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La herencia de Miguel Boyer que provocó una guerra entre su hija recién fallecida, Laura, y la familia Preysler

Miguel Boyer junto a Isabel Preysler.
Getty Images

Días después de la muerte de Laura Boyer, la revista Semana ha publicado su última entrevista en la que, además de contar su versión sobre el papel de Isabel Preysler en la vida de su padre, aporta datos acerca de la herencia tras su fallecimiento en 2014.

La hija de Miguel Boyer admite en esa conversación que tuvo que renunciar a ella "porque solo le pedían dinero". Lo cierto es que el reparto de ese patrimonio trajo consigo una tensión constante hasta que cuatro años después, en febrero de 2018, se resolvió para cumplir con la voluntad del exministro.

Estos incesantes desacuerdos que vivieron por entonces los miembros de su familia se deben, sobre todo, a los gastos que dejó Boyer. A pesar de tener tres automóviles antiguos, 6.000 libros en tres lotes, cuadros que procedentes de su familia y un busto, también tenía unas cuentas con apenas dinero por todo lo que tuvo que pagar para costear su enfermedad, tal y como contó en una ocasión Isabel Preysler.

No todos sus herederos pudieron hacer frente a ello y la propia Laura Boyer decidió rechazarlo: "Entre el gasto de llevármelo y los gastos médicos que me reclamaban, decidí ir a un notario y firmar la renuncia".

"La enfermedad y rehabilitación del Don Miguel Boyer supuso un inmenso caudal de gastos, que en gran medida sufragó la Señora Preysler, por no haber fondos en las cuentas de su esposo", afirmó el abogado de la socialité al respecto.

Un cambio que dictó la herencia

Tras sufrir el ictus, Miguel Boyer decidió cambiar su testamento con el objetivo de conseguir una repartición equitativa para sus tres hijos. El 24 de julio de 2012 acordó que el tercio de mejora y de legítima fuera para ellos y que debería estar todo repartido en un plazo de cinco años.

Finalmente, a Laura, que rechazó su tercio en favor de sus cuatro hijos, le correspondía una escultura de Amós Salvador, bisabuelo de Boyer, hecha por el valenciano Benlliure y "unas guías de Madrid". A Miguel Boyer Jr. le dejó algunos volúmenes de su biblioteca y tres coches antiguos los cuales costaba bastante dinero mantener. Y por último, a Ana le quedaron "cosas menores también de poco valor".

Una guerra que enfrentó a los Boyer y los Preysler

La herencia trajo consigo un fuerte enfrentamiento entre Laura Boyer y su hermana Ana, hija también de Isabel Preysler. La recién fallecida confiesa en su última entrevista cómo se fraguó: "Hablamos por la herencia de mi padre. Hablamos poco, pero se puso de parte de su madre".

Por su parte, la exmujer de Boyer afirmó que ella solo había recibido "lo que dice la Ley para cualquier viuda", así como algunos libros en usufructo y otros bienes.

Se rumoreó mucho sobre la casa donde Isabel Preysler sigue viviendo en Puerta de Hierro (Madrid), pero lo cierto es que esta no formaba parte de ese reparto porque estaba a nombre de ella, según expertos inmobiliarios han confirmado al ya citado medio.

"Él fue quien compró a Fernando Fernández-Tapias la finca de Puerta de Hierro y fue él quien pagó la construcción de la casa, valorada hoy en más de nueve millones de euros, aunque todo lo puso a nombre de Isabel", dijo un familiar de Boyer a El mundo, sin embargo. 

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