Nacional

La familia y la educación, prioridades vitales de una juventud iberoamericana lastrada por las condiciones económicas

Mayte Ortiz, Juan María González-Anleo y Ariana Pérez, en la rueda de prensa.
Fundación SM

Lo que más importa a los jóvenes iberoamericanos es la familia y la educación. De hecho, el sistema educativo es una de las pocas instituciones en las que confían los jóvenes, a pesar de las dificultades de acceso que existen en Iberoamérica, donde las condiciones económicas son el principal obstáculo a la hora de continuar con los estudios y la mayoría de jóvenes barajan la posibilidad de emigrar para mejorar su situación. Estos son algunos de los datos que se desprenden del informe  Jóvenes en Iberoamérica 2021, elaborado por el Observatorio de la Juventud Iberoamericana de la Fundación SM y presentado este martes en Madrid en una rueda de prensa en la que han participado Mayte Ortiz, directora de la Fundación SM; Ariana Pérez Coutado, coordinadora del estudio, y Juan María González-Anleo, uno de los autores.

El informe está construido a partir de 13.500 encuestas realizadas a  jóvenes de entre 15 y 29 años procedentes de México, Perú, República Dominicana, Chile, Brasil, Argentina, Ecuador, Colombia y España, que han respondido, entre otras, a cuestiones relacionadas con el contexto sociopolítico de sus países, sus prioridades y preocupaciones y su autopercepción. "Arrojamos estos datos para la acción, para la movilización, para que quienes trabajamos con jóvenes seamos capaces de empoderarlos, de darles las herramientas para que ellos sean protagonistas de una verdadera transformación social", ha destacado Ortiz, quien ha recalcado la necesidad de abandonar los "preconceptos" y "etiquetas" que estigmatizan a los jóvenes.

Aunque el estudio advierte de que "no se puede hablar de una juventud en singular, sino de juventudes que expresan situaciones plurales, desiguales y heterogéneas", los datos muestran un gran consenso en torno a las prioridades vitales de los jóvenes iberoamericanos. El 90% de los encuestados otorga "bastante o mucha importancia" a la familia y a la educación, que encabezan la lista de prioridades. González-Anleo ha calificado estos resultados de "llamativos" y ha apuntado como explicación la labor de "superministerio del bienestar social" que la familia desempeña en las sociedades iberoamericanas y la función de "ascensor social" que cumple la educación.

El 90% de los encuestados otorga "bastante o mucha importancia" a la familia y a la educación

Por un lado, en cuanto a la familia, el 55% de los jóvenes entrevistados señala que las principales enseñanzas adquiridas en su seno son la cortesía y los buenos modales. Sin embargo, el papel de la unidad familiar va mucho más allá. Según el informe, la familia es el lugar por excelencia de transmisión de ideas, si bien las diferencias entre los países son acusadas. En este sentido, es significativo que las iglesias y organizaciones religiosas quedan relegadas a los últimos puestos como transmisores de ideas, a pesar de que en casi todos los países analizados, excepto en España y Chile, ocupan los primeros puestos en confianza institucional. Como posible explicación a esta aparente contradicción, el estudio alude al alto prestigio de la labor social de estas instituciones, incluso en un contexto de creciente ateísmo, que supera el 60% entre los jóvenes españoles, llega al 40% en Chile y alcanza el 35% en Argentina y México.

"Desconfianza sistemática y masiva"

Por otro lado, en cuanto a la otra gran prioridad para los jóvenes, el sistema educativo es la institución en la que mayor confianza depositan, con un promedio del 59,7%. La juventud que más confía en la educación es la argentina (75%), seguida de la dominicana (70%) y la ecuatoriana (70%). Chile, pese a ser el país con los niveles educativos más altos de América Latina, es el que presenta un dato más bajo (43%). En cualquier caso, se trata de una excepción en un clima general de alto grado de desconfianza hacia las instituciones. En España, por ejemplo, solo el 13% de los encuestados asegura confiar en los partidos políticos, el 23% en el Gobierno y el 29% en los medios de comunicación. 

