Doctora Patricia Palma Maldonado
- Odontóloga y fundadora de P&P Clinic. Especializada en Cirugía, Implantes y Estética Dental.
Las muelas del juicio son los últimos molares que aparecen durante la etapa de la adolescencia. Aunque muchas veces no suponen ninguna molestia para nuestra dentadura, en otras ocasiones pueden llegar a representar un problema para nuestra salud bucodental.
Pero, ¿cómo saber si se trata de una simple molestia o si se debe realizar la extracción de los terceros molares? Existen factores decisivos a la hora de responder esta pregunta.
A causa de infección o caries
Una de las razones más usuales por las que se realiza la extracción de una muela del juicio es la infección que su mala erupción puede provocar en la zona.
Si no pueden emerger con normalidad, por falta de espacio en el maxilar o por un mal desarrollo en su posición, las muelas del juicio pueden provocar un reservorio de bacterias entre la encía y el diente que termine originando un proceso infeccioso. Para evitar consecuencias adversas, normalmente, se procede a la extracción.
Por otro lado, sufrir caries en estas piezas, es otro de los grandes motivos de su retirada.
Aunque tener esta dolencia en el resto de los dientes de la boca tiene como principal solución restaurar la pieza a través de un empaste, en este caso concreto la forma de proceder puede cambiar según distintos factores. Si la muela del juicio no se encuentra atrapada entre la encía, la forma de actuar y restaurar, será como con otra pieza dental. Sin embargo, si la pieza ya presenta problemas de malposición y la caries llega al nervio, lo más habitual es proceder a la retirada, ya que, debido a su utilidad funcional y su situación en la boca no se recomienda realizar una endodoncia.
Por falta de espacio y malposición
La falta de espacio en la mandíbula y en el maxilar, impiden que estas muelas se desarrollen con normalidad e imposibilita que se coloquen de forma correcta en la arcada.
Como consecuencia de ello, las muelas quedan retenidas totalmente o de forma parcial en la encía, pudiendo infectarse o dañar a otros dientes. En casos más severos, incluso pueden provocar enfermedades periodontales como las encías sangrantes. Lo más recomendable será retirarlas.
Una malposición en su desarrollo también puede ocasionar los mismos graves problemas en la salud de las muelas continuas. Su intento por erupcionar puede dañar la raíz del diente anterior o provocarle caries. En estos casos se aconseja retirar la muela del juicio por prevención antes de que sea necesario extraer tanto el tercer molar como el adyacente.
Por tratamientos de ortodoncia o implantes dentales
Cuando un paciente se quiere realizar un tratamiento de ortodoncia o un procedimiento de implantes dentales, se deberá indicar la extracción de la muela del juicio si para conseguir la posición deseada de los dientes necesitamos ese espacio para ello o si se observa que, las muelas del juicio aún no han salido y no tendrán espacio para hacerlo.
De ser así, se debe extraer el cordal que puede desestabilizar o dificultar el éxito de estos tratamientos.
Lesiones en los dientes adyacentes y caries
Otro de los motivos de la retirada de las muelas del juicio es que, en su intento por salir, se queden encajadas contra las muelas vecinas, dando lugar a caries en la raíz y corona de estas, pudiendo causar la extracción de ambas.
En otros casos también pueden originar quistes alrededor de la muela anterior, producir fracturas en el hueso o lesiones nerviosas con el paso del tiempo.
Riesgo de reabsorción de las raíces dentales
También será recomendable extraerlas cuando se produzca o exista el riesgo de reabsorción de las raíces dentales. Esto sucede por presiones prolongadas de la muela del juicio sobre la raíz del diente vecino.
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