuamos sobre las piezas y un uso abusivo de productos blanqueadores o enjuagues bucales.

Frecuencia y duración

De forma general, cepillarse los dientes tres veces al día debería ser más que suficiente en las personas. Lo idóneo sería realizar esta limpieza después de cada principal comida y con un tiempo recomendado de dos minutos por sesión. De lo contrario, si se opta por una limpieza exagerada conseguiremos el efecto contrario al esperado y es que se dañará el esmalte, la capa de marfil que cubre la parte interna de los dientes. Si se daña esta protección se puede debilitar el esmalte, exponiendo las piezas dentales, haciéndolas más propensas a sufrir sensibilidad dental frente a estímulos externos.

Movimientos y presión

Otro de los motivos que, junto a una limpieza exagerada, pueden desencadenar consecuencias negativas, son los movimientos y la presión que aplicamos en los dientes.

Si hablamos de los movimientos, estos deben ser cortos y el cepillado debe hacerse de arriba a hacia abajo intercalando con movimientos circulares, presionando de forma adecuada.

De lo contrario, si ofrecemos demasiada presión en la zona, podemos dañar la encía y desgastar el esmalte natural de los dientes, lo que propicia sensibilidad dental frente al frío o al calor, produciendo dolor.

Por otro parte, si se ejercen los movimientos con demasiada fuerza o de manera exagerada se provocará recesión en las encías, proceso en el que las encías se retraen y se deja a la vista la superficie radicular.

Abuso de enjuagues bucales

Usar enjuague bucal no tiene por qué tener ningún efecto negativo en la salud, y de hecho no es malo, sin embargo, abusar de él junto a un exceso del cepillado dental no es correcto. Lo dañino que pueda llegar a ser el abuso de este, también dependerá de los ingredientes que contenga.

El primero de los motivos se debe a que, en la mayoría de los casos, estos productos tienen entre sus principales ingredientes, alcohol. Por esta razón solo será necesario utilizarlo una vez al día, ya que, en altas dosis, puede producir deshidratación, dejando sensación de sequedad en la boca.

La clorhexidina, presente en muchas de las fórmulas y reconocido por su capacidad para prevenir infecciones y mantener un correcto estado bucodental, en altas dosis, puede provocar manchas en las encías y es otro de los motivos por los que tenemos que prestar atención a las indicaciones sobre su uso y frecuencia y, en ningún caso, sobrepasarlas.

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