Encuentro con jóvenes posterior a la rueda de prensa.
Isabel Fuentes

Estos porcentajes reflejan, según González-Anleo, una "desconfianza sistemática y masiva", síntoma de una profunda desafección. "Es llamativo que solo en México y España la confianza en la democracia sobrepase el 50%. Esto nos lleva a preguntarnos qué consistencia tiene la democracia en nuestros países", reflexiona el experto en juventud, que recuerda que el 28% de los jóvenes no se sienten escuchados por los políticos. Hugo Castellanos, Julia Martínez y Yuliana Castro, tres jóvenes veinteañeros que han participado en un encuentro posterior a la presentación del informe, coinciden en este punto. "Nuestra opinión no tiene valor, porque somos jóvenes", afirma Castellanos.

El lastre económico

Asimismo, la educación encabeza también, junto a la incertidumbre ante el futuro, el ranking de preocupaciones de los jóvenes. "Ambas cuestiones se complementan, la educación sirve para mitigar esa incertidumbre", señala González-Anleo. De hecho, la educación guarda una estrecha relación con la situación económica. "América Latina es la región más desigual del mundo, por lo que la dificultad económica para costear los estudios lleva a muchos jóvenes a buscar otras opciones: en el mejor de los casos, trabajar", señala el estudio. 

En ese sentido, preguntados por la razón por la cual han dejado de estudiar, las dos principales respuestas esgrimidas por los jóvenes encuestados son la "necesidad de trabajar", que es la causa principal en Argentina, Brasil, Chile y México, y el "costo o dificultad económica", respuesta predominante en Colombia, República Dominicana y Ecuador. Y es que en Iberoamérica la proporción de jóvenes que ni estudian ni trabajan o que están buscando trabajo activamente varía entre el 5% y el 20% de la población juvenil iberoamericana, lo que supone millones de jóvenes para los cuales las expectativas de futuro disminuyen.

Presentación del informe 'Jóvenes en Iberoamérica 2021'
Fundación SM

Precisamente la falta de oportunidades de trabajo y la búsqueda de mejores condiciones de vida son los principales motivos por los que muchos jóvenes iberoamericanos piensan en emigrar. En España, por ejemplo, el 52% de los jóvenes cree que es bastante probable que tenga que emigrar para poder trabajar en el futuro. "Preferiría quedarme, pero hay que ser realista y no cerrar ninguna puerta", apunta Castellanos, que coincide con Martínez y Castro en que barajan la posibilidad de irse fuera de España. "Los jóvenes de hoy tienen más acceso a la educación y menos acceso al trabajo; demasiado acceso a la información y poco acceso al poder; mayor movilidad y más posibilidades de desplazamiento, aunque afectados por trayectorias y migraciones inciertas", sostiene el informe.

Los jóvenes de hoy tienen más acceso a la educación y menos al trabajo; demasiado acceso a la información y poco al poder

De este modo, son muchos los que se plantean emigrar pese a reconocer que el trato que se da a los inmigrantes no es positivo. Según el estudio presentado este martes, los jóvenes consideran que a las personas inmigrantes se les trata con indiferencia (25%), con desconfianza (24%) y, por último, con una diferencia de diez puntos porcentuales, con normalidad (14%). Si agrupamos las percepciones en neutrales (normalidad e indiferencia), negativas (desprecio, desconfianza, agresividad y miedo) y positivas (amabilidad y respeto), dominan las percepciones negativas en el trato otorgado a las personas inmigrantes (41%), con una diferencia de solo el 2% con respecto a las neutrales (39%) y muy lejos de las positivas.

Violencia y discriminación

Otra de las cuestiones que más preocupa a los jóvenes es la violencia y la inseguridad. "Los resultados dejan claro que la violencia sigue estando muy presente en las sociedades iberoamericanas", afirma el informe. Según los datos, más de la mitad de la población juvenil chilena, dominicana y argentina declara haber sufrido o presenciado agresiones físicas entre amigos o conocidos. México, República Dominicana y Brasil son los países en los que la violencia está más normalizada, más del 10% de la población juvenil justifica las agresiones en estas regiones.

Además, la discriminación también está presente en todas las sociedades iberoamericanas. Casi el 60% de los encuestados asegura haberse sentido discriminado y, de ellos, en torno al 24% declara que se ha debido a su cuerpo o apariencia física. Este ataque a lq imagen cuadra con la crítica autopercepción que los jóvenes ofrecen de sí mismos. Las cinco características con las que más se identifican en el estudio son: rebeldía, excesiva preocupación por la imagen, consumismo, preocupación exclusiva por el presente y egoísmo; siendo con diferencia los jóvenes españoles los que más se perciben como consumistas (60%) y demasiado preocupados por su imagen (62%).