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Amnistía Internacional denuncia que la Atención Primaria está "cercana al colapso" en plena vacunación

Una persona es vacunada contra la Covid en un centro de salud.
ANA VARELA / XUNTA

La pandemia del coronavirus ha tensionado los hospitales españoles pero también está llevando al límite a los centros de salud, un área de la sanidad que se ha enfrentado a esta crisis con una falta de inversión y de personal previa y sin recursos suficientes ni planificación. Esta situación, a la que se ha llegado tras "doce años de desatender las recomendaciones internacionales", está "vulnerando el derecho a la salud de pacientes no-Covid"

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  • Amnistía Internacional realizó la investigación entre septiembre y diciembre de 2020, y se centró en Castilla-La Mancha, Cataluña y la Comunidad de Madrid por tres criterios: "el alto grado de desinversión en atención sanitaria, la situación epidemiológica en julio de 2020 y la diversidad de fuerzas políticas representadas en los tres Gobiernos autonómicos". Además de recopilar el testimonio de 93 actores (59 profesionales sanitarios, 30 pacientes y cuatro expertos en gestión), contactó con los tres Ejecutivos regionales, realizó un análisis documental y solicitó información al Ministerio de Sanidad.

Ese es el panorama que dibuja el informe La otra pandemia, publicado este miércoles por Amnistía Internacional, y que se centra en radiografiar la Atención Primaria durante el último año por su importancia en la mejora de la salud de la población. "La OMS estima que puede satisfacer más del 70% de las necesidades de salud de las personas a lo largo de su vida", remarca la ONG. Aunque su investigación está basada en la Comunidad de Madrid, Castilla-La Mancha y Cataluña, teme que el escenario que plantea podría estar reproduciéndose en otros territorios.

El estudio habla de "abandono y desmantelamiento" y de "graves consecuencias en el acceso a la salud en España", con listas de espera que se han incrementado en algunos casos hasta llegar a las dos semanas y el retraso en determinados diagnósticos. "Una compañera fue a la consulta de su médico por un bulto y al hacerle la ecografía le dijeron que era necesario un estudio más concreto. Al pedir cita le dieron para seis meses después y ahora tiene un cáncer de mama agresivo con tres tumores en tres partes distintas", relata María Luisa. Esta paciente oncológica y presidenta de la asociación Rosae de Valdepeñas (Ciudad Real) denuncia que "el sistema sanitario está jugando con la vida de pacientes de otras enfermedades no-Covid". "Y a ese juego no estamos dispuestos a contribuir los pacientes", advierte.

La situación ha sido especialmente alarmante para los más vulnerables, entre ellos mayores, enfermos con patologías crónicas o graves y pacientes con enfermedades mentales. También han padecido más esta circunstancia los inmigrantes y las mujeres. Ellas representan al 75% de las personas cuidadoras, con lo que "han sufrido de manera desproporcionada el impacto de una atención primaria desbordada y han hecho frente a una sobrecarga de trabajo y cuidados". 

Amnistía Internacional admite que es pronto para sacar conclusiones, pero como dato preocupante sobre las consecuencias que tendrá la gestión de la pandemia en los indicadores de otras patologías se hace eco de la advertencia lanzada por el Grupo Español de Cáncer de Pulmón. Formado por 500 especialistas de todo el país, este ha advertido que esta crisis sanitaria lastrará hasta un 5% la supervivencia del cáncer de pulmón, lo que supondría 1.300 muertes adicionales. Una encuesta de la Plataforma de Pacientes Crónicos refleja igualmente que al 69% de los entrevistados le cancelaron diversas consultas programadas de manera previa a la pandemia y solo el 25,3% de ellos tuvieron acceso a los centros de atención primaria una vez finalizado el confinamiento.

El  cierre de más de 60 centros y 449 consultorios en Madrid y Cataluña y el cambio del modelo presencial a telefónico, que se ha llevado a cabo "sin el refuerzo de medios suficientes y sin la información y formación adecuada para pacientes ni personal", también ha creado barreras. "Tuve el caso de una señora mayor que vino para que le pusiera un inyectable y la vi sumamente delgada. Había perdido mucho peso en la pandemia. Si no la llego a tener delante no se me hubiera ocurrido preguntarle qué le había pasado ni empezar a indagar. Hay toda una parte de los procesos diagnósticos y de la diferencia entre lo que la persona siente como necesario y lo que tú puedes identificar simplemente al verla o por la manera en la que te cuenta lo que le pasa que se pierde por completo en la atención telefónica", relata Irene, una enfermera madrileña.

Campaña de inoculación

El sistema, "infradotado de personal", ha visto cómo la sobrecarga asistencial de los profesionales ha llegado en muchos centros hasta los cien pacientes al día por facultativo o cómo entre marzo y septiembre las llamadas se incrementaron en más de un 400% en algunos centros de salud. En ese contexto ha llegado la vacunación contra el coronavirus y, según el informe, se "hace aún más necesario y urgente el incremento de inversión en la atención primaria", con el objetivo de que esa campaña de inoculación "se desarrolle con eficacia y llegue al mayor número de personas en el menor tiempo posible". 

La situación sin embargo no parece que vaya de momento en esa línea. "La importancia de la atención primaria ha estado más presente en los discursos institucionales que en las decisiones políticas: la valoración de su capacidad asistencial ha estado ausente en el diseño de las medidas de salud pública. Actualmente, en plena campaña de vacunación, nos encontramos en una situación cercana al colapso", denuncia Marta Mendiola, responsable de Derechos Económicos, Sociales y Culturales en Amnistía Internacional España. 

"El sistema sanitario está jugando con la vida de pacientes no-Covid"

Todo esto ocurre con un personal sanitario que se ha tenido que enfrentar al virus muchas veces sin los equipos de protección necesarios, principalmente durante la primera fase de la crisis. Esto llevó a que, en abril, España fuese el país con las cifras de contagio de profesionales de la salud más altas de Europa. A 4 de febrero, las cifras reportadas por el Ministerio de Sanidad a la ONG reflejan que 123.603 profesionales se han infectado, de los cuales el 78% son mujeres,  y, según datos de organizaciones del sector, han fallecido 89. 

"Aún estamos a tiempo de revertir la situación si se toman medidas adecuadas para fortalecer la capacidad asistencial de la atención primaria, tanto en recursos humanos como en infraestructuras y recursos materiales. Pero no podemos dejar pasar ni un día más: necesitamos alcanzar el porcentaje del 25% del total del gasto sanitario público tal y como recomienda la OMS", señala Esteban Beltrán, director de Amnistía Internacional España. La entidad tiene en marcha la campaña #LaOtraPandemia y lleva recogidas más de 138.000 firmas para exigir el refuerzo de la sanidad pública.

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