En 1980 la música llegó a nuestro país para revolucionar el panorama. En un concierto en el que se dieron cita Nacha Pop, Alaska y los Pegamoides, Paraíso, Maná, Los Bólidos, Los Trastos, Mario Tenia y Los Solitarios y Mermelada, comenzaba la Movida Madrileña.
Sin embargo, lo que muchos no sabrán es que el momento cumbre de la revolución fue el 23 de mayo de 1981, cuando se celebró El Concierto de Primavera, organizado por los alumnos de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid de la Universidad Politécnica junto a Klub. Al evento acudieron cerca de 15.000 personas que disfrutaron de más de ocho horas de música que les acercaba a una España más moderna.
Algunos de los grupos que no quisieron perderse el gran acontecimiento fueron Farenheit 41, Alaska y los Pegamoides, Los Modelos, Maná, Los Secretos y Nacha Pop.
Así, en honor a los 40 años del aniversario del inicio de la mayor revolución de la música en nuestro país, hasta la fecha, el restaurante Los Chicos, las Chicas y los Maniquís, ubicado en la calle Atocha, 49, ha elaborado un menú al que han llamado Una movida de menú. Se trata de un conjunto de siete platos, a compartir entre dos personas, y que tiene un precio de 28€ cada uno. Estos manjares son:
- Ensalada de burrata con tomatitos guisados y aliñados, sardina ahumada, ensalada de berros y pesto de pistachos.
- Tartar de atún en canelón frío de remolacha con teriyaki, mayonesa wasabi, holandesa y katsuobushi.
- Croquetas Madrid-Barcelona. Hechas de guiso de callos y capipota.
- No es un bocadillo de calamares. Calamar a la andaluza con yema de huevo, alioli de ajo asado y bizcocho de tinta.
- Arroz de txuleta. Arroz meloso con txuleta, capipota y tuétano.
- Melón-Mojito. Melón macerado en mojito.
- Manzana Roja. Mousse de queso fresco y manzana asada con caramelo salado, frambuesa y canela.
Los chefs
A los mandos del proyecto se encuentran dos luchadores y amantes de la gastronomía: David Mateo y Joan Nicolau. En el caso de Mateo, cocinero de profesión, lleva inmerso en las artes culinarias desde joven y desde hace 16 años ejerce como empresario en el sector de la restauración y la hostelería.
Por su parte, Nicolau, cocinero autodidacta, con solo 21 años asumió el cargo de máximo responsable de una cocina. Inconformista, autoexigente y creativo, imprime su carácter y experiencia en todo lo que hace.
La relación entre ambos se remonta al año 2015, cuando el jefe de cocina y persona de confianza de David decidió tomar un nuevo rumbo laboral. David conocía el trabajo de Joan como cliente de su restaurante y, ya sea el destino o la casualidad, se cruzaron en el momento justo. Los dos chefs se entienden a la perfección. Sus diferencias se complementan y sus inquietudes comunes han hecho que sigan avanzando, pese a todas las dificultades.
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