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Quién es Borja Carabante, el elegido de Almeida para soterrar la A-5

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, y el delegado del área Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, Borja Carabante.
Europa Press

Todo líder que se precie necesita un fiel escudero. Batman tenía a Robin, Don Quijote a Sancho Panza y en la política madrileña, salvando todas las distancias, José Luis Martínez-Almeida cuenta con su inseparable Borja Carabante. Como otra dupla fabulesca más, el alcalde y el concejal del PP han vivido un alud de hazañas juntos en estos últimos cuatro años, empezando por la reconquista en 2019 de Cibeles a la izquierda y siguiendo con la recentísima mayoría absoluta del pasado 28 de mayo. Para su segundo mandato, Almeida ha encomendado una nueva misión a su hombre de mayor confianza: soterrar, de una vez por todas, la A-5. 

Desde este sábado, Carabante tiene más poder que nunca: al área de Medio Ambiente y Movilidad que lideró durante la pasada legislatura incorpora también Urbanismo, hasta ahora en manos de Cs. El mensaje que manda Almeida fusionando ambas áreas, otrora independientes, es claro: enterrar el tráfico que discurre entre el Paseo de Extremadura y la Avenida de los Poblados es una prioridad. No hay más tiempo que perder. El proyecto ya está redactado, a falta del okey del Gobierno central, que cofinancia la Operación Campamento con la que deberá homogeneizarse la obra. Desde su equipo confían en su capacidad: "Es un todoterreno, cuando tiene una meta, se pone un plazo y la consigue".

Más que un jefe, es un líder. Fuera del despacho, un amigo"

Mucho antes, el también segundo teniente de alcalde tendrá que elaborar la propuesta de modificación de las normas urbanísticas que regulan, entre otros asuntos, los pisos turísticos o las cocinas fantasma. Precisamente, para que Madrid no se convierta en la ley de la selva, cuando decaiga, el 5 de agosto, la moratoria a las famosas dark kitchen. Si no hay cambios de guion, el marco normativo se renovará en los primeros diez días de julio. Mientras tanto, también tendrá un ojo puesto en la nueva área delegada de Limpieza, ahora liderada por su coordinador general en Medio Ambiente, José Antonio Martínez Páramo. Carabante, en todo caso, dejó hasta siete contratos plurianuales cerrados para que su función sea meramente de gestión de los servicios. 

Cuatro años de curvas 

Carabante ostentó desde 2019 la que posiblemente sea la cartera más complicada en el Ayuntamiento de Madrid, por ser responsable de atajar los principales problemas de la capital, según casi todas las encuestas ciudadanas: la suciedad en las calles, los atascos de las carreteras y la contaminación del aire. Como era previsible, las adversidades no tardaron en arreciar. En forma de toneladas y toneladas de nieve, a principios de 2021 la borrasca de Filomena arrasó la ciudad de Madrid, paralizando la movilidad y ensuciando hasta el último rincón de la capital. De vuelta a la normalidad, el delegado de Medio Ambiente tuvo que gestionar la repoblación de más de 90.000 árboles muertos.

En su hoja de mérito figura asuntos no menores, como haber llevado a Madrid a cumplir, por primera vez en doce años, los límites de calidad del aire impuestos por la Unión Europea o desenredar, en forma y tiempo, el Nudo Norte de la capital, por donde pasan una media 34.000 vehículos diarios solo durante la hora punta de la mañana. Otro gol en su currículum fue ordenar el caos en el que había derivado el servicio de patinetes, reduciendo el número de vehículos y las empresas licitadoras. 

Peor suerte corrió la renovación del sistema de bicimad, dependiente de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) que un día presidió. La convivencia del nuevo y el viejo sistema de bicis públicas colapso apenas pocas semanas después de anunciar su gratuidad. Y llegaron a encontrarse vehículos abandonadas hasta en comunidades de vecinos privadas... Pero Carabante logró encontrar una solución, elaborando un "plan de choque" que conjugaba los castigos a los infractores con la contratación de más personal. Y así el servicio pudo continuar con la ampliación histórica que tiene prevista para llegar a los 21 distritos de la capital, con 7.500 bicicletas y 611 estaciones nuevas.

Los concejales de la oposición reconocen su habilidad para caer siempre de pie. "Tiene muchos tiros pegaos y sigue", dice el carmenista Jose Manuel Calvo, con quien guarda "muy buena relación personal". Ante todo, destaca "su capacidad de vender logros de gestión", igual que otro edil de la izquierda que lo califica de orador "habilidoso". "Es un trilero: empiezas jugando tú en el juego que quieres pero te lleva rápido al suyo", comenta tras muchas comisiones debatiendo con el cara a cara.

Lo que unió la política... 

...No lo separa nadie. Almeida y Carabante se conocieron allá por 2008, cuando uno era director general de Patrimonio y el otro de Carreteras,  con Esperanza Aguirre de presidenta de la Comunidad de Madrid. "Tenía que pedirle muchos informes y poco a poco fueron tejiendo una relación". Coincidieron después en 2015, siendo secretario general de Consejo del Gobierno y viceconsejero de Transportes, respectivamente. Si bien no fue hasta 2019, durante el primer mandato de Almeida como alcalde, cuando "llegó la relación de amistad"-

El delegado de Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante (i) y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida (d), durante una sesión extraordinaria del Pleno Municipal.
Europa Press

Su relación va más allá de Cibeles... por lo menos hasta el Camino de Santiago, que han peregrinado juntos varios veranos. También comparten el día a día, adelantándose cada mañana al sol con una carrera por el Retiro. Aquí el primer edil le lleva ventaja, como no se cansó de restregárselo, en público y privado, después de sacarle varios minutos en la última San Silvestre. Siempre piques, siempre risas. Comparten año de nacimiento, 1975, con tan solo tres meses de diferencia. Chocan, únicamente, en lo futbolístico: Almeida es colchonero, Carabante, merengue. 

Fue el primer confidente de Almeida, cuando sobrevolaron rumores de espionaje a Ayuso

Para entender la confianza que deposita Almeida en Carabante, basta con recordar que este fue el primer confidente al que el regidor acudió cuando sobrevolaban por Cibeles lo que entonces eran rumores de espionaje a la presidenta Isabel Díaz Ayuso. El alcalde lo mandó a la Empresa Municipal de Vivienda y Suelo (EMVS) a por más información. Y pocos meses más tarde el PP vivió la mayor crisis política e institucional de su historia, con la dimisión del jefe de filas de los populares, Pablo Casado, y su réplica en la Coordinación general de Alcaldía, a cargo de Ángel Carrocero. Ellos, en cambio, sobrevivieron.

Según dice su LinkedIn, Carabante está licenciado en Económicas por la Universidad de la Complutense. Aunque gran parte de su trayectoria ha trancurrido en el Partido Popular. Cuenta incluso con arraigados lazos en la familia de las altas esferas del partido, al estar casado con la hija de Álvarez del Manzano, exalcalde de la ciudad. Cargado de paciencia, pues lidia con dos jóvenes adolescentes en casa, los que lo conocen coinciden en que es "amable" y "motivador". "Un líder más que un jefe", señalan su equipo. En el Pleno, siempre muy generoso con las explicaciones, "se lo tiene que saber todo...". "Fuera del despacho, un amigo